Archivado en: Vetusta Morla, Pucho, Sálvese quien pueda, Radiohead
El otro día tuve que reprimirme en pleno metro. Ataviado con la habitual vestimenta deportiva que llevo encima para jugar al baloncesto todos los martes, iba escuchando a Vetusta Morla y no podía controlar mis pies, mi boca, los latidos, la respiración. Dos chicas un tanto góticas no daban crédito. De un andén a otro moviendo el esqueleto al ritmo de 'Un día en el mundo', el discazo de Vetusta Morla. De la primera canción a la última. 'La marea', 'Rey Sol'... o ¡Sálvese quien pueda! La voz es el arma más poderosa para matar la rabia. "Hay tanto idiota ahí fuera", canta Pucho. Comerciales, previsibles, estereotipados, imitadores de Radiohead... Digan lo que digan, sigo pensando que estos chicos hacían falta en el panorama español. Eso sí, los llamativos precios para su actuación en el Circo Price de Madrid ya denotan el caché que van cogiendo. Me han comentado que han dejado 'tirados' a algún medio para hacer entrevistas. Esperemos que no se les suba el éxito a la cabeza. Porque entonces, esas letras, ese espíritu tan brillante que les rodea se reduciría a cenizas. "Padre, he de confesar que no puedo dejar de escuchar a Vetusta Morla", le diría al cura si volviese algún día por la iglesia. ¡Vetusta Morla, oe, Vetusta Morla, oe!
Publicado el 8 de abril de 2009 a las 14:30.