Asuntos pendientes

Dos factores, la aparición del libro electrónico por un lado, y la delicada situación económica que atravesamos, por otro, han transformado a las librerías tradicionales, las de toda la vida, en librerías de autor, negocios donde la cata de vinos, el café, el champán, las exposiciones de arte, los conciertos o los cursos de escritura o cocina, se presentan como los grandes aliados de la literatura.

Tipos Infames, Arrebato Libros, J&J Books and Coffee y la pionera María Pandora, son algunas de las propuestas que nos encontramos en el centro de Madrid, al lado de proyectos recién nacidos como Librería Libros Libres, que abrió sus puertas el pasado septiembre.

El proyecto, inspirado en la experiencia estadounidense Bookthing.org, que funciona desde 1999, busca promover el acceso a la cultura de forma gratuita y fomentar la lectura. De tal forma que uno puede acercarse al establecimiento, ubicado en la calle Covarrubias, 7 (de 12:00 a 20:00 de lunes a domingo), y llevarse todos los ejemplares que quiera sin asumir ningún tipo de coste ni suscribirse a nada. Eso sí, los libros, que proceden de donaciones privadas, de organizaciones y pequeñas empresas, llevarán inscrito el siguiente mensaje: "Este libro es libre, no se compra ni se vende".

Libros Libres, una idea de Grupo 2013, cuenta además con una sección de DVD's, algunos de los cuales se pueden alquilar por un precio simbólico. Para sostener el proyecto, solicitan voluntarios para atender al público u organizar talleres, suscripciones anuales desde 12 euros, y donaciones económicas o de material (Librerialibroslibres.org).

Botellas de Rioja o Ribera del Duero son, en cambio, las compañeras de estantería en Tipos Infames (calle San Joaquín, 3), donde se suele preparar una cata al mes, temática, y asesorada por su enólogo particular. "Nuestra idea es eliminar ese concepto sagrado de la librería, ese peso, dándole un aire más dinámico", explica Gonzalo Queipo, uno de los tres libreros que la regenta.

No muy lejos charlamos con David, encargado de J&J Books and Coffee (Calle del Espíritu Santo, 47), un bar y librería donde uno puede comprar obras en inglés, de segunda mano, eligiendo entre más de 25.000 ejemplares. Ofrecen también 'noches de intercambio' y hasta organizan concursos de Trivial para practicar idiomas.

Entramos por último en Arrebato (calle de la Palma, 21), donde descubrimos algunos ejemplares usados difíciles de localizar, e incluso libros objeto en forma de cajetilla de tabaco.

Leyendo, pero con una copa de cava
Luis Miguel, propietario de la champañería y librería María Pandora (Plaza de Gabriel Miró,1), es el auténtico pionero en esto de mezclar la literatura con otros placeres de la vida. "La abrí hace 18 años, y entonces no había nada parecido. Inicialmente nos centramos en tener libros que no llegaban a otros establecimientos, literatura panamericana fundamentalmente", recuerda. "La intención es mezclar un buen cava, una copa, con la cultura. Por eso organizamos mini conciertos y cada mes cambiamos de exposición", añade.

 

Publicado el 11 de octubre de 2012 a las 11:45.

               

El escritor leyó este martes en la Academia Sueca el discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura. En su intervención, el hispano-peruano criticó al nacionalismo, "que ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia", habló de Perú, de España, pero, sobre todo, de su esposa Patricia, una mujer a la que debe, según sus palabras, toda su carrera.

Publicado el 8 de diciembre de 2010 a las 10:00.

               

(...) Será en la bañera donde tendrá lugar mi primera muerte. Tengo seis años y, metida en la bañera, chapoteo con mi padre. Me mira fijamente mientras pataleo sumergida en agua caliente y me divierto salpicando el suelo a mi alrededor. Pero él juega mentalmente a otra cosa y, sin decir, palabra, me coge la mano y la dirige entre sus piernas al tiempo que me indica el ritmo a seguir. Pasados unos largos minutos, mi padre hace una parada. Me dice que ha terminado el baño y que tengo que ponerme a gatas en el suelo. Le obedezco sin comprender lo que pasa (...).

Así de estremecedoras son las confesiones de Isabelle Aubry, una parisina de 45 años que sufrió los abusos de su padre durante 8. Hoy, lucha para que nadie más pase por un calvario similar. Ha logrado cambiar la ley sobre el incesto en su país, Francia; ha fundado -hace 10 años- la Asociación Internacional de Víctimas del Incesto (AIVI), para concienciar de la existencia de esta lacra y ayudar a los afectados; y ahora publica en España el relato de sus violaciones (Ed. Roca):

(...) Entramos en el pequeño apartamento del señor Fulano de Tal: un televisor, una moqueta marronosa, una mesa baja, la señora Fulana de Tal con el pelo teñido de rubio y un largo canapé en el que se acomodan los presentes. A lo que se ve, todos saben a que han venido. También yo lo adivino y la angustia que ya siento sube de nivel cuando, tras cerrar la puerta, me quedo a solas con el hombre. A quien no conozco. Que no me conoce. Que empieza a desnudarme. Que se desabrocha los botones de los vaqueros mientras me acaricia los pechos.

