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ESPECIAL XXXII ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA (Con la colaboración del Parlamento de Cantabria)

Palacio reflexionó sobre la importancia de las Cortes de Cádiz en la actual democracia y consideró la idea de una futura Constitución Europea

"La Constitución Española ha servido en los últimos días para solucionar un problema de enorme magnitud que impedía a miles de ciudadanos circular libremente por el territorio nacional y causaba graves perjuicios de toda índole al conjunto de nuestro país. Por primera vez celebramos este día de la Constitución en un ambiente excepcional, nada menos que en estado de alarma. Pero podemos celebrarlo con legítimo orgullo, porque tenemos una Constitución que nos protege. Nos devuelve a todos los derechos que teníamos amenazados y nos coloca en situación de atajar los graves perjuicios causados y de exigir las responsabilidades a que haya lugar..."

Archivado en: Parlamento de Cantabria, XXXII Aniversario de la Constitución Española, Miguel Ángel Palacio

G. Antón
09/12/2010 - 19:06

Hace ahora 200 años tuvo lugar en Cádiz un acontecimiento trascendental. Fue el 24 de septiembre de 1810: Aquel día tuvo lugar en el teatro de la Isla, que entonces se llamaba de León y hoy San Fernando, la inauguración de las Cortes que iban a aprobar la Constitución de Cádiz. Aquella fue una jornada de emoción incontenible, de orgullo patriótico, de alegría y de color, que Benito Pérez Galdós describe magistralmente en uno de sus Episodios Nacionales, precisamente el que lleva por título Cádiz.

Como dijo recientemente el presidente de las Cortes, don José Bono, allí se escribió el Prólogo de un libro maravilloso aún inacabado, el libro del constitucionalismo. Un libro del cual, la Constitución de 1978, que hoy cumple 32 años y es con mucho el más largo y fecundo, es el capítulo que inspira la convivencia de nuestra generación. En Cádiz, reflexionando sobre lo que allí ocurrió hace 200 años, podemos sentir orgullo, porque allí tuvo lugar el nacimiento de la Nación Española. No porque antes no existiera, sino porque allí se tomó conciencia de ella.

El nuestro fue uno de los primeros países del mundo que se incorporó al Constitucionalismo, después de la Constitución de los Estados Unidos, aquella que proclama que todos los seres humanos nacemos iguales y libres; después de la de la Asamblea francesa, aquella que en 1791, el mismo año en el que se construyó este edificio, proclamó los principios de la igualdad, la libertad y la fraternidad. La de Cádiz asombró al mundo. Porque allí en Cádiz "las campanadas del reloj de la Historia" - como escribió Pérez Galdós- señalaron la última hora de un régimen de siglos, de milenios, basado en la inspiración revelada, y repicaron anunciando el nacimiento de una nueva mentalidad: Que la soberanía reside en la Nación. Por eso Cádiz fue tan importante.

FIN A LOS PRIVILEGIOS

Por eso, y porque allí se tomó nota por primera vez de la voluntad de España. Porque allí, en Cádiz, se proclamó por primera vez la necesidad de poner fin a los privilegios. Porque allí se suprimieron los ventajismos por razones de sangre, de cuna, de lugar de nacimiento. Porque en Cádiz nació la libertad de imprenta, que luego tomaría el nombre de libertad de expresión, libertad de información, libertad de opinión, libertad de crítica.

(...) Porque en Cádiz se decidió que hubiera un idioma, el español, que se hablara en todos y en cada uno de los territorios de la península y de ultramar, como vehículo de máximo entendimiento universal. Porque allí quedó izada simbólicamente la bandera de la libertad. Una bandera que a pesar de haber sido arrancada y pisoteada tantísimos años, se sigue viendo en espíritu desde todos los rincones del mundo. La han estado viendo y aclamando cinco generaciones de españoles desde entonces. La adorable bandera de la libertad.

Ejemplo memorable de patriotismo y de unión. Ejemplo válido para cuando los españoles nos veamos asediados. Hoy ya no por bayonetas enemigas, pero sí por otras armas más sofisticadas y más poderosas: Las hostilidades económicas. El asedio al producto de nuestro trabajo. El cerco de los especuladores financieros. Aquí y hoy estamos convocados ¡todos! a un nuevo patriotismo; a un nuevo sentido de la responsabilidad y de la unidad.

TRATADO DE LISBOA

(...) Las páginas del libro se van escribiendo poco a poco, quizá demasiado poco a poco. Pero se escriben. Todos sentimos frustración cuando vimos que no se llegó a proclamar un texto al que pudiéramos ponerse como título "Constitución Europea". Pero sí se logró un texto suficiente, el Tratado de Lisboa, que nos da oportunidades para establecer y fortalecer redes trasversales a lo largo y ancho de Europa -como esa que estamos animando desde este Parlamento, la de territorios de montaña de toda Europa-. Redes de hombres y mujeres libres, de todos los países que diseñamos nuevas patrias de colaboración, de pasión, de entendimiento y de compromiso.

Termino, señoras y señores: Un gran pensador alemán del siglo XIX, fascinado por la obra de Cádiz, escribió que en toda la Historia de la Humanidad, fue allí, en Cádiz la primera vez que se reunió una Asamblea con diputados de ambos hemisferios, de todo el mundo, desde Chile a Filipinas. Pues bien, día vendrá, y ojalá esté próximo, en el que el libro del constitucionalismo empezado en Cádiz, se termine de escribir.

El día en que una gran asamblea globalizada, con diputados y diputadas de todo el mundo, en proporciones de igualdad, y representando a los miles de millones de seres humanos que pueblan la tierra, legislarán sabiamente. Para que la tierra pueda seguir siendo un espacio amable para la especie humana. Para que toda guerra sea sustituida por la correspondiente votación libre, igualitaria y secreta. Para que las causas que provocan el hambre sean declaradas fuera de la ley y perseguibles como delitos. Para que la sola existencia de un niño, de una niña sin escuela sea motivo de un escándalo internacional insoportable.

Entre tanto, celebramos las metas ya conseguidas. La Constitución que hoy cumple 32 años. Y a su prólogo, la Constitución de Cádiz que hace justamente 200 años se comenzó a debatir. Y decimos como entonces: Viva España, Viva la Constitución".

Discurso institucional del presidente del Parlamento de Cantabria, Miguel Ángel Palacio. 6 de diciembre de 2010.

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