Gente obrera, gente trabajadora, gente que paga sus impuestos en un barrio "familiar y cercano", donde todos se conocen y se ayudan. Vecinos, como se suele decir, "de toda la vida". Así se definen los residentes en los sectores 1, 2 y 3 de la Cañada Real, próximos al término municipal de Coslada.
gentedigital.es / Patricia M. Molinero
01/3/2012 - 17:26
Aseguran que están lejos, muy lejos, de la imagen que aparece, constantemente, en los papeles, del espectro chabolista, de la delincuencia y las drogas. Los 15 kilómetros que ocupa esta antigua vía pecuaria dan para mucho. Gabriel se hizo con la parcela, en la que actualmente se levanta su vivienda, en el año 1982. Hoy dispone de jardín y tiene piscina y garaje. La vida en la Cañada Real, a unos 300 metros de Coslada, "es tranquila". "Nunca hemos tenido problemas en esta zona, ni por temas de robo ni de droga. El día a día es normal, los que tienen hijos, los llevan al colegio, los demás, trabajamos. Tenemos contratada la luz, el agua y hasta el teléfono, todo de manera legal". En busca de soluciones, Gabriel anhela papeles bajo normativa y escrituras, abierto a la negociación con las administraciones públicas, tanto local como regional. "Todo el mundo nos acusa de no querer pagar, de vivir gratis, y no es así. Si el Ayuntamiento me dice, usted, por estos metros, tiene que abonar este importe, yo estaré encantado, porque aquel que tiene una casa, debe pagarla".
Yolanda comparte opinión. Tiene un hijo de seis años y no conoce otro barrio que La Cañada Real, donde ha crecido. "Seguimos esperando a que normalicen nuestra situación, porque queremos vivir como el resto, pagando la luz, el agua... nada más que eso".
Y nada menos. Encarnación lo ve complicado pero no pierde la ilusión y reitera, como el resto de sus vecinos, que la zona ve correr el calendario ajena a la delincuencia. "Somos humildes y trabajadores. Más arriba, en otra parte, ya no lo sé, pero aquí siempre hemos vivido bien, con mucha solidaridad entre unos y otros, prestándonos ayuda. A ver ahora qué pasa. Esperemos que todo salga bien y nos escuchen".
REUNIÓN INFORMATIVA
La Asociación de Vecinos Cañada Real de Merinas, correspondiente a los sectores 1, 2 y 3, convocó, recientemente, una reunión para dar cuenta de las últimas noticias a los más de 1.000 afectados. Vanesa Valenzuela encabeza y representa a este colectivo. Es la presidenta de un organismo que lleva luchando décadas por mantener en pie este enclave con solera. La Comunidad de Madrid se muestra receptiva. Habló de moratoria, aunque desde los ayuntamientos sonaron acordes de posibles derribos y generaron "inquietud". La Junta Directiva de la citada asociación tiene claras sus pretensiones, que ya han elevado hasta los gobiernos competentes. "Queremos poder quedarnos en nuestras viviendas, que se paralicen las demoliciones de casas y, por encima de todo, la legalización". Con mucha esperanza y ganas de conciliar, Valenzuela mantiene que los vecinos "apuestan por el diálogo". "Estamos dispuestos a sentarnos, las veces que sean necesarias para llegar a una solución beneficiosa para todos". Valenzuela insiste. "La Cañada tiene diferentes realidades y los hábitos que puede tener cualquier ciudadano. Conviven hasta tres generaciones. Abuelos, hijos y nietos residen en la misma casa".
Propiedad del Ejecutivo que preside Esperanza Aguirre, algunas de las viviendas de la Cañada Real cercanas a Coslada tienen hasta tres plantas, cuidadas al detalle y propias de revista. La calle está asfaltada, hay contenedores de basura a las puertas y postes de luz. Paseando, huele a familia. Los más pequeños van de un lado a otro en bicicleta y el cruce de vecinos es con mano alzada y saludo. Parece que no hay secretos. Dicen que tanta lucha les ha unido, más si cabe. Hoy, como tantas otras veces, se mantienen firmes. No quieren dejar el barrio que comenzó a ver la luz hace más de tres décadas.
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