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María León: "La tele es un gimnasio para el actor, pero prefiero el cine"

'Sin fin', la película que protagoniza junto a Javier Rey, ha sido un soplo de aire fresco entre las producciones nacionales. Asegura que su futuro pasa por el mundo de la interpretación, ya sea como actriz o como directora.

Archivado en: entrevistas, María León

Francisco Quirós Soriano
22/11/2018 - 10:49

Su trayectoria profesional ya ha adquirido el vigor suficiente como para citar su nombre a secas, sin la necesidad de poner la coletilla de 'hermana de'. Ese aval y la aparición en series de televisión como 'Con el culo al aire', o más recientemente 'Allí abajo', han hecho de María León una de las actrices más reconocidas del momento, una vitola refrendada por las cualidades exhibidas en 'Sin fin', una película que llegaba a las salas españolas el pasado 31 de octubre y en la que se contextualiza la siguiente entrevista.

¿Cuáles son las primeras impresiones que os llegaron desde el público?
La verdad es que la primera impresión que nos llegó fue en Málaga y supuso todo un regalo. Sentimos un abrazo enorme, 7 u 8 minutos de aplausos después del pase. En Málaga tengo muy buenos recuerdos con otras películas familiares, las Carmina y demás, por lo que fue una buena madrina, digamos. Ahí fue una buena impresión y con el premio que se llevó Javi comprobamos que habían tenido oportunidad de ver el trabajo, que es magnífico. Pregunto a la gente que ha tenido oportunidad de ver la película y me emociona mucho, porque espectadores a los que nos les interesa este género y que se mostraban escépticos han terminado gritando “corre, Trigo”. Ese público se emociona, conoce a los personajes y terminan queriéndolos.

‘Sin fin’ parte del cortometraje ‘Not the end’ en el que también trabajas con los hermanos Alenda y con Javier Rey, ¿te ha sido más sencillo volver a meterte en la piel de un personaje que ya habías interpretado?
Nos quedamos con ganas en el corto de desarrollar un poco más a los personajes. Los directores tuvieron la valentía de decir “nos hemos quedado corto” y esto se tiene que contar en un largometraje, y yo se lo agradezco mucho, porque se han empeñado en contar esa historia, no en hacer un producto. Nos hemos podido meter en cuerpo y alma en estos personajes que verdaderamente necesitábamos un recorrido más largo, y fue una gozada. Esa fue la semilla de este regalo que ahora estamos disfrutando.

Ya habías trabajado en guiones dramáticos, como ‘La voz dormida’, pero ¿es el papel más dramático al que te has tenido que enfrentar en tu carrera?
Es quizás el papel más complicado y completo a la hora de contar un alma porque en esta película es lo que más me ha costado. Hay que contar varias etapas de ella, manteniéndola en un mismo cuerpo pero en dos momentos de energía y a nivel emocional muy diferentes. Eso me ha permitido jugar y como actriz despellejarme, mirarme por dentro y disfrutar del trabajo; es el personaje femenino con el que más he podido sacar mis alas a la hora de interpretar.

¿Qué hay de María (actriz) en María (personaje del film)?
Hay mucho y hay nada. No tenemos nada que ver María con María, no nos parecemos en nada, pero sí que verdaderamente he intentado poner mi manera de amar.

"El drama y la comedia son dos formas distintas con las que disfrutar"

El esqueleto de la película es esa relación con Javier. ¿Cómo se trabaja esa química, cómo se llega a ese punto?
Ha sido un trabajo actoral exquisito. Trabajar con Javier es una gozada, porque es actor en lo más amplio de la palabra, entonces estar con él es estar con la misma fibra y el mismo filtro. Desde el primer momento nos pusimos uno al servicio del otro, sin ningún tipo de ego, en el sentido de mirar cómo lo estamos haciendo. Personalmente, sin el personaje de Javi me hubiera sido imposible contar el personaje de María. Y esa química se fue viendo en el trabajo día a día, porque la química que teníamos como actores la teníamos también con los directores. Fue gustosísimo porque sentí que éramos un mismo animal en un mismo entorno, un animal al que habían soltado ahí… Hubo una confianza tan verdadera que nos pudimos mirar desde los personajes.

La línea temporal de la película amanece en Madrid y anochece en Andalucía, ¿hay alguna analogía con tu trayectoria vital?
Nací en Andalucía y luego llegué a Madrid, donde me abrazaron desde el primer día, hace ya 13 años, y sentí que me dieron la gloria. En este caso toco con un pie un sitio y con el otro la otra ciudad y para mí, vitalmente, es importante eso.

Si la vida te diese la oportunidad, como le pasa a esta pareja, de viajar en el tiempo para revivir una historia, bien sea a nivel profesional o personal, ¿habría algún momento que elegirías?
En lugar de viajar al pasado, me gustaría mirar al futuro para verme con 75 años y poder estar trabajando, sino delante, detrás de la cámara, pero trabajando.

"Trabajar con Javier Rey es una gozada,
es un actor en el sentido más amplio"

¿Te quedas con más interpretaciones en series o en películas?
Lo voy a tratar de explicar, a ver si así consigo contestarme. Para mí la televisión es un gimnasio perfecto, te puedes hacer buen o mal actor, pes un sitio donde hacer músculo. Pero como actriz no disfruto ni la mitad que en el cine, donde tengo más tiempo para trabajar el personaje, para, como dicen en Sevilla, coger la manzana, comérmela y digerirla; en el caso de la televisión es cogerla y casi tirarla, la mentira es otra, es otra forma totalmente distinta de trabajar. Como actriz me gusta mucho más el cine, pero si tengo que coger la manzana y tirarla, lo hago y me lo paso igual de bien.

En marzo del año que viene se estrenará Los Japón, con Dani Rovira. ¿Cómo afrontas esos cambios de registro entre el drama y la comedia?
A mí me gusta muchísimo trabajar, me lo paso estupendamente y me encanta actuar. El personaje que tengo con Dani Rovira es totalmente extremo, loquísimo y para el que he tenido la oportunidad de hacer propuestas en el guion. Me lo he pasado muy bien. Siempre lo diferencio como un baño en la piscina; no es lo mismo tirarte a bomba que pegarte un largo, son dos momentos diferentes pero el disfrute es el mismo. Eso es lo que me pasa con el drama, porque tengo tiempo de poder nadar con gusto y respirar debajo del agua, pero con la comedia tengo la suerte de poder tirarme a bomba en la piscina.

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