"Tengo miedo. No se puede jugar así con los enfermos"
Archivado en: hospital, sanidad, encierros, privatizacion, madrid, instituto de cardiología, ciudad universitaria, medicina
Después de 65 años funcionando, el Instituto de Cardiología, perteneciente al Servicio Madrileño de Salud, ubicado junto a la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, cerrará sus puertas el 31 de diciembre. Un escrito del director gerente daba la noticia a los trabajadores, que permanecen encerrados desde el pasado 7 de noviembre en señal de protesta. A partir de 2013, el personal fijo del centro, unos 125/130 empleados -entre médicos, enfermeras, auxiliares...- se incorporará al Clínico San Carlos, a donde también irán a parar los pacientes y el equipamiento. Pero no se sabe qué ocurrirá con el personal contratado, que ronda el medio centenar, y que cuentan con hasta 14 o 15 años de interinidad.
"Lo único que pretenden es ahorrarse esos tres millones de euros que cuesta la gente que echarán a la calle", explica José Antonio Rivero, presidente del comité de empresa. "La viceconsejera dijo en televisión que esto se cierra porque no tenemos instalación propia y porque salimos muy caros. El presupuesto total ronda los 7 u 8 millones de euros, de los cuales el 90% responde a gasto de personal", añade.
Paradójicamente, el Instituto de Cardiología, al que por cierto Ignacio González no nombró al hablar de su Plan de Medidas de Garantía de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario, está siendo reformado desde hace un lustro. Y, según los trabajadores, hasta finales de la semana pasada se estaban colocando ventanas nuevas. "Se ha modificado todo, porque es un edificio muy antiguo, desde la instalación eléctrica al oxígeno, para adecuarlo a la normativa. No entendemos nada", matiza Rivero.
Más aún si se considera "la larga lista de espera que eliminamos de pruebas diagnósticas, pruebas que realizamos con personal especializado", subraya, preocupado también por dónde irán a parar las intervenciones quirúrgicas de dermatología, el servicio de rehabilitación o el de insuficiencia cardiaca, inaugurado hace un año.
Según la Consejería de Sanidad, el Instituto de Cardiología funcionaba hasta ahora como un centro de apoyo para el Clínico, y no tenía población de referencia. Sin embargo, pacientes habituales como Ramón Gascón, vecino de Moncloa de 62 años, no pueden ocultar su indignación. "Tengo miedo, porque estoy delicado y me da pánico que no me atiendan bien. No pueden jugar de esta manera con los enfermos", denuncia.
En su historial figura un triple baipás, tres válvulas metálicas y un cateterismo. "Vengo a los controles cada seis meses, pero el 13 de noviembre el doctor Reyes me dijo que ya no podía pedir la siguiente cita", confiesa. Igual de asustado nos encontramos a Inocencio Carrasco, de 78 años. "Aquí me salvaron la vida, y yo soy una persona muy agradecida, por eso quiero apoyarles y evitar el cierre. Además, esta semana estuve en la consulta y el médico me comentó que tengo la aorta un poco dilatada, así que tendré que seguirla de cerca", reconoce.
En cuanto al resto de planes del Ejecutivo regional, como la conversión del hospital La Princesa en un centro especializado en mayores, éste podría seguir siendo finalmente de carácter general, tal y como se desprende de las reuniones mantenidas entre la Junta de centro y la Consejería que, parece, se ha comprometido verbalmente a mantener urgencias y las áreas docentes y de investigación.
Al margen de los diferentes encierros que se mantienen en más de 15 centros, los trabajadores han convocado para este domingo día 18 la 'marcha blanca', con salida desde los diferentes centros hasta Neptuno (13:00).
Publicado el 16 de noviembre de 2012 a las 08:00.