El nuevo Congreso tiene pendiente de renovar el CGPJ, el TC, así como elegir nuevo Defensor del Pueblo y presidente RTVE.
Archivado en: elecciones 10N, PSOE, PP
E. P.
11/11/2019 - 13:22
Los dos partidos hegemónicos tradicionales, el PP y el PSOE, han sumado un total de 11.770.501 votos (207 escaños), con el 99,98% del voto escrutado, lo que suma un 48,81% de los sufragios emitidos en las elecciones de este domingo. Con estos resultados, el bipartidismo gana terreno respecto a los comicios del 28 de abril, al conseguir 18 diputados más, pero se queda a tres de los 210 escaños necesarios para renovar solos el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Defensor del Pueblo y Radio Televisión Española (RTVE).
En concreto, los socialistas han cosechado un total de 6.751.943 votos (un 28%) en esta nueva cita con las urnas, lo que se traduce en 120 diputados, y los 'populares', 5.018.558 (un 20,81%), lo que supone 87 asientos en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
En los comicios de hace seis meses, PSOE y PP se anotaron su marca más baja de la reciente historia democrática tras la irrupción de Podemos y Ciudadanos en las generales de 2015, primero, y la incursión de Vox en los comicios el pasado 28 de abril. En esos resultados influyó el hecho de que el PP de Pablo Casado sufriese un importante descalabro, al pasar de 137 a 66 diputados, dejándose por el camino más de 3,5 millones de euros y un 16,32%.
Pero este domingo, pese a que Pedro Sánchez y los suyos han perdido tres diputados, al pasar de 123 a 120 escaños, el partido capitaneado por Casado ha recuperado 21 escaños (de 66 a 87), lo que ha permitido al bipartidismo sumar más apoyos que hace medio año, un total de 207 diputados.
A SÓLO TRES DIPUTADOS
Si el 28A los dos partidos mayoritarios se quedaron a 21 escaños de la mayoría de tres quintos (210 de los 350 asientos en el hemiciclo) necesaria para elegir a los miembros de los órganos constitucionales, en estas elecciones se han quedado sólo a tres.
Hasta los comicios del pasado mes de abril, el bipartidismo había venido disfrutando de esa autonomía de maniobra en todas las legislaturas. Eso sí, lo habitual ha sido que PP y PSOE acabasen abriendo la negociación a otros partidos minoritarios para que la representación de los mismos fuera lo más acorde posible con la fotografía del hemiciclo o para fortalecer las alianzas con sus respectivos socios.
La cercanía de los dos grandes partidos nacionales a esos 210 escaños tendrá lugar precisamente en una legislatura en la que, según la lista de tareas pendientes de la Cámara Baja, se deberá acometer la renovación de los vocales del CGPJ y de los miembros del Tribunal Constitucional, así como elegir nuevo Defensor del Pueblo y presidente RTVE.
PODEMOS Y CIUDADANOS, 'CULPABLES'
Los 69 escaños con los que el partido de Pablo Iglesias y sus marcas desembarcaron en el Congreso tras las elecciones de diciembre 2015, y los 40 obtenidos entonces por Ciudadanos certificaron ya el fin de un bipartidismo que venía dominando la escena política española desde las primeras elecciones democráticas, en 1977.
En esos comicios, 'populares' y socialistas sumaron su apoyo más exiguo, al obtener un 50,72% de los sufragios, lo que se tradujo en 213 diputados, un registro que mejoraron en las elecciones que se celebraron seis meses después, en junio de 2016, cuando el 55,64% de los españoles confiaron su voto a los dos partidos mayoritarios, subiendo a 218 escaños.
Los resultados cosechados en ambas citas electorales están, no obstante, muy lejos de los de los comicios inmediatamente anteriores, los de 2011, cuando PP y PSOE sumaron 17.870.077 votos (296 escaños) en la última consulta electoral, alcanzando un porcentaje del 73,39 por ciento.
En este caso, la clave estuvo en el derrumbamiento del PSOE pues el PP ganó las elecciones con mayoría absoluta (186 diputados). En aquel entonces, el único partido que había conseguido desestabilizar levemente el bipartidismo imperante fue Unión, Progreso y Democracia (UPyD), que entró en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo con cinco diputados.
EL PUNTO ÁLGIDO EN 2008
El punto álgido del bipartidismo llegó con los resultados que arrojaron las elecciones generales de 2004 y 2008, en las cuales acabó gobernando el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, en ambas sin mayoría absoluta.
En las primeras, PP y PSOE sumaron 312 diputados (81,3%), pero el cénit fue en 2008, cuando coparon el 83,81% de los votos y llegaron incluso a los 323 escaños, dejando sólo 27 plazas del Congreso para todas las formaciones minoritarias, que fueron clave para que Zapatero pudiera gobernar con lo que se denominó geometría variable.
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