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Gente en Castilla y León

La conexión

El amargo ocaso de Tomás Villanueva

La verdad que ha sido rápida la reacción del aún consejero de Economía de la Junta de Castilla y León, Tomás Villanueva, de anunciar su próxima comparecencia ante la Diputación Permanente de las Cortes para dar explicaciones sobre la investigación de la Fiscalía Anticorrupción por presunto tráfico de influencias, amiguismo, y enriquecimiento ilícito de algunos de sus colaboradores más directos mediante la tramitación ilegal de licencias de parques eólicos en varios puntos de Castilla y León.

Archivado en: Francisco J. Martínez Carrión, la conexión, Tomás Villanueva

Francisco J. Martínez Carrión
24/4/2015 - 05:50

Feo asunto, muy feo, porque la investigación aporta todo lujo de detalles, con nombres y apellidos, fechas y cantidades, gestiones y documentos. Se aprecia un trabajo sólido y consistente por parte de los investigadores.
Pero esta investigación no es la única en marcha y que afecta al entorno del consejero. Ahí está todo lo relacionado con la adjudicación de las obras de construcción del nuevo edificio de la Consejería, otro proyecto multimillonario del que ahora sobresalen muchas sombras y sospechas de presunta corrupción. Y, por si fueran pocos los escándalos, ahí están también las investigaciones sobre presuntas prejubilaciones irregulares en la minería del carbón, prejubilaciones que han beneficiado a técnicos y empresarios que, en algunos casos, nunca habían bajado al interior de una mina.
Y, por supuesto, no se puede olvidar la implicación de su Consejería en los escándalos de las difuntas cajas de ahorro de la Comunidad, en las que sus consejeros, presidentes y altos directivos están acusados de abusar de sus privilegios y de no actuar con la transparencia debida en la contratación de productos financieros complejos, como las preferentes o las subordinadas.
La explicación, claro, siempre es la misma y parecida de un lugar a otro, como ahora vemos en Andalucía: la culpa es de los subordinados, yo no me enteré de nada, a mí no me llegaron los informes que avisaban de posibles irregularidades, etcétera. Andalucía y Castilla y León tienen en común que han sido gobernados en los últimos treinta años por el mismo partido político, el PSOE en un lugar y el PP en otro. Y tantos años de gobierno generan desidia, desgana, rutina malsana, falta de control, abusos de confianza, prepotencia, oscurantismo y amiguismo, entre otras prácticas mucho peores.
¿Quién le iba a decir al siempre todopoderoso líder del PP vallisoletano y brazo ejecutor de las políticas económicas de la Junta que, al final de su carrera política, iba a verse implicado en casos de corrupción y su nombre arrastrado al barro de la ignominia ciudadana? Y, además, coincidiendo con el escándalo Rato. Ya es coincidencia.
Pero aunque no se llegue a demostrar su implicación personal en estos casos de corrupción que se investigan, lo que ya no podrá evitar Villanueva es que se le adjudiquen en su haber los tremendos fracasos en la gestión de la minería del carbón, en quiebra técnica, sin futuro y que ha expulsado a miles de trabajadores en los últimos años; y, en segundo lugar, el trágico fracaso de su grandilocuente estrategia de construir el "pulmón financiero" de la Comunidad, que terminó como el rosario de la aurora, es decir en sonoro fracaso con las cajas de ahorro quebradas, intervenidas o desaparecidas y muchos de sus protagonistas imputados por presuntos delitos. Triste, muy triste balance, para el que un día fue considerado el artífice del milagro económico de Castilla y León.

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