"Irrespetuoso, ofensivo, intolerable y antiguo", más propio de épocas que "felizmente están superadas", según De la Vega. "No se puede tolerar ni en política ni en la vida que a una mujer se la insulte o se la falte al respeto por el hecho de serlo", ha opinado Pajín. Una y otra se refieren al artículo del diario conservador alemán 'Frankfurter Allgemeine', con el título 'Las muñequitas de Zapatero', que repasa la imagen de varios políticos españoles y, sobre todo, de nuestras ministras.
"No sé si es misógino o no porque creo que también habla de algunos señores, no sólo de señoras. En cualquier caso creo que a los políticos hay que valorarlos y enjuiciarlos por sus obras y sus actuaciones y no por su aspecto físico, sean hombres o mujeres", ha recalcado De Cospedal.
Lo cierto es que Leo Wieland, el periodista que se ha atrevido con el titular y con la información en general, justifica la indumentaria de nuestras ministras en la simple búsqueda de votos. Destaca la juventud y el maquillaje de Aído, el 'look' gitano de Sinde, el esmoquin de Chacón, el estilo a lo calle Serrano de Trinidad Jiménez, y a De la Vega la bautizan como 'De la Vogue'. Critica los colores empleados, el atrevimiento de las 'rajas' y el empleo de marcas caras en plena crisis. Eso sí, defiende a Zapatero. Pero, ¿en qué mundo vivimos?
Publicado el 20 de septiembre de 2010 a las 20:15.
"Hay una pinza machista que atrapa a las mujeres y denigra a los hombres". Así se presenta la campaña con la que la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE) pretende concienciar sobre la necesidad de la corresponsabilidad en las tareas del hogar.
La pinza como símbolo, hace referencia al machismo que sufrimos las mujeres en el mundo laboral y familiar, en el hogar, un lugar que lejos de convertirse en un remanso de paz, es para muchas otro campo de minas con el que lidiar cada día, teniendo en cuenta que el 93% de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos lo realizamos nosotras, según el INE.
Las últimas encuestas dicen que la mujer dedica tres horas más al díaal hogar, en comparación con sus compañeros de batalla. Tres horas que en muchos casos, seguro, se convertirán en cuatro o en seis, dependiendo de la familia en cuestión.
Para terminar con estos datos desiguales, AHIGE lanza ahora una campaña que incluye, entre otras cosas, un plan semanal sobre las tareas del hogar, y una web (www.corresponde.ahige.es) donde se puede realizar un cuestionario de pareja para comprobar si el reparto de las tareas domésticas es o no equitativo.
Con esta iniciativa, la asociación pretende hacer ver a los hombres, de una vez por todas, que el machismo tiene muchos más efectos negativos para ellos de los que se piensan, desde los físicos al siempre gratificador cuidado de los hijos. Y tú, ¿has roto la pinza?
Interrumpo su taller de corte y confección en Orcasitas (Madrid) y, aunque ante las primeras preguntas se muestran a la defensiva, poco a poco consigo establecer un lenguaje común, el de la tolerancia. Las mayores han vivido ya algún que otro rechazo por parte de la sociedad, especialmente en el ámbito laboral, y rechazan cualquier estereotipo que caiga sobre sus tradiciones y costumbres.
Las más jóvenes afrontan con ilusión una nueva etapa dentro de una cultura que aman y que no consideran en absoluto machista, lejos de los clichés que aparecen cada vez que hablamos de ella. "¿Te importa que te llamemos paya?", me preguntan. Para nada.
Loli, la profesora, tiene 38 años y actúa como la cabecilla del grupo, quizás por poseer un mayor nivel cultural. Sus alumnas Sara (15 años), Fátima (16), Sonsoles (17) y Pili (34), asienten prácticamente a cada una de sus respuestas.
¿En qué lugar se encuentra la mujer gitana?
Loli: Hemos evolucionado. Mi madre no tenía los mismos estudios que tengo yo, ni la misma capacidad de actuación en la vida, al igual que la mujer paya. Hace 30 años no gozábamos de las mismas oportunidades en ningún ámbito. Payas y gitanas somos mujeres, y siempre hemos estado sometidas.
Sara: Sí hemos evolucionado, porque por ejemplo yo voy al colegio, y mi madre no pudo porque tuvo que trabajar.
¿Con qué os habéis encontrado a la hora de buscar empleo?
Pili: Voy con mi marido a pedir trabajo. Nos presentamos en la oficina, con buena apariencia, pero en cuanto abrimos la boca me dicen que no hay trabajo. Estuve muy dolida, es muy duro que todavía haya este racismo tan tremendo.
Loli: Aún son una minoría las mujeres gitanas formadas, pero lo importante realmente es disponer luego de una oportunidad de trabajo y que la sociedad se implique. Yo, por mi físico, no aparento ser gitana, soy de esas gitanas llamadas ‘invisibles'. Todos somos muy guays por detrás, pero los comentarios racistas salen en un momento u otro. Cada vez que he pedido respeto a compañeros o jefes, me han despedido o me han cambiado de puesto. Otro caso que he vivido, fuera ya del mundo laboral, fue cuando una vecina, profesora, me invitó al cumpleaños de su niña, y cuando estaba con mi café y mi trozo de tarta en la mano, me dice hablando de todo un poco que lo que más asco le da son los gitanos, que no los soporta. Imagínate la cara que se me quedó.
¿Seguís estando relegadas al cuidado del hogar o a la venta ambulante?
Loli: No, porque la vida no está para tener un solo sueldo. La mujer tiene que salir y traer dinero a casa, y los hombres gitanos lo ven igual. Nadie quiere pasar calamidades.
Pili: Mi marido no me pondría ningún inconveniente si trabajase, al revés. Él no es como mi padre, que le ponía límites a mi madre, sino que piensa en los niños y en vivir mejor.
¿A qué os gustaría dedicaros?
Sonsoles: Quiero trabajar en un jardín de infancia, con niños pequeños.
Fátima: Yo quiero ser monitora de tiempo libre. No me gustaría quedarme en casa, sino compartir con mi marido las tareas y salir a trabajar.
Sara: Yo quiero ser abogada, porque me gusta estudiar mucho. Haré una carrera.
¿Todavía son muchas las niñas que se quedan en casa?
Pili: No, porque yo no quiero eso para mi hija, no quiero que se pase el tiempo fregando o en la venta ambulante, como mi madre o mi abuela. Y como yo, cualquier mujer gitana. Queremos que tengan una determinada posición social, un trabajo, que sepan enfrentarse a este mundo... Yo sí me quedé, y ahora a los 34 años sé leer gracias a un cursillo al que estoy viniendo. Nunca es tarde, pero si después nos cierran las puertas en el mundo laboral, no valdrá de nada.
¿Ha cambiado vuestra vestimenta?
Loli: Sí, ha cambiado (responde molesta). En otros países llevan la falda más larga, menos escote, muchos colores fuertes, aquí no.
Pili: Un montón, mi madre así no iba, y yo ahora me pongo como me da la gana, y mi marido no me dice nada, pero mi padre si que se quejaba.
Sonsoles: Ahora vamos vestidas como cualquier chica de nuestra edad.
Sara: Con piercings, tatuajes, mechas, los tenis, el oro, las uñas...
¿Seguís contrayendo matrimonio a edades tan tempranas?
Loli: Sí, sigue siendo una mayoría, pero la edad no es tan temprana. Las madres tratan de que tengan una juventud más plena, y las educan para que no se casen tan jóvenes. Es respetable. Por ejemplo, yo creo que ahora las mujeres payas se casan muy tarde y tienen hijos muy tarde, me parece antinatural.
Pili: Yo tengo una niña que se casó con 14 o 15 y una nieta de 2 años. En cambio, mi hermana tiene 30 y no quiere casarse. Hay de todo. Me hubiese gustado que mi hija se casase más tarde. Tuve que sacarla del instituto y no pudo estudiar, y eso que a ella le gustaba. Pero se buscó novio muy pronto y no pude hacer nada.