(...) Vuelve Renaud con su conquista y ahora nos revolvemos los cuatro en el raído sofá-cama, delante del televisor apagado.

(...) Tengo trece años y medio y acabo de vivir mi primera orgía (...).

Según los datos de AIVI, el 80% de las víctimas de infracciones sexuales son de sexo femenino, el 20% de las mujeres y el 7% de los hombres sufren una agresión sexual antes de los 18 años, el 45% de las violencias sexuales conciernen a niños de 0 a 9 años, y el 50% de las víctimas de incesto pertenecen a familias afectadas por el alcoholismo.

En cuanto al agresor, el 72% de los autores de violencia sexual sobre menores son miembros de la propia familia; y, con respecto a las consecuencias, podemos hablar desde la perturbación del sueño, la anorexia o la bulimia, diferentes problemas psicológicos, las drogas o la prostitución. Entre un 76 y un 90% de las mujeres y de los hombres que se dan a la prostitución, tienen antecedentes de agresiones sexuales de orden incestuoso. Así lo cuenta Isabelle en su libro:

(...) Mi hijo nace y yo renazco. Tengo veinticuatro años y desaparecen como por ensalmo, para no volver nunca más, mis viejos enemigos: la bulimia, la anorexia, la automutilacón (...) Estoy en paro y soy madre soltera de un niño de pocos meses. Tengo que encontrar una solución para costear la vida de este niño. Y rápido. Dada mi total incapacidad para reanudar una vida normal, la única solución que tengo a mano es volver a la prostitución (...) Necesito la noche, el alcohol, el olvido y experimentar esa sensación de poder que me invade cuando un hombre me da dinero (...).

Después de mucho sufrimiento, y gracias a una vecina, Françoise Abeille, el infierno de Isabelle sale a la luz, a sus 14 años. Su padre iría a la cárcel, pero su trauma continuaría:

(...) -Isabelle, ¿tu padre se acuesta contigo?

-Sí.

Ya lo he dicho.

Y el mundo no se ha hundido.

Y no me he quedado muerta de repente.

Pero no tardaré en morir. Cuando mi padre se entere de que he revelado nuestro secreto me matará con sus propias manos (...).

Tras este gran paso hacia adelante, la carrera no haría más que empezar. Terapia y más terapia, ha sido la única solución para convertirse hoy en día en esposa y madre, y en una guerrillera de los pies a la cabeza, marcada, eso sí, por la muerte de su amiga Sandrine, víctima de incesto que se suicidó dejando dos huérfanos, después de fundar junto con Isabelle y otras personas que asistían a las terapias, la Asociación Internacional de las Víctimas de Incesto (AIVI).

(...) Por ella y por todas las demás víctimas que destruye el incesto, debo luchar y recoger la antorcha donde la dejó Sandrine. Seis meses después de su entierro, me convierto en presidenta de la Asociación Internacional de las Víctimas de Incesto.

A partir de ese día, lo que me mueve es la rabia (...).

Sin embargo, y a pesar de estas confesiones finales que se pueden leer en el libro, Aubry asegura en sus entrevistas: "Una nunca se cura del incesto".

Asunto pendiente: No a la violencia.

Publicado el 23 de abril de 2010 a las 11:15.

               

Hace un tiempo, tres de los siete hijos que tuvo Miguel Delibes, "la mejor obra de mi vida", tal y como el escritor se refirió a ellos, hablaron largo y tendido sobre su padre en los micros de Radio Nacional. Fue en octubre de 2009 en 'No es un día cualquiera', programa presentado por Pepa Hernández.

Adolfo, Elisa y Miguel Delibes de Castro, nos hicieron llegar su pesimismo vital, su sentido del humor, su generosidad, austeridad, solidaridad, su seriedad, su cabezonería, sus aficiones...

"A veces le costaba abrirse al mundo y relacionarse con los demás, en eso nuestra madre le ayudó mucho porque ella era mucho más comunicativa", comentó Elisa en esa entrevista.

"Me rio con la televisión, si no te ríes te mueres", confesaba el escritor en la emisora pública vía teléfonica. "Ahora ya no tengo ganas de cantar". Hoy, definitivamente, su voz y su pluma se han apagado.

P.D.: Entrevista con Adolfo, Elisa y Miguel Delibes (padre e hijo).

 

 

Publicado el 12 de marzo de 2010 a las 11:00.

               

Este miércoles se presentó en el hotel Kafka de Madrid el libro 'Querida. Cartas de hombres a mujeres'. En él, dieciocho autores dirigen sus palabras a mujeres trascendentales en sus vidas, desde una asistenta a una amiga, haciendo uso de la sensibilidad masculina.

EDUARDO MENDICUTTI y ALMUDENA GRANDES

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Publicado el 3 de diciembre de 2009 a las 11:15.