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'CHIRIGÓTICAS' SE REPRESENTA EN EL TEATRO ALFIL

"Es más sano mirar la vida desde el punto de vista chirigótico"

Ana, Alejandra, Pepa y Teresa son las 'Chirigóticas'. Tres historias carnavalescas y muy gaditanas de este genuino cuarteto interpretativo son el punto de partida de una obra teatral innovadora. Han prorrogado su espectáculo hasta el 19 de octubre.

Archivado en: teatro, Chirigóticas, Alfil

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'Chirigóticas' se representa en el teatro Alfil

Las 'chirigóticas'. OLMO GONZÁLEZ

"No somos panfletarias, pero siempre te sale la ética por algún lado"

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gentedigital.es/ Marcos Blanco
30/9/2008 - 12:18

Una del mediodía. Tres chicas llaman a la entrada lateral del teatro. "¿Quién es?", preguntan desde dentro. "Las chirigóticas", responde suavemente Ana López, como quien proclama una verdad absoluta. El periodista en cuestión les mira, sentado, absorto en la lectura. Al rebasar la puerta, allí las veo, reposando sobre las rojas butacas. Todavía están abriendo los ojos. En dos minutos, el hielo se ha roto. Llega Pepa. Estas cuatro actrices gaditanas (bueno vale, Pepa es de Chiclana) están representando 'Chirigóticas' en el Teatro Alfil. Lo hacen con esa gracia suprema que tienen sus 'chirigotas', pero la peculiar dramaturgia de los personajes otorga a la obra una riqueza artística sensacional. Algunos espectadores han repetido función y seguirán allí hasta el 19 de octubre. Son todo corazón.

¿Cuál es el punto de partida de ‘Chirigóticas'?

Nosotros éramos una compañía de teatro de la universidad de Cádiz. A partir de ahí, decidimos montar un grupo de carnaval en la calle porque en Cádiz las chirigotas ‘ilegales' tienen un formato más teatral. Dos o tres personas, igual veinte, montan un espectáculo que no tiene porqué ser cantado. Es más teatral que el concurso oficial. Sacamos una chirigota, gustó mucho y poco a poco empezaron a salirnos contratos por España y siempre intentábamos darle un formato más teatral, hasta que encontramos a Antonio Álamo, quien montó ‘Chirigóticas'.

¿Es cierto ese rumor de que la igualda de género todavía no está muy conseguida en las 'chirigotas'?

Bueno, es cierto que no te tratan igual, aunque también es verdad que no han salido grandes chirigotas de mujeres en el Falla. Pero vamos, que entre una medio mala de mujeres y otra de hombres, son mucho más crueles con las mujeres. Hay cierto rechazo. Sin embargo, eso sucede en el concurso oficial pero no en la calle, porque allí la gente va a pasárselo bien, les da igual, afortunadamente, quién les cuente un chiste. Puede que esta sensación esté cambiando un poco porque la calle va siempre un poquito por delante del concurso. Nosotros salimos por primera vez hace 12 años y creían que éramos hombres. Una pequeña minoria sí que hablaba de nosotras. Fuimos transgresoras en su momento (risas). Afortunadamente, este año va a salir la primera chirigota de mujeres, todavía la escribe un hombre, pero es un comienzo.

¿Qué significan las ‘chirigotas' para vosotras?

Es la fiesta grande de la ciudad, de Cádiz, diez días de pura diversión con la particularidad de que existe un espacio de creatividad. No es simplemente salir a bailar y a emborracharte. Tiene ese toque de poesía callejera. Muchas personas, camareros, albañiles, profesores o dependientes, se permiten el lujo durante esos días de ser artista, sacan una agrupación, los ves cantando, actuando, te escriben una copla, un romancero en octosílabo... Es una tradición popular muy culta porque, curiosamente, la gente de Cádiz entiende mucho de música, afinación, rima o de escritura sin tener una formación al uso.

¿De qué manera se trasladan esas 'chirigotas' al espectáculo teatral?

Aquí hemos introducido un poco el concepto de personaje. En una chirigota, todo el mundo es la misma persona. Cuando sacamos la despedida de soltera (una de las historias de la obra) todas éramos Chari. Aquí, hemos construido a la prima, a la cuñada... y hemos hecho un trabajo teatral, introduciendo la acción dramática a esa historia básica del 'popurrí'. Hemos construido una obra de teatro con sus diálogos, monólogos... Lo único que ocurre es que cuando el personaje te cuenta que le han echado del trabajo lo hace cantando, con un 'cuplé'. Tenemos esa inspiración carnavalera pero somos actrices.

La obra incluye tres historias. Las gitanas del mercadillo, esa mujer que sale de su tierra para buscarse la vida y la despedida de soltera de la Chari... ¿Por qué esas tres y no otras?

Teníamos un material de 12 años. Antonio Álamo (el director) lo cogió, lo reelaboró y dijo "me gusta esto". Ahí está la idea del dramaturgo, ¿no? Igual estamos demasiado vinculadas al material para saber qué puede funcionar o no, además de que no somos dramaturgas, sino actrices y chirigoteras. Él dijo "aquí podemos hacer esta historia del mercadillo, esta parte del romancero de una mujer que se va de su tierra para buscarse la vida y la tercera parte, la más teatral y experimental: la despedida de soltera".

¿Cuánto hay de reflexion social en estas 'chirigotas'? Porque los textos ironizan sobre las diferencias culturales, sobre la emigración...

No sé, a la hora de escribir, de expresar tu sentido del humor, tu manera de vivir también te sale la ética por algún lado. En un principio, no salimos a dar ningún mensaje, nunca somos panfletarias.  Una de las chirigotas que hemos hecho, 'las maniquís del palacio de la moda', hablaba sobre una tienda muy antigua de Cádiz que había cerrado. La hicimos porque nos hacía gracia y salió un 'popurrí' superpanfletario sobre las multinacionales, avogando por el pequeño comercio. Al final, a una de las maniquis la habían cogido en un banco (risas).

¿El mundo da para muchas 'chirigotas'?

Sí, mirar la vida desde el punto de vista 'chirigótico' es más sano y dá mucho de sí. Te puedes reír de todo. Muchas veces, detrás de la carcajada hay también un dolor, pero de entrada abordar las cosas con la distancia que da el humor te ayuda a no tomarse demasiado en serio nada. Porque aquí no se va a quedar nadie, 'pallá' vamos todos.

Una última pregunta, esta alegría andaluza y esa forma de ver las cosas, ¿Está en los genes o se puede aprender?

Tampoco creemos que sea para tanto (risas). Los gallegos son muy alegres, con la 'morriñilla', los vascos, los cántabros... También hay muchos andaluces 'malaje'. Mi madre (dice Pepa Tous) es la más seria de Cádiz y es de Cádiz, Cádiz. Quizá lo que si existe en Cádiz, a nivel de eucación, es esa predisposición desde que nace uno para buscarle el lado cachondo a las cosas. Pero no pasa en otros ciudades andaluces.

 

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