Sonsoles: Ahora mismo no pienso en el matrimonio. Hay que disfrutar, con veintitantos ya tendré tiempo de casarme y tener hijos.
Fátima: Yo prefiero seguir los estudios y tener un buen trabajo.
Sara: Hasta los 30 nada, lo tengo claro.
También tenéis hijos muy pronto, tal y como decías Loli.
Loli: Es una opción que no es obligatoria, va un poco con nuestra cultura. Con 15 años estamos ‘hechas', preparadas. Pero una paya sigue siendo una niña. Maduramos antes.
Pili: Tengo cuatro hijos, el primero lo tuve a los 17, otro a los 18... Me casé a los 15. Pero hubiese preferido que mi hija no tuviese descendencia tan pronto. Aun así, creo que ha sido muy madura. Lo llevamos en los genes, tenemos fuerza suficiente para llevar una casa. Que nos comemos el mundo vaya. Con 7 años mi hija Nerea me dobla la colada, hace la cama... Lo inculcamos desde pequeñas.
¿Qué me decís del control del varón (padres, hermanos) sobre las mujeres de la casa?
Loli: Una cosa es el respeto y otra el temor, el miedo. Eso no existe. Tengo cuatro hermanos, y lo que hacían cuando vivíamos juntos era protegerme, cuidarme, no me obligaban a nada, me amaban. Ahora a mi marido le tengo un respeto, como él a mí. Pero siempre se ha visto al hombre gitano como a un ogro, y a la mujer como a una pobrecita, y no es así. El machismo existe en todas las sociedades, pero no lo hemos inventado las gitanas.
Pili: Mi madre sí ha podido estar más sometida, pero ha cambiado todo. En cuanto al trabajo, ella no podia trabajar, por ejemplo, pero mi mundo y el de mi hija ya son mundos diferentes.
Sara: En mi caso es mi madre la que está encima, para que limpie, para que haga los deberes...
Sonsoles: En mi caso igual.
¿Os dejan ir a las discotecas?
Pili: Yo sí voy, con mi marido.
Loli: Tenemos otras formas de relacionarnos.
Sonsoles: No me dejan, y además para salir y correr peligro te lo montas en casa, más tranquila y a gusto. Si salgo el sábado el tope es a las 22:30.
Fátima: A mí no me gusta.
Sara: Prefiero estar en casa con mi familia. No salgo mucho.
¿Estáis de acuerdo con la prueba del pañuelo?
Pili: Yo como gitana estoy muy orgullosa, porque es lo que nos hace diferentes. Me gustan mis raíces y demostrar que me he portado bien hasta ese día.
Sonsoles: Es una de las cosas más bonitas en una boda, por lo que se demuestra.
Fátima: Así luego no te pueden echar en cara nada, si has estado con uno o con otro.
Sara: Es lo más bonito que hay en una mujer gitana.
¿Consideráis que ahora vuestra cultura es más igualitaria?
Loli: Sí. Antes no podíamos sacarnos el carné de conducir, ni abrir una cartilla en el banco. Te hablo como mujer, no como gitana. La nuestra es una cultura machista como cualquier cultura. Tengo amistades payas y gitanas, y hay casas en las que el hombre payo es incluso más machista.
Pili: Mi marido no sabe hacer nada sin mí y las cartillas y las tarjetas están a mi nombre, yo soy la que saca el dinero (bromea).
¿Qué significa para vosotras ser mujer y gitana?
Loli: Estoy orgullosa de ser mujer, gitana o no. Ya está bien de etiquetas.
Pero las etiquetas, como dice Loli, todavía están ahí y tardarán en marcharse. El financiero y presidente de la fundación Open Society, George Soros, denunció este miércoles, en el marco de la II Cumbre Europea sobre el Pueblo Gitano que se celebra hoy y mañana en Córdoba, que 12 millones de gitanos que viven en Europa sufren "la peor forma de exclusión social", la étnica.
