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Asuntos pendientes

"A menos cuatro grados, en Galapagar, nos sacaban desnudos al patio y nos enchufaban agua fría con la manguera"

Archivado en: derechos humanos, violencia, centros de menores, picon de jarama, hogar galapagar, madrid, comunidad de madrid, la jarosa

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Comienza la proyección, apago el móvil. Las primeras escenas me dan una idea de lo que me espera. En diciembre de 2009, Amnistía Internacional pone sobre la mesa el informe 'Si vuelvo, ¡me mato!', que denuncia la violación de derechos humanos en centros terapéuticos de menores. Posteriormente -hace un mes-, la ONG publica la segunda parte del estudio, analizando la pasividad de la Administración, que nada hace, de momento, para garantizar la protección de estos niños.

Los créditos iniciales me presentan a los protagonistas. Sin embargo, y aunque se ha intentado minimizar por todos los medios las denuncias que han recaído sobre estos lugares en los últimos años, madres, hijos y trabajadores, todos ellos víctimas de este 'descuido' continuo, siguen dando la cara para que sus casos no se olviden, y para que nadie vuelva a pasar por los que ellos un día pasaron.

Quiero imaginarme que lo que escucho pertenece a una buena película de cine social, escrita por Fernando León de Aranoa o Ken Loach. Pero la interpretación de los actores sería sospechosamente talentosa. Entra en escena Juan Carlos, de 20 años. Vivió poco más de un año en 'Hogar Galapagar', centro madrileño al que él mismo denunció por maltrato, junto a otros tres supervivientes y un testigo:

"En pleno invierno, a menos cuatro grados, en la sierra de Galapagar, nos sacaban desnudos al patio y nos enchufaban agua fría con la manguera. Y porque ellos querían. En ese centro ha habido hasta abusos sexuales a chicas por parte de los trabajadores, o palizas a niños de 7 u 8 años", cuenta en primer plano.

Jose Antonio, que tiene la misma edad, residió tres años y medio en el mismo centro:

"Mi estancia fue como estar en una cárcel, no había actividades, los educadores nos contenían cada dos por tres, haciéndonos daño... Pero lo peor que he visto fue una niña de 15 años que se intentó tirar por un balcón porque estaba desesperada y pensaba en suicidarse. O una paliza de un educador a un niño de 11 años por robar en un colegio".

Me remuevo en la butaca. Cuesta escuchar.

"¿El peor día que recuerdo? Era el cumpleaños de un compañero. Vino un educador. Le pregunto si le habían comprado el regalo. Contesta que no. De broma, entre nosotros, le digo al que estaba de cumpleaños: 'No te han comprado el regalo'. Me responde: 'Déjame en paz'. Le replico: 'Déjame tú'. Él sigue: 'Me cago en tu puta madre'. Y yo continúo: 'Me cago yo en la tuya'. Entonces vino Antonio, el vigilante, 'el Puertas', me pegó un empujón contra el sofá, y me amenazó: 'Como no te tranquilices, te vamos a tener que contener, tirarte al suelo y llevarte a la cama para atarte'. Y así ocurrió. Me tiraron al suelo, me subieron los brazos, me sujetaron las piernas, me arrastraron hasta la habitación y me ataron. Así estuve toda la noche, y al día siguiente no me dejaron ir al instituto", explica J.C.

Nudo en la garganta. Demasiada violencia en el guión.

"Era algo normal, nos insultaban, nos pegaban, nos daban medicación forzosa, sin informarnos, se ponía un niño nervioso y enseguida lo echaban al suelo... Y yo he ido a la Comunidad de Madrid a denunciarlo, pero no te hacen ni caso. También visité al Defensor del Pueblo, hablé con la secretaria, le avise: 'tenéis que ir a este centro'. Pero te responden que no es para tanto, que están informados, que realizan visitas...", continúa J.C.

La trama avanza y nos presenta a una nueva víctima.

