Una zona embarrada en pleno barrio de San Cristóbal de los Ángeles, justo bajo la plataforma de nueve carriles de la Avenida de Andalucía, se convertirá muy pronto en un espacio abierto vecinal especialmente dirigido a los más jóvenes.
De la revalorización de este recurso local se encarga Basurama, un colectivo formado por arquitectos que trabaja desde hace una década dando un nuevo uso a lugares abandonados y a materiales residuales, recuperando al mismo tiempo la capacidad de las personas para retomar su entorno.
Este proyecto, que forma parte de la iniciativa 'Autobarrios', ideada por Basurama, lo respaldan Obra Social Caja Madrid (que aporta la financiación principal), pero también y sobre todo, un gran número de asociaciones presentes en el barrio desde hace años, como La Unidad o La Chimenea, aparte de Educación, Cultura y Solidaridad y los trabajadores "de calle" que pertenecen al Programa Integral de Convivencia y al Programa de Atención Continuada del Ayuntamiento de Madrid. Sin olvidarnos de la Asociación de Empresarios del Polígono La Resina, que donarán parte de los materiales necesarios para recuperar el sitio.
Gestión de recursos
"Se trata de revalorizar y volver a aprender a gestionar los recursos locales para hacer y construir lo que soñamos. En el caso de San Cristóbal, intentamos crear un espacio vecinal para los jóvenes de quince años para arriba, faltos de lugares donde desarrollar actividades", explica Sarah Fernández Deutsch, colaboradora en el proyecto 'Autobarrios' de Basurama. "La idea es que sean conscientes de que ellos pueden generar barrio para ellos y para el resto de vecinos. Lo que vamos a hacer es recuperar una zona que se encuentra en estado de semi abandono, con la ayuda de los jóvenes desde el diseño y generación de deseos hasta la habilitación final, apunta Juan López-Aranguren, miembro del colectivo.
Uno y otro insisten en que los jóvenes son aquí los protagonistas, y las asociaciones de este barrio, que siempre ha tenido una fuerte identidad, las que luchan con ellos cada día. "Nuestra labor es proporcionar un escenario donde las actividades que ya llevan a cabo puedan desarrollarse de forma distinta, y el 'feedback' con los chavales ha sido estupendo de momento, facilitado por las propias asociaciones", matiza López-Aranguren.
Mobiliario urbano
Otro de los objetivos radica en dotar a dicho ambiente de mobiliario urbano, convirtiéndolo "en un espacio atractivo, con colores, luces, y con un suelo transformado donde poder tener desde una zona de juego a una zona de estancia", añade Juan.
Para ello parece fundamental contar con la colaboración de los empresarios del entorno. "La suerte de este barrio es que tiene cerca un polígono industrial con muchísimas compañías que hacen todo tipo de servicios y a las que les interesa mucho participar en este proyecto", reconoce Sarah, entendiendo el polígono como una oportunidad y como un beneficio para los empresaros, que se integran así en el barrio, no como un lugar de conflicto, sino de cooperación.
Algunos ejemplos de esa reutilización de materiales se basan en construir un campo de juegos con neumáticos, un volumen donde generar actividades con bolsas de plástico, o estructuras y fachadas con palés. Todo ello teniendo en cuenta que "hay que cambiar la mirada y utilizar estos materiales de forma distinta", subraya Juan.
Algo que ya se ha hecho en el barrio. "Para demostrar a la gente que puede construir objetos acabados de calidad con los materiales del entorno y con sus propias manos, hemos construido mobiliario urbano con neumáticos y hemos creado una zona de sombra con lonas de segunda mano, todo ello en la plaza de Los Pinazo, un lugar de paso entre el área comercial y muchas viviendas. Los neumáticos se hicieron para esa zona, parte se han destinado a Casa San Cristóbal, y podrían ir incluso a colegios del entorno", expone López-Aranguren.
Falta de mentalidad
Sin embargo, y aunque en países como Alemania, Suecia o Berlín crece el interés por la reutilización, desde Basurama se quejan de que "en Madrid no hay una mentalidad asumida ni una política que haga esta apuesta de futuro, por la creatividad", advierte, destacando que "en cambio, recientemente, tuvimos aquí a dos profesores de Washington para que les asesorásemos en trabajar con materiales". Por otro lado, argumentan que se trata de un proyecto necesario en cualquier barrio "porque crea comunidad y eso se ha ido perdiendo por nuestra forma de vida. Se ha perdido la calidad de lo público. Antes se veía a cualquier señora bajándose la silla a la calle, ahora esta casi prohibido. Toda iniciativa común depende de aprobaciones y al final los espacios pierden mucho de imaginario colectivo", concluye Sarah.
Sombras hechas con lonas de anuncios
Lonas procedentes de espacios publicitarios o exposiciones han servido para crear un espacio de sombras en la plaza de Los Pinazo. "Son muchas las personas que pasan por ahí, y servía de parada sobre todo para los mayores del barrio", recuerda Juan López-Aranguren.
"El proyecto 'Autoparques' puede formar parte del propio proceso pedagógico, de las clases"
Dentro de la línea de trabajo que busca construir cosas por uno mismo y controlar el entorno, Basurama desarrolla otra iniciativa, 'Autoparques', que trabaja con la comunidad escolar (alumnos, padres y profesores) para dar respuesta a las necesidades de los centros empleando recursos locales, creando huertos verticales o zonas de juego. "Esta idea, que puede formar parte del propio proceso pedagógico, de las clases, la llevamos a cabo con colegios de la Fundación Hogar del Empleado. Hemos tenido ya una experiencia en el Colegio Lourdes (al lado de la Casa de Campo) y en otros centros de la periferia de Madrid", comenta Juan.
En el Colegio Lourdes, Basurama trabajó para construir un huerto vertical, pero en otros centros les han pedido desde un espacio cubierto pero al aire libre hasta una zona de sombras. "Nos acaban de contactar de una guardería de Fuenlabrada donde nos piden cómo hacer juegos para niños con los recursos locales", aclara.
Comisariar la Noche en Blanco, 'un reto'
Uno de los grandes retos de Basurama fue comisariar la Noche en Blanco en 2010. "En vez de crear un 'chill out' para unas horas, construimos elementos de juego (columpios, toboganes) que hoy están en la Cañada Real (...) También planteamos recuperar solares abandonados como el Campo de Cebada, en la Latina, que lleva dos años activo", indica Juan.
Más información sobre este colectivo en Basurama.org.
Publicado el 5 de octubre de 2012 a las 08:30.