Una modelo se va quitando la ropa a modo de estreptease cada vez que el usuario agita el teléfono. En esto consiste una aplicación para iPhone del diario alemán 'Bild'. Y Apple no está de acuerdo. La compañía de Steve Jobs ha solicitado a la Federación Internacional de la Prensa Periódica (FIPP) su censura y pide según The Guardian que, por lo menos, se vista con bikini a las modelos que aparecen desnudas en la edición digital del periódico.
Por su parte, la Asociación Alemana de Editores VDZ reclamó a la FIPP que mediase entre 'Bild' y Apple, mientras que el director general de la VDZ, Wolfgang Fuerstner, critica la postura de Apple. Concretamente, opina que "los editores no podemos vender nuestra alma solo por unos míseros peniques de Apple". Donata Hopfen, responsable de la edición digital del medio germano, ha sido la encargada de colocar la guinda al pastel: "Hoy censuran pezones, mañana contenidos editoriales". Tremendo.
Ya el pasado mes de noviembre y por los mismos motivos, Apple censuró otra aplicación para iPhone en el diario alemán 'Stern'. Y yo, personalmente, estoy de acuerdo con la política de Steve Jobs. Independientemente de que unos acepten mejor o peor la censura, está claro que si hoy permitimos que la frase 'Sacude a la chica del Bild' (acompañada de imágenes de mal gusto) encabece la web de un periódico, mañana no podremos quejarnos ante la evolución del machismo y la violencia hacia la mujer. Quizás pueda parecer exagerado y extremista, pero ambas cuestiones están más relacionadas de lo que cualquiera de nosotros pueda pensar. Estas pequeñas cosas son las que al final, sumando y sumando, se convierten en una montaña problemática.
Precio del abono: 220 euros. "Eso te lo has gastado tú en una mariscada con cuatro golfas que no conocías de nada", dice el spot. Esta es la nueva estrategia del Valladolid para captar más socios en la próxima campaña: el mal gusto. Si el fútbol influye tanto en la sociedad y en nuestros jóvenes, por favor, seamos más precavidos.
Con el slogan 'Tu sangre es blanquivioleta', el club ha presentado recientemente la campaña de abonados 09/10, con Leo Harlem y el grupo Happening como protagonistas de tan mala idea.
Quizás hay un creativo en Valladolid que piensa "bien o mal lo importante es que hablen de uno", y por eso se dedica en los últimos años a menospreciar a la mujer para vender butacas anuales en el estadio José Zorrilla o en el Polideportivo Pisuerga.
En 2008, el cartel de la campaña de abonados del Club Baloncesto Valladolid optó por escoger a una mujer vestida con traje de novia y con una liga en su pierna desnuda. Debajo, el eslogan "la otra liga", "en lo bueno y en lo malo".
Desde aquí, desde Asuntos Pendientes, pedimos al Real Valladolid, a sus directivos, al creativ@ publicitari@ 'x', y a futuros abonados, que reflexionen sobre estos métodos de captación.
Publicado el 7 de julio de 2009 a las 08:30.
Patricia Costa
Asuntos Pendientes. ¿Cuántos tienes tú? En este blog recogeré mi punto de vista y breves reportajes sobre temas sociales y todo tipo de desigualdades, centrándome especialmente en la mujer.
Nací en Redondela (Pontevedra), en 1981. Soy doctora por la Universidad de Vigo (con la tesis 'El tratamiento de la violencia machista y la lucha por la igualdad en la radio pública. Análisis del programa 'Tolerancia Cero' de Radio 5. Propuesta de modelo'), Master en Radio por la Universidad Complutense de Madrid y licenciada en Publicidad y RR.PP (UVIGO).
Comencé en Radio Galega, en Deportes, y desde 2007 soy colaboradora de Radio Nacional de España. Actualmente trabajo en los espacios 'Abierto hasta las 2' (Radio 1), 'Tolerancia Cero' y 'Tendencias', ambos en Radio 5. Además, soy redactora del semanario Gente en Madrid desde 2006, en este momento cubriendo la información relativa a la capital.
En 2009 gané el premio Carmen Goes de Periodismo en la modalidad de Radio por un reportaje sobre la ablación que podéis escuchar en este programa de Tolerancia Cero.