Se llama Santiago, es psicólogo, y en 2007 trabajó en uno de los primeros centros terapéuticos denunciados y cerrados en Madrid: 'La Jarosa'. Nos revela que en 2009 hubo ni más ni menos que 48 bajas de trabajadores en otro centro que todavía permanece abierto, a pesar de las denuncias, el de Picón de Jarama (Madrid):

"En La Jarosa me encontré un centro que olía mal, con pesonas que no sabían como tratar a adolescentes con problemas, con un nivel de violencia muy alto, con prácticas impensables. Por ejemplo, una persona -que no era médico ni enfermera-, al ver a un niño nervioso le introducía sedantes en la leche. También se producían castigos en celdas de aislamiento, donde un niño podía estar hasta tres días. Pero, sobre todo, lo más grave era la situación de indefensión en la que se encontraban unos chavales que en teoría estaban siendo protegidos. Lo puse en conocimiento del Defensor del Pueblo, y una semana después se cerró, pero lamentablemente todos los chavales fueron trasladados a Paracuellos de Jarama, al centro de Picón de Jarama, que pertenece a la misma empresa".

El film nos aclara ciertos conceptos que quizás desconocemos.

¿Qué es un centro de menores?

"El término centro de menores es muy confuso. Pensamos en un reformatorio, un lugar donde van chavales que han cometido delitos, pero también hay centros a donde van niños sin familia, con padres toxicómanos, o presos en la cárcel, o que no quieren vivir con ellos. Los centros que ha denunciado Amnistía pertenecen a este tipo", añade Santiago.

¿Cuánto cuesta 'proteger' a cada uno de estos niños?

"Dinero hay. La consejera de la Comunidad, Engracia Hidalgo, confesó que entregaba a estas empresas unos 5.000 euros por niño, pero no se invierte en las familias, sólo cuando el niño está en una situación extrema. Cuando sacamos a una persona de su entorno, y le introducimos en una institución de este tipo, ya le estamos poniendo en riesgo. No es lo mismo que estén en un entorno familiar, que en un edificio masificado, con rejas, celdas de aislamiento, seguridad... Y la Comunidad habla de un 85% de resinserción, pero a mí me gustaría saber cuántos de estos chicos tienen el graduado, cuántos hay indigentes, ejerciendo la prostitución, en prisión... Quizás las cifras sean muy altas y no nos las dan por eso", afirma el psicólogo.

"Haciendo el cálculo, partiendo como mínimo de los 3.800 euros por niño que ha dicho el Defensor del Pueblo concede la Comunidad, la inversion pública en estos dos chicos -Juan Carlos y Jose Antonio-, ha supuesto unos 320.000 euros", concluye.

¿Qué futuro les espera a los protagonistas?

Juan Carlos salió de 'Hogar Galapagar' sin la ESO y no tiene trabajo. Jose Antonio sí salió con la ESO, aunque estuvo un año sin escolarizar.

"Va a ser muy difícil que salgan hacia adelante. Salen con miles de euros de inversión, pero no pueden trabajar ni en un supermercado", analiza Santiago.

"Se han beneficiado únicamente ellos, el dueño del centro, recibían un dinero y en nosotros invertían lo mínimo, en comida, ropa... Ni siquiera 500 euros al mes, de esos 3.800. En tres años me compraron unas zapatillas y un pijama", confiesa J.A.

J.C. y J.A. hablan de Nacho, el director del centro, constantemente. Y recuerdan las inspecciones de la Comunidad, que siempre avisaba con tiempo de sus visitas: "nos llevaban de excursión, disimulando, para aparentar que todo iba bien, y no te dejaban hablar con ellos. Era imposible contarles lo que vivías allí", dice J.C.

Tercera víctima

Ángel Alonso Pozo, de 18 años, vivió en el ya mencionado centro de Picón de Jarama alrededor de un año y medio:

"Lo peor es la impotencia que sientes cuando están haciendo una contención y no te puedes meter. Aunque el peor castigo era estar un mes sin salir, o 24 horas en un cuarto, encerrado, sin ir al patio. Eso si hacías algo leve, y hasta una semana si cometías una falta gorda, como amotinarte. A mí me dislocaron un hombro en una contención, y me lo hizo un educador, que en teoría no puede. No me llevaron ni al médico, y me lo tuve que colocar yo mismo. Más cosas... Si te negabas a algo, limpiabas el patio o hacías otro trabajo para el centro, tareas para las que ya había personas asignadas".

Violaciones. Vuelven las agresiones. Cierro los ojos.

"Hay gente que dice que la situación ha cambiado, pero sigue habiendo contenciones, sala de reflexión...Y me han dicho que han echado a un vigilante por violar a una menor. Le han expulsado y eso es todo, pero no se ha hecho justicia".

