La Navidad ya ha finalizado y la temible cuesta de enero se presenta ante muchos ciudadanos como un muro dolomítico de casi imposible escalada. El inicio de 2018 trae consigo variaciones en algunos de los recibos a los que hay que hacer frente, una circunstancia agravada por los gastos extraordinarios típicos del periodo navideño. No obstante, no todo son malas noticias para los consumidores.
- Electricidad: El ogro al que más temen los españoles cada primero de mes dará un respiro en el comienzo de 2018. El Gobierno no alterará la parte regulada (que representa el 41% de la factura), por lo que todo dependerá del comportamiento del mercado mayorista. En cualquier caso, no se esperan subidas tan elevadas como las de hace un año, cuando la luz llegó a los precios más altos de la última década.
- Combustibles: El aumento del precio de las materias primas provoca que el año empiece con subidas generalizadas, que afectarán especialmente al gas natural, a la bombona de butano, a la gasolina y al gasóleo. Este último ha alcanzado su pico más alto desde julio de 2015, fundamentalmente debido a que el barril de Brent se sitúa por encima de los 60 dólares.
- Telefonía: La cuota de abono de Telefónica se mantendrá en 17,4 euros, aunque esta modalidad afecta cada vez a menos clientes. La mayoría de las operadoras aplicará subidas en sus paquetes a cambio de mejores servicios, como es el caso de la tarifa Love de Orange y la Fusión de Movistar.
- Transportes: Renfe ha decidido congelar por tercer año consecutivo las tarifas de Cercanías y de Media Distancia convencional, las más utilizadas, a cambio de subir las de AVE y Larga Distancia un 1%, lo que supone un incremento medio en el precio del billete de 48 céntimos. Las tasas aeroportuarias se reducirán un 2,22% a partir del 1 de marzo, mientras que la de navegación aérea baja un 3%, medidas que deberían contribuir al descenso del precio final. La mala noticia en este aspecto llega en las autopistas de peaje, que aumentan su precio un 1,91%, coincidiendo con el 'rescate' de algunas de ellas por parte del Estado.
- Impuestos y ayudas: Pendientes de la aprobación de los Presupuestos Generales están varias de las novedades que pretende incorporar en materia fiscal el Gobierno central. Si el PP y Ciudadanos logran sumar apoyos de otras fuerzas, el IRPF experimentará una bajada especialmente destinada a las rentas más bajas, a las familias numerosas y a los que tienen a su cargo ancianos o discapacitados. También está prevista la ampliación del permiso de paternidad a cinco semanas y una ayuda para pagar las escuelas infantiles para los niños de 0 a 3 años.
CONSEJOS PARA ESCALAR LA CUESTA:
- Elaborar un presupuesto familiar: El primer paso que deben dar todas las familias es hacer un estudio de cara a planificar los futuros desembolsos. Hay que tener en cuenta cuáles son los gastos fijos que habrá que afrontar (hipoteca, luz, agua...) y establecer la parte correspondiente del presupuesto familiar para cada una de esas necesidades.
- Comparar antes de realizar la compra: Una de las herramientas con las que contamos a la hora de adquirir determinados productos es Internet. Comparar precios en páginas especializadas permite ahorrar una media del 33,5% en algunos artículos. Esta práctica, habitualmente restringida a vuelos y hoteles, se ha extendido ya a otros sectores.
- Controlar los gastos no prioritarios: No es el momento de hacer desembolsos que realmente no sean necesarios, por lo que hay que analizar bien si realmente se necesita eso que se está pensando comprar, y si no va a descuadrar el presupuesto. Hay que esperar un poco y evitar la compra por impulso, especialmente en este mes.
- Tener cuidado con los productos gancho: En plena época de rebajas, hay que tener cuidado con los supuestos chollos o los grandes descuentos, para evitar sustos posteriores. Es importante saber cuál era el precio del producto antes de las rebajas y comprobar que, efectivamente, el descuento que se indica es real.
- Consumir de manera responsable: Utilizar bombillas de bajo consumo, no dejar todas las luces encendidas, poner la calefacción sólo lo necesario o dar un paseo en vez de coger el coche en trayectos no muy largos son algunos ejemplos de cómo se puede ahorrar a la vez que se ayuda a proteger los recursos naturales del planeta.