Síndrome de Alienación Parental: "Si denuncias abusos, estás loca"
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Navegando por la red en busca de información sobre el Síndrome de Alineación Parental, uno puede llegar a la idea de que todos los hombres son víctimas de denuncias falsas vinculadas a abusos o a malos tratos, y que el SAP es una forma de violencia contra ellos por parte de las mujeres.
La asociación nacional de afectados por esta presunta enfermedad (ANASAP), la describe como una "execrable forma de maltrato psíquico a los menores hijos del divorcio". Sin embargo, lo cierto es que este síndrome no existe, y ni siquiera está reconocido por la Organización Mundial de la Salud.
Estamos hablando del proceso a través del cual un progenitor intenta transformar la conciencia de sus hijos mediante distintas vías. La meta no es otra que erradicar el vínculo existente entre el hijo y el otro progenitor, hasta derivar en el rechazo absoluto y hacerse con la guardia y custodia. Sin embargo, el diagnóstico del SAP, exista o no, es utilizado en ocasiones de forma incorrecta.
María tiene 39 años y un niño de 5 que está bajo custodia del padre, denunciado por abusos sexuales. Raquel, de 48, también sufre desde hace 3 años la pérdida de potestad sobre su hijo, de 10. Ambas están divorciadas, en el caso de María por problemas vinculados a la violencia de género, en su día denunciada: "En la sentencia del divorcio se explica claramente que el niño, que en ese momento tenía dos años y medio, pasará un régimen de visitas muy restringido con el padre, consistente en que nunca podrá permanecer sólo con él. Todo ello por los trastornos estables de la personalidad de los que fue diagnosticado el padre: trastorno paranoide, narcisista, compulsivo, dependiente, riesgo de descontrol de los impulsos, ansiedad riesgo medio-alta y personalidad agresiva", explica María. También hablamos con Carmen, su abogada, que tilda el caso de "aberración judicial".
¿Como comenzó todo?
María: Se empezó a llevar al niño en el régimen de visitas y mi hijo comenzó a llegar agrediéndome, insultándome -tan chiquitito como era-, y presentando síntomas físicos como dolores en la zona genital, en el pene, y explicando que jugaba a a meterse debajo del edredón con su padre, que buscaba la colita. Cuando le cambiabas el pañal te preguntaba si 'jodemos', te daba besos con lengua... Todo esto fue puesto en conocimiento del Juzgado de Familia solicitando que se supervisaran las visitas en un punto de encuentro familiar para proteger al niño.
Publicado el 18 de febrero de 2010 a las 12:30.