Estoy enganchada, pero miro el reloj. Entra un nuevo personaje.

Se llama Noelia y es educadora social. Trabajó en distintos centros de menores, uno de ellos el de El Escorial, que es la misma compañía que gestiona 'Hogar Galapagar', la empresa de salud mental 'Consulting':

"No llegué al año de estar allí. La gota que colmó el vaso fue un fin de semana que yo no había trabajado. Cuando volví, me enteré de que le habían dado una paliza a dos niñas de 16 años, con un palo. Me las encontré llenas de moratones. Nos lo contaron porque dos días después venía la Comunidad, y preparaban una excursión para que las chicas desapareciesen ese día. Era un sábado por la mañana, una de ellas se despertó muy temprano, se levantó, hizo ruido, despertó a este hombre, al agresor, y él empezó a pegarle. La compañera le defendió, y entonces él descargó también su ira contra ella. En este centro siempre había insultos, humillaciones, medicación... Mucho maltrato, de todo tipo".

Nueva dosis de maltrato.

"Y debido a ese maltrato se están creando delincuentes y toxicómanos, porque esa rabia tiene que salir por algún sitio. Meten a todos en el mismo saco, y a niños que los han sacado de sus familias por un problema de maltrato, por ejemplo, los ponen hasta arriba de pastillas. Recuerdo a una niña de siete años, sentada en una silla, no se podía mover porque le habían subido la medicación. Estaba babeando, con los ojos en blanco. Se me cayó el alma a los pies. Otra vez, por un exceso de medicación, tuve que llevar a un niño de 17 años a urgencias con mi coche, porque ni movía la mandíbula, le habían puesto hasta arriba de pastillas también. Era totalmente frecuente. Otros niños se pasaban durmiendo el día entero. Y lo peor era la falta de preparación de la plantilla. La misma persona que cuidaba a los tres mayores, por ejemplo, se encargaba de mantenimiento y de hacer la compra".

Nada se mueve en la sala. Hablan las madres.

Marta es madre de acogida de una niña que ahora tiene 18 años. La sacó de Picón hace cuatro años, porque la conocía y porque no estaba en las mejores condiciones. "Me la encontré medicada, sin escolarizar, muy deprimida… Ella no quería estar allí, se autolesionaba, como otros muchos, porque no tenía actividades, no iba al colegio. Estamos yendo al psicólogo todavía. Fue maltratada, tenía el cuerpo lleno de golpes en una salida. Les encerraban en una habitación sin derecho alguno, ni siquiera a ir al baño. También le quitaban el colchón a modo de castigo, a ella y a su compañera de habitación, para que no durmiesen juntas. Y cuando la recogí no me dieron nada, sólo una tableta de pastillas, pero no tenía ningún diagnóstico, no sabía qué tenía".

Marisa Garro Martín tiene dos hijos, David (14) y Diego (11). El primero se encuentra en estos momentos ingresado en el centro de menores Picón de Jarama, y el segundo lleva tres cursos en otro centro, en Berzosa del Lozoya (Sierra Norte de Madrid), porque tiene un trastorno de hiperactividad. David duerme allí desde el pasado mes de julio. Antes estuvo en un centro de Leganés, de lunes a viernes, después de que su madre solicitase una guarda. Pero empezó a autolesionarse al verse encerrado. De ahí fue al Gregorio Marañón, y de allí a Picón, después de que su padre denunciase a su madre por abandono, y después de que la Comunidad de Madrid le quitase la tutela a Marisa.

"Mi hijo me dice que le saque de allí, que no aguanta más, y que va a hacer algo. Tiene sólo una hora de patio, no le ponen a estudiar, tan sólo hace jardinería una hora por la mañana. No les hacen ni caso. No le dejan salir fuera a estudiar porque tiene que pasar unas fases o algo así. Lo aislan completamente. Además, al principio le hacían muchas contenciones, me lo contaba por teléfono y me cortaban las llamadas. Le dolían hasta los hombros, de cogerle entre tres o cuatro educadores. Mi hijo me llegó a decir que llevaba calzoncillos de cuatro días, la ropa se la dan contada... y eso no lo puedo permitir. Todos los días hablo con él por teléfono y me pregunta cuánto le queda".

El día de su traslado a Picón, Marisa pidió al director que le enseñasen el centro para saber dónde viviría su hijo, nada más llegar allí, pero se lo negó.

