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Gente en Castilla y León

Apuntes de una alcaldesa

Tengo el corazón amarillo

Seguramente todos recordarán la canción ‘Tengo un tractor amarillo' de Zapato Veloz, que desde el verano de 1993 sigue sonando en todas las fiestas. Y posiblemente lo hagan con una sonrisa en los labios y la pegadiza música en la cabeza que casi sin querer nos incita al baile. Pero no vamos hoy de canciones ni cantantes, más bien de otro tipo de cánticos mucho más rústicos y chabacanos, que también utilizan el amarillo como fotorreceptor de sus troperías. Me refiero a la Consejería de Agricultura de la Junta de C. y León, que en uno de sus últimos y gloriosos atropellos ha pasado del tractor, al corazoncito amarillo de marras que nos encontramos plantado en la mayoría de los productos cuando vamos a hacer la compra y que reza ‘Tierra de Sabor' en el centro de tan preciado órgano.

Archivado en: Ana Isabel Ferreras, Tierra de Sabor, Silvia Clemente, Comunidad de Castilla y León

Ana Isabel Ferreras
16/1/2015 - 01:10

Mala fortuna hemos tenido con esta señora, también de pelo amarillo, titular de Agricultura desde hace muuuchos años, con el invento del corazoncito. Sinceramente, muy mala fortuna llevamos teniendo en esta provincia con semejantes gobernantes, que ni han tenido, ni tienen, ni tendrán una pizca de sensibilidad leonesa. No hay que olvidar que ellos hacen las leyes, así que legislan como les conviene. Primero obligaron a todas las Casas de León a cambiar la denominación colocando el calificativo de ‘Castilla' por delante, retirando todo tipo de subvenciones culturales si no lo hacen. ¡Ahh... es que dicen que así se hace comunidad!. Después plantan el corazón amarillo obligando a todas las empresas a adherirse por pelotas a esta chorrada de marca inventada por la Junta y seguramente con fines, como siempre más particulares que generales, advirtiendo que todo el que no tenga el corazón amarillo, no asistirá a ningún tipo de promoción ni feria organizado por la esta, nuestra querida comunidad.
Y la última gamberrada acaba de emplatarse de lleno en los restaurantes calificados como típicos, al obligarles también por pelotas, a servir productos con el corazón amarillo. ¡Ahhh... que siguen pensando que así se hace comunidad!
Queridos lectores....todo esto es un auténtico fraude y nos toman el pelo como si fuésemos niños de primaria a la puerta de un colegio. Nos están robando la identidad de nuestros excelentes productos de León (tampoco veo que la Diputación haya peleado por mantener su distintivo independiente, simplemente se ha unido a ese tractor de corazones amarillos, por supuesto para sacar tajada); están vendiendo bajo esa marca mercancía que no procede ni siquiera de esta Comunidad (véase el origen); van a hacer desaparecer de este país las Casas de León, y obligan a los restauradores típicos a meter en sus cocinas corazones atípicos. ¡Que les den!

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