Asuntos pendientes

Ray Krone fue condenado a muerte por asesinar a Kim Ancona en el bar de Phoenix que solía frecuentar. Ocurrió en 1991. En 2002, y tras probarse su inocencia, este hombre se convirtió en el preso número cien 'rescatado' del corredor de la muerte en EE.UU., concretamente en Arizona.

A Ron Keine le sentenciaron a la pena capