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Amparo Larrañaga: "El teatro es muy agradecido con las mujeres"

Después de un año y medio alejada de los escenarios ha regresado al Teatro Maravillas de Madrid con 'El reencuentro'. Espera que esta obra la tenga, por lo menos, 3 años disfrutando con el público. No piensa en nuevos proyectos, pero le gustaría trabajar con su familia pronto.

Archivado en: entrevistas, Amparo Larrañaga, teatro

Mamen Crespo
23/2/2018 - 10:26

Se reencuentra con María Pujalte en las tablas, ya que es su hermana en la obra 'El reencuentro', además de una gran amiga en la vida real. Pero también con el público, después de más de un año alejada del teatro. Está llena de ilusión con este proyecto que se acaba de estrenar en el Teatro Maravillas de Madrid, en el que vuelve a trabajar con su hermano Pedro Larrañaga. No descarta hacer un proyecto familiar, pero tiempo al tiempo, porque cuando está con una cosa, no le gusta pensar en otros trabajos.

El reencuentro lo va a vivir el público madrileño pero contigo. Mucho tiempo sin verte en el escenario.
Sí, porque he estado más de un año y medio sin trabajar, que me ha sentado fenomenal. Ahora vuelvo con todas las ganas del mundo.

¿Qué significa para ti estar encima de un escenario?
Estoy igual de cómoda que puedo estar en mi casa. Es mi terreno, lo domino fenomenal. Cuando empiezo a ensayar estoy tensa, pero después noto que me relajo y que me hago al espacio. La sensación de tener a la gente ahí, lejos de darme miedo, me motiva muchísimo.

¿Ha habido nervios por el estreno?
Sí, eso sí, si no sería una tarada. Hay nervios al principio y antes de salir al escenario siempre me pregunto por qué no me habré retirado, pero después salgo, me divierto y me lo paso en grande.

No me creo que te plantees retirarte.
Es un segundo, se me pasa por la cabeza, pero se me vuelve a olvidar rápido.

¿Qué haría Amparo Larrañaga si no se dedicara a esto?
Lo que hago cuando descanso. Dedicarme a mis aficiones, a mi familia, a mis amigos... No soy de moverme mucho, no me gusta viajar. La verdad es que este año y medio de descanso se me ha hecho muy corto, se me ha pasado volando.

No hace falta preguntarte si te inclinas por la tele, el cine o el teatro.
A partir de una edad, me dije que el teatro era muy agradecido con las mujeres. Mucho más que otros medios. No tiene edad, es impresionante.

¿En el teatro no hay discriminación por la edad?
Ni por el físico. Eso te permite tener libertad. El teatro no te exige que te operes, ni que te pinches. Va más con mi forma de vivir y de pensar.

Esto confirma que no es el público el que juzga un kilo de más o una arruga.
Efectivamente. No creo que las mujeres sientan tanta presión por ellas mismas, sino por saber, por ejemplo, que al hombre le gustan las mujeres jóvenes. Yo esa presión no la quiero y la resisto. Puedo permitírmelo porque tengo mi propia empresa. Vivo más relajada.

¿Tienes diferencias con tus hermanos?
Nosotros somos una piña de verdad. Llevo trabajando muchísimos años con ellos desde el entendimiento y el respeto absoluto y pensando en lo que era interesante para todos. Nos ha ido bien porque decidimos montar nuestra propia historia para no depender tanto de un teléfono que suena, de la edad...

Nunca has utilizado el nombre de tus padres para triunfar. Has demostrado tu trabajo y has conseguido dar esquinazo a la prensa rosa, algo que no debe ser sencillo.
Sí, sobre todo por una cuestión de limpieza. Lo difícil de esta profesión no es triunfar, sino mantenerse cuarenta años. Creo que es un trabajo en el que mantener el misterio es importante. Cuanto más te pueda la gente desligar de tu vida, más creíble es lo que haces en las tablas.

¿Con quién te gustaría trabajar?
Lo que me gustaría es hacer un gran proyecto familiar, sería curioso, interesante.

¿Ya estás pensando en otra cosa?
Para mí el éxito del teatro es que cada función dure, al menos, un año. Me gusta pensar en los proyectos a largo plazo. Con esta obra me gustaría estar 3 años.

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