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Mientras el tráfico aéreo europeo trata de volver a la normalidad, mientras la calculadora echa humo valorando las pérdidas ocasionadas por el volcán islandés, crece entre los clientes cierta desconfianza al conocerse noticias como la que este jueves publica Daily Mail.
Un vuelo de la compañía Thomas Cook, que hacía el trayecto de Manchester a la isla griega de Creta, sólo con tripulación a bordo, tuvo que volver a su punto de partida y aterrizar de emergencia por culpa del Eyjafjallajökull y sus cenizas.
Hubo un fallo en el motor que saltó a la red a través de la conversación grabada entre el capitán del Boeing 757 y la torre de control. La alarma saltó cuando el piloto detectó un fuerte olor a humo en la cabina: "Estamos seguros. Son las cenizas del volcán", explicó:
Publicado el 22 de abril de 2010 a las 13:45.