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Juan José Padilla: "El sufrimiento es parte de la gloria"

Si volviera a nacer, no lo dudaría: volvería a ser matador a pesar de las muchas cornadas, algunas de ellas muy graves, que le ha causado el toro bravo. Ahora, 24 años después de aquel 18 de junio de 1994 en el que tomó la alternativa, el conocido como 'Ciclón de Jerez' ha decidido que es el momento de dejar los ruedos.

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Juan José Padilla

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Mamen Crespo
06/9/2018 - 13:10

Su serenidad, su educación y su temple inundan el espacio. Tiene una cita a las siete de la tarde con el público de San Sebastián de los Reyes (Madrid) en la plaza de toros La Tercera de la localidad y son más de las 11 y media de la mañana, pero no hay prisa. Responde a cada pregunta con la misma calma y con la misma clase con la que torea en la plaza y de sus palabras queda claro que, a pesar de todo, le está muy agradecido a la vida. El toro le hizo perder el ojo izquierdo en 2011 en Zaragoza, pero, también le ha dado muchas tardes de gloria, muchos amigos y miles y miles de seguidores por toda España. Y no hace falta que lo cuente él. Lo vemos en nuestra cita, en la que los vecinos de la localidad madrileña le rodean para saludarle, desearle lo mejor y hacerse una foto con él. Es su ídolo, al que han convertido en héroe. Y no es para menos.

Aunque teniéndole delante y viendo sus últimas faenas se responde uno solo, la pregunta es obligada para comenzar la entrevista. ¿Cómo se encuentra después de la aparatosa cornada que sufrió el pasado mes de julio en la localidad abulense de Arévalo?
Físicamente muy bien. Muy recuperado del último percance, que ha sido muy aparatoso, pero que no ha llegado a la gravedad. He podido reaparecer muy pronto mientras me termino de recuperar. Ahora se tienen que ir uniendo las células e intentando que la herida quede lo más fija posible, porque no me puedo poner la montera por la longitud de la herida.

Habrá pensado en que puede que llegue su última corrida y se tenga que retirar de los ruedos sin ponérsela.
Sí, ya han pasado casi dos meses desde la cornada y no me la puedo poner. Los médicos no me han dado seguridad, ya que va muy fija y puede que tenga algún tipo de molestia. Lo más acertado es seguir con el pañuelo.

Un buen sustituto, una buena idea.
Así es. Creo que hay que llevarlo con naturalidad. Los aficionados y el colectivo taurino se han tomado lo del pañuelo con mucho respeto. No es algo que yo haya decidido porque haya querido, y creo que se ha encajado bien. Me hubiese gustado ir con mi montera y mi castañeta, pero son cosas que ocurren.

La última corrida en España esta temporada será en el mismo escenario donde todo cambió hace ya 7 años y su trayectoria tuvo un antes y un después: en Zaragoza. ¿Es casualidad o una decisión estudiada?
Parecía que todo acababa en Zaragoza ese 7 de octubre de 2011, aunque Dios quiso que reapareciese poco después en Olivenza. Entonces yo pensaba que volvía solo para 15 o 20 corridas, no más. Al final, tuve la oportunidad de torear ese año 79 y hasta la fecha he superado las 500. Dios me ha regalado mucho más de lo esperado. El antes y el después al que te refieres ha venido tanto en lo profesional como en lo personal. En 18 años como matador he lidiado corridas muy duras de Victorino, Cebada, Miura, Pablo Romero... encastes muy difíciles. Cuando sucede este percance, se me ofrece reaparecer con un cartel de figuras con Morante y Manzanares y seguir en ese camino. Las empresas se volcaron y he sentido la parte más amable del toreo. Con este mensaje quiero mandar todo el cariño a los compañeros, pero es cierto que uno lucha por conseguir ese objetivo.

"Fue acertado no retirarme en 2011 porque el torero
salvó al hombre en un momento complicado"

¿Qué balance hace desde ese día en Zaragoza hasta hoy?
Siempre soy positivo, el sufrimiento es parte de la gloria. He sufrido muchísimo, la vida me ha golpeado fuerte, pero me ha recompensado también muy fuerte.

¿Por qué la retirada ahora, en uno de los momentos más altos de su carrera?
Porque entiendo que la decisión de colgar el traje la tomo yo, no el público, el toro, el médico... Creo que es el momento, ya que ya he cumplido con una trayectoria ininterrumpida de 25 años. He conseguido muchísimos más logros de los que jamás habría imaginado. Lo hago desde la convicción y desde la ilusión.

