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Pitingo: “Ahora los discos no se venden, hay que hacer buenos conciertos”

El artista ofrece en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid los tres últimos conciertos de la gira de su disco ‘Mestizo y fronterizo'. Un álbum en el que aborda el tema del racismo y la necesidad de abrirse a la interculturalidad.

Archivado en: entrevistas, música, Pitingo

Sofía Carmona Tena
22/11/2019 - 00:17

El Teatro Nuevo Apolo de Madrid ha sido el escenario escogido por Pitingo para cerrar la gira de su álbum más ambicioso ‘Mestizo y fronterizo'. Un disco en el que aborda sin tapujos el racismo y la necesidad de abrir nuestras mentes a la interculturalidad de la que él hace gala. Así, durante tres noches, del 28 al 30 de noviembre, Pitingo, creador de la ‘soulería', ofrecerá un espectáculo al más puro estilo americano, que permitirá a sus fans mover el cuerpo con ritmos latinos y afroamericanos y que desembocará en la interpretación de himnos generacionales.

¿Cómo afrontas estos tres últimos conciertos?
Con mucha responsabilidad y alegría, pero también con mucha pena porque cierro una etapa. Ha sido un año y medio muy intenso, donde han pasado cosas muy bonitas.

¿Por qué has elegido Madrid para cerrar la gira de ‘Mestizo y fronterizo'?
Madrid me dio todo. Madrid me levantó y, de Madrid al cielo como diría yo, y de ahí al mundo entero. Siempre abro y cierro en la capital de España.

¿Qué vamos a encontrar en estos recitales?
(Risas). Las sorpresas no las puedo desvelar aunque, en realidad, cada concierto es una sorpresa. Somos veinte personas en el escenario y no existe un concierto igual porque siempre pasan cosas. Incluso hay artistas que vienen a vernos y se suben al escenario. Lo que sí puedo decir es que serán especiales.

"Yo no he estudiado, pero sí hay algo que me ha enriquecido mucho, viajar"

En la actualidad, los directos son más importantes que la venta de discos.
Los discos no se venden. La industria ha cambiado mucho desde que yo empecé. En 2004, el disco de oro estaba en 80.000 y el año siguiente bajó a 40.000. Ahora lo que hay que hacer son hacer buenos conciertos. Yo soy un artista conceptual y me gusta hacer un disco que tenga algo más, un documental o un DVD con un mensaje. En realidad, a mí lo que me importa es que venga la gente a verme a los conciertos, que se llenen los teatros, y que me sigan dando ese cariño que me llevan transmitiendo durante veinte años.

En este último disco abordas un tema como el del racismo. ¿Qué te ha llevado a ello?
Yo soy mestizo y lo he vivido por las dos partes, la gitana y la no gitana. Gracias a Dios ha cambiado mucho la cosa, aunque todavía hay racismo, no ha acabado. Yo no he estudiado, pero sí hay algo que me ha enriquecido mucho, que es viajar y conocer todas las culturas. Yo no he ido a los resorts ni a tumbarme en una hamaca. No, yo me he mezclado con la gente, he comido sus comidas, he visto su religión. He hecho muchas preguntas, soy como un niño pequeño. No hago más que preguntar y quedarme con lo bueno. Así uno va avanzando personal y profesionalmente.

Y en el mundo de la música, ¿también has sentido discriminación?
Hay veces que no se trata al flamenco como se debería. Sí me ha pasado que estando en Estados Unidos el público afroamericano se ha quedado impactado. Son más receptivos y abiertos a la hora de esas fusiones de música que quizá los flamencos o, incluso, mucha parte del público en España.

"Me parece, perdón por la palabra, que ser racista ahora es de gilipollas"

¿Crees que España sigue siendo un país racista?
Es complicado. Desde luego en mi círculo no y si hay algún racista, que me he topado con muchos, les he callado la boca e, incluso, les ha cambiado el concepto. Estamos en un momento raro pero como yo le digo a la gente que conozco: "Todos tenéis hijos y no sabéis con quién se van a casar o quiénes serán sus amigos". Y me parece, perdón por la palabra, que ser racista en estos tiempos es de gilipollas.

¿Consideras que la actual situación política puede ayudar o perjudicar a esta causa?
No sé, yo estoy en mi música y mis historias. Yo de política no hablo porque no sé si quiero. Lo único importante es que no suban los impuestos, que nos cuesta mucho vivir; que haya trabajo para todo el mundo; y que la mujer esté protegida.

Has comentado que ‘Mestizo y fronterizo' es el álbum más ambicioso de tu carrera.
Es el más ‘yo' por muchas cosas que me han pasado y porque he hecho lo que he querido por primera vez. He podido dar a conocer mi faceta de autor que poca gente conocía. El 70% del álbum está escrito por mí. En todos los discos he metido canciones mías, aunque nunca voy a dejar de hacer esas recreaciones. Eso sí, siempre con el beneplácito de los artistas, llevándolas a mi terreno porque mejorarlas es imposible. En esta ocasión he trabajado con una de las leyendas vivas del soul, Sam Moore, al que escuchaba con 14 años, con el que he cantado su tema ‘Soul Man'.

Después de estos recitales, ¿qué tienes en mente?
Lo primero descansar tres o cuatros meses y después ponerme a pensar en nuevos trabajos. Ahora mismo, hasta que no termine estos conciertos, no paso al modo meterme en el estudio y componer, aunque ya tengo pequeñas ideas de por dónde quiero tirar.

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