Ambos participan en campamentos dirigidos a niños y jóvenes que sufren alguna discapacidad.
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gentedigital.es/P.C.
13/7/2012 - 13:32
Sofía todavía no tiene lenguaje. "A veces pide y sabemos lo que quiere, otras veces no", explica María Ángeles, su madre. Sofía tiene diez años y sufre una grave discapacidad que le ha robado el habla. Pero no la sonrisa, los aplausos o cualquier otro tipo de expresión alegre que estos días tanto ella como otros niños transmiten a María Vázquez, pedagoga experta en educación especial, durante un campamento de verano que se desarrolla este mes de julio en el CC Siete Ojos. "No hay mucha oferta de ocio para este tipo de niños, y necesitamos más recursos , ampliar su duración, que se puedan quedar a comer... Porque necesitamos cubrir nuestra jornada laboral", apunta la madre. Este es el tercer campamento para Sofía, y el sexto para Quico, un adolescente de 17 años con parálisis cerebral. "Resulta difícil encontrar a personas que puedan cuidarle en casa", indica Miguel Ángel, su padre. "Por eso tiramos siempre de familiares y sacamos horas de donde no hay, porque tanto mi mujer como yo trabajamos", aclara.
En total, el Ayuntamiento ha ofrecido 21 plazas para esta iniciativa, con el patrocinio del Centro Comercial TresAguas, que la financia con 3.500 euros. "Estos campamentos tienen un doble objetivo: ayudar a los cuidadores, porque el verano es muy largo y desestructura bastante a los chavales; y dar una respuesta de ocio adaptada, en un espacio adaptado y con material específico. Fundamentalmente sufren discapacidad intelectual asociada a discapacidad física y están gravemente afectados", afirma Lourdes, técnico municipal de Servicios Sociales.
cuentos y circo
En cuanto a los contenidos de los campamentos, éstos se dividen en dos temáticas. "La primera quincena de julio se centra en el mundo de los cuentos, y la segunda la dedicaremos al circo. Trabajaremos en ambas con una metodología de animación estimulativa, con actividades de experimentación, manipulación...", argumenta María. La jornada, de lunes a viernes, comienza cada día con una bienvenida a modo de taller de comunicación y continúa con una historia a través de la cual les avanzan los planes. "Durante un rato nos vamos al parque y jugamos con bolos, pelotas, columpios... Después les damos un taller de pintura o dibujo, por ejemplo, y terminamos en el aula de musicoterapia para cantar o, simplemente, relajarnos", concluye la pedagoga.
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