Cuando sufrió la pérdida del ojo izquierdo seguro que fueron muchas las voces cercanas que le pidieron que lo dejara.
Sí, además tuve momentos de gran tristeza porque llegaban a casa compañeros, mis padres... Algunos amigos que siempre me apoyaban, mi mujer y mis hijos también han sido mi bastión para este tipo de decisiones. Creo que ha sido acertado, porque de alguna forma el torero salvó al hombre en unas circunstancias complicadas que atravesaba por esa situación de controversia de no saber qué hacer. La decisión fue rápida cuando me di cuenta de que el torero y el vestirme de luces, llevar una vida profesional paralela a la recuperación, me daría alas y fuerza.

¿Le gustaría que alguno de sus hijos siguiera sus pasos?
Yo lo dejo en manos de Dios, y en manos de ellos también. Si me necesitan y toman esta decisión les ayudaría en todo lo que necesitaran.

¿Hay más valor delante del toro o en la vida?
Rotundamente en la vida. El toro me enseñó que el verdadero valor no estaba delante de él, sino delante de la vida y en saber afrontarla como viene.

¿Ha habido cornadas en la vida más duras que las del toro?
Probablemente sí, he tenido algunas cornadas que incluso me han dejado una huella mucho más grande que la del toro.

"No creo que veamos el final de los toros en españa, pero
los atacan mucho y los políticos no nos defienden" 

¿Qué le dicen sus hijos?
Ellos están muy felices. Son muy fuertes y muy maduros. Tienen una madre que les enseñó que esto forma parte de la vida de su padre, que es una profesión elegida por mí y como tal lo entienden. Lo han llevado con mucha normalidad, han sido conscientes de las circunstancias. Incluso se han llevado el parche al colegio y han hecho de un percance una normalidad. Los niños se han convertido en piratas del toreo.

Ha conseguido este año que el tendido de sol de Pamplona mire a la faena. ¿Cómo está recibiendo tanto cariño de la gente?
Sí, es verdad. Ese tendido siempre va a su aire, a su cante, a su tradición de la música y al jolgorio. En algunas ocasiones anteriormente también me ha ocurrido. El haber sido recibido con ese cariño en el paseíllo me emocionó y luego los toros me ayudaron, así que realicé dos bonitas faenas, cumplí en banderillas... Sentí el toreo como creo que se merecía una tarde así. El sol y la sombra se fundieron en la despedida.

¿Volvería a ser torero si pudiera elegirlo?
Por supuesto. Si naciera cien veces, cien veces que volvería de nuevo a vestirme de luces. El toreo ha sido mi mundo, mi pasión... Esta profesión no se puede comparar a ninguna otra.

¿Con qué momento se queda de su carrera?
De todos los momentos he sacado cosas positivas, pero me quedo con haber llegado a tomar la alternativa, que era el sueño de un chaval que tenía el anhelo de llegar a conseguir ser matador de toros. Luego hubo unos años en los que tuve que torear por pueblos y plazas, que con todo el respeto no era para lo que uno luchaba, que es estar en las ferias. Tuve la oportunidad de entrar en Pamplona en una corrida de Miura, supe que el vagón pasaba por la puerta y no podía desaprovechar ese momento.

Pese a todo, sigue amando al toro bravo.
Yo no guardo rencor por los percances que haya tenido. Se elige esta profesión libremente, se sabe el tributo que hay que pagar, a veces incluso la muerte. También es cierto que llegas a tocar la gloria con las manos cuando toreas un toro como lo sientes. No te cambias por nadie.

"El toro me ha enseñado que el verdadero valor
no estaba delante de él, sino en la vida"

Hay lugares, como Cataluña, en los que no se podrá despedir. ¿Cree que llegaremos a ver la desaparición de las corridas de toros en España?
Espero que no, no quiero ser pesimista. Es cierto que estamos recibiendo muchos ataques de los animalistas, que nos faltan el respeto, pero también tengo claro que el toro tiene una gran importancia a todos los niveles, pero los políticos no son capaces de defendernos. Bien es cierto que no todos.

¿Qué le han enseñado el toro y su profesión?
La gran calidad humana de las personas que he conocido a lo largo de toda mi trayectoria. Eso me llevo, al igual que seguir teniendo una familia a pesar de haber viajado por todo el mundo. También la suerte que he tenido de caer en las manos de grandes doctores cuando he tenido percances. Me quedo con el respeto y el cariño de toda la sociedad.

¿Su profesión le ha enseñado también que todo no son puertas grandes en la vida?
Efectivamente. El traje quedará colgado y a partir de ahí queda la persona, que es lo fundamental y lo importante. Esta profesión también me ha servido para saber que la lucha, la perseverancia y la constancia te hace conseguir todos los objetivos que quieras.

¿Y ahora qué? Porque se habla del final, pero también supone un nuevo comienzo.
Soy una persona de presente, no me gusta plantear un futuro. Ahora estoy inmerso en mi despedida cada tarde, atendiendo a todo el mundo. Estaré cerca de mi cultura, mi fiesta, mi pasión, pero lo dejaré en manos de Dios. Defenderé siempre el mundo del toro.

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