"En un cuarto pequeño, con la cama atornillada al suelo, una puerta muy gruesa, una ventanita... Así estuvo una vez desde por la noche hasta el día siguiente, y eso es inhumano, no se le puede hacer a una criatura. Y sólo por contestar o por no cumplir los objetivos de los educadores. Están todo el día adormilados con la medicación, y lo veo excesivo. Salen peor, y aprenden cosas que no tienen que aprender, porque mezclan a unos niños y a otros".

Lo ve una vez a la semana. Se queja de que las visitas a casa estén sumamente controladas por los educadores que acompañan a David. También de que no tiene coche, y tiene que arreglárselas para ver a uno y a otro, ya que sus hijos se encuentran en centros separados.

"Entiendo que un chaval no puede estar solo en casa tantas horas, pero también es cierto que pueden ponerme un asistente en casa, alguien que me ayude, con todo ese dinero que paga la comunidad de Madrid por cada uno de ellos, o sino que lo manden a un centro de día y que por la tarde pueda volver a casa. He pedido informes médicos, escolares... y no me dan nada".

"A mi hijo Diego también le han hecho muchas contenciones, le han cogido por el cuello, le han tirado al suelo, le han subido los brazos hasta la nuca. Diego tampoco quiere estar allí, echa de menos su casa. Ha visto hasta niños con escayola después de las contenciones. Mis hijos no se merecen estar ahí. Les ha condenado a ellos y a mí".

El desenlace. Hora de pedir cambios.

Jose Antonio: "Que contraten a gente titulada para trabajar en los centros de menores".

Juan Carlos: "Salí muy mal viendo lo que me hacían a mí y a mis compañeros, necesité tiempo, y sigo yendo al psiquiatra para superarlo".

Santiago: "Debería intervenirse en los propios barrios de esos niños, llevar a alguna persona a su casa, a su familia".

Ángel Alonso: "Sólo pido que se cierren estos centros, o que se intente cambiar a la gente que está dentro".

Noelia: "Yo le diría a la Comunidad de Madrid que no deje estos centros en manos de empresas privadas con ánimo de lucro. ¿Por qué no ven la despensa cuando visitan estas residencias para comprobar qué alimentación tienen los niños?. Era penosa, unos críos en edad de crecimiento con una dieta a base de fritos. ¿Por qué no abren el armario para ver la ropa que tienen? La que vestían era la que donábamos nosotros. Y las instalaciones también dejaban que desear, no era un centro cálido, sino destartalado...".

Marta: "Si se hacen cargo de ellos, que lo hagan de verdad. Me gustaría saber cómo llegan a estos centros, si hay algún juez que lo dictamine. También orqué están medicados, y si hay alguien al que se le haya dado el alta terapéutica y se lo hayan dado a sus padres antes de los 18".

Marisa: "Entiendo que tenga que haber centros, pero de otra manera. Solicité una ayuda a los servicios sociales y me han condenado. Quiero que me ayuden, pero no así, porque mi hijo no es un niño problemático".

Se encienden las luces, pero los actores no se han ido. Aquí están, sentados junto a mí, en esta particular sala de proyección, cada uno en su butaca, esperando a la señora 'Justicia', tratando de olvidar los golpes y de borrar las crueles escenas que un día vieron sus ojos.

Publicado el 27 de octubre de 2010 a las 13:00.

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'Si vuelvo, ¡me mato!' (II), pura indiferencia a la violación de derechos en centros de menores

Archivado en: centros de menores, derechos humanos, amnistia internacional, su vuelvo me mato, violencia, maltrato

Hace ya unos nueve meses, Amnistía Internacional presentaba el informe 'Si vuelvo, ¡me mato!', que daba cuenta de las graves violaciones a los derechos humanos de niños y niñas cometidas en centros terapéuticos.

Ahora, la ONG publica la segunda parte de este estudio, analizando esta vez la vaga reacción de la Administración a dicho documento. Y lo hace al mismo tiempo que el Ministerio de Sanidad da un paso adelante al suscribir un protocolo básico de actuación en centros o residencias para menores con trastornos de conducta, que permitirá, entre otras cosas, recurrir a medidas de aislamiento y contención física, de forma "excepcional", siempre y cuando se produzca una situación "de crisis" con los jóvenes.

Amnistía denuncia que con esta medida, insuficiente, el Gobierno pretende "regularizar la existencia de estos dispositivos, a medio camino entre centros de detención ilegales y clínicas psiquiátricas para adolescentes víctimas de exclusión social"; y sigue reclamando una ley estatal que regule todos los centros y que proteja a los menores que en ellos residen, y que siguen saliendo a la luz para denunciar episodios de malos tratos, lejos de gozar de garantías.

"Bajo la protección y el cuidado del Estado, menores que no han cometido ningún delito pueden sufrir privación de libertad sin orden judicial, malos tratos, ser encerrados en celdas de aislamiento, atados y amordazados. Pueden verse privados de su derecho a la salud al ser sometidos a tratamientos médicos sin diagnóstico, administrados sin la debida diligencia, sin información y sin su consentimiento, a veces medicados forzosamente con fines sancionadores", explica AI en su página web.

'Si vuelvo, ¡me mato!' (II) denuncia la indiferencia de las autoridades estatales y autonómicas que, a pesar de conocer la primera parte del informe, poco o nada han avanzado, relegando tan grave problemática a un asunto más de alarma social, lejos de dedicarle todos los esfuerzos necesarios.

Así que, de momento, los castigos corporales, los aislamientos forzados, la sobremedicación y contenciones físicas seguirán siendo una realidad, y casos como el del centro hogar de Galapagar (Madrid), al que han denunciado cuatro jóvenes, continuarán sucediéndose a lo largo de toda la geografía española.

P.D.: Tolerancia Cero a la violencia, tolerancia cero a la indiferencia.

Publicado el 17 de septiembre de 2010 a las 08:30.

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5.000 días de incumplimiento

Archivado en: hambre, incumplimiento, roma, derechos humanos, madrid, ONG, desarrollo, cooperacion

El próximo domingo se cumplen 5.000 días de falsas promesas, de compromisos sin materializar, de esperanzas vacías para saciar el hambre que sufren en el mundo más de mil millones de personas.

En Roma, en 1996, en la Cumbre Mundial de la Alimentación, 185 países se pusieron como objetivo reducir a la mitad el número de personas que sufren el hambre. La fecha tope es 2015. Además, colocaron sobre la mesa un Plan de Acción con 27 objetivos que no han llegado a ninguna parte.

5.000 días después, las ONG adscritas a la campaña 'Derecho a la alimentación.Urgente' (Ayuda en Acción, Cáritas Española, Ingeniería Sin Fronteras y Prosalus) nos convocan a golpear platos el próximo domingo en Madrid. La cita es a las 11:00 en la Plaza del Museo Reina Sofía.

La meta no es otra que defender un derecho humano, el derecho a la comida, a la alimentación, recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

*Consulta la web www.5000dias.org, y envía tu carta a Zapatero.

 

Publicado el 16 de julio de 2010 a las 14:00.

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Morir a plazos: de Pedro Luis Boitel a Orlando Zapata

Archivado en: Pedro Luis Boitel, Orlando Zapata, Cuba, dictadura, libertad, cárcel, derechos humanos

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Orlando Zapata Tamayo tenía sólo 42 años. Ayer, 23 de febrero, falleció en un hospital de La Habana después de 85 días de huelga de hambre en la prisión de Kilo 8, en Camagüey. Era un disidente cubano, un preso de conciencia perteneciente a la denominada Primavera Negra de 2003. Pedía mejoras carcelarias, tales como una alimentación adecuada, sus derechos básicos. A cambio, el Gobierno cubano le respondió con palizas brutales durante los siete años que llevaba entre rejas y un abandono que lo ha conducido hasta la muerte.

Su madre Reina Luisa Tamayo, asegura que la muerte de su hijo ha sido un asesinato premeditado y recuerda la figura de Pedro Luis Boitel. Esta es la primera vez en cuatro décadas que un activista cubano pierde la vida por hacer frente a los abusos del gobierno:

"Tengo un dolor profundo (...) Ha sido un asesinato premeditado, mi hijo ha sido torturado en todo el tiempo que ha estado en las prisiones, ha sido objeto de sufrimiento (...) Lo tuvieron 18 días en Camagüey sin tomar agua (...) Es otro Pedro Luis Boitel en Cuba (...) Pido que exijan la libertad de los demás presos, los demás hermanos encarcelados injustamente para que no vuelva a suceder lo que ha sucedido...".

TESTIMONIO DE REINA LUISA TAMAYO

Pedro Luis Boitel (1931-1972) fue un líder estudiantil, un poeta y también disidente cubano que luchó contra los gobiernos de Fulgencio Batista y Fidel Castro. Al igual que Zapata, Boitel falleció en prisión en 1972, después de 53 días en huelga de hambre:

LA VIDA DE PEDRO LUIS BOITEL

DOCUMENTAL 'BOITEL: MURIENDO A  PLAZOS'

ANTECEDENTES

Zapata fue arrestado en 2003 en medio de una ola de represión del gobierno cubano, que condenó a 75 críticos. Primero le acusaron de desacato, desorden público y ‘‘desobediencia'', y le castigaron a tres años de prisión. Pero, posteriormente, por su actitud dentro de la cárcel, por "contestar", le sumaron 36 años de prisión.

La organización Directorio Democrático Cubano denuncia que el pasado octubre Zapata sufrió una terrible paliza en la prisión provincial de Holguín, que le provocó una hemorragia intracraneal y tuvo que someterse a una operación quirúrgica. Además, señala el Directorio, "durante 18 días" el director de la prisión de Kilo 8 le tuvo sin agua, lo que derivó en un fallo renal. Por último, esta organización señala el abandono al que Zapata fue sometido desde mediados de enero en un hospital de Camagüey. Allí, dice, contrajo una neumonía debido al aire acondicionado y a que estaba "casi desnudo". Aún así, la pasada semana le trasladaron al hospital de la prisión Combinado del Este de La Habana.

P.D.:Libertad.

Publicado el 24 de febrero de 2010 a las 08:30.

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'Cerca de tus ojos'

Archivado en: maribel verdu, cerca de tus ojos, elias querejeta, derechos humanos, vulneracion, san sebastian

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El productor de cine Elías Querejeta presentó hace un tiempo -en la Semana del Cine de Valladolid- su primer trabajo como director, el documental 'Cerca de tus ojos'. En esta cinta denuncia la "constante vulneración" de los Derechos Humanos desde la firma de la declaración Universal en 1948. Lo hace con imágenes de archivo y escenas rodadas en Madrid, y con Maribel Verdú como narradora y protagonista.

Su objetivo -además de invitar a la reflexión en 72 minutos- no es otro que "mostrar de qué manera se produce la inculcación y cómo puede afectar a todos los ciudadanos, sin importar la raza o la nacionalidad", tomando como base los artículos "de contenido exclusivamente humano" de los 30 que engloba la Declaración.

Este jueves el documental se proyectará en el Teatro Principal de San Sebastián (20.00 horas), con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos. Además, la cinta también se proyectará en el Festival de Cine y Derechos Humanos de 2010 (del 23 al 30 de abril de 2010).

Publicado el 10 de diciembre de 2009 a las 08:45.

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Patricia Costa

Patricia Costa

Asuntos Pendientes. ¿Cuántos tienes tú? En este blog recogeré mi punto de vista y breves reportajes sobre temas sociales y todo tipo de desigualdades, centrándome especialmente en la mujer.

Nací en Redondela (Pontevedra), en 1981. Soy doctora por la Universidad de Vigo (con la tesis 'El tratamiento de la violencia machista y la lucha por la igualdad en la radio pública. Análisis del programa 'Tolerancia Cero' de Radio 5. Propuesta de modelo'), Master en Radio por la Universidad Complutense de Madrid y licenciada en Publicidad y RR.PP (UVIGO). 

Comencé en Radio Galega, en Deportes, y desde 2007 soy colaboradora de Radio Nacional de España. Actualmente trabajo en los espacios 'Abierto hasta las 2' (Radio 1), 'Tolerancia Cero' y 'Tendencias', ambos en Radio 5. Además, soy redactora del semanario Gente en Madrid desde 2006, en este momento cubriendo la información relativa a la capital.

En 2009 gané el premio Carmen Goes de Periodismo en la modalidad de Radio por un reportaje sobre la ablación que podéis escuchar en este programa de Tolerancia Cero.

Y en junio de 2013 el XV Premio Tiflos de Periodismo de la ONCE en la modalidad de radio por un reportaje sobre los recortes en la universidad.

Por otro lado, la Academia de la Radio otorgó a 'Tolerancia Cero' el premio Teresa de Escoriaza en febrero de 2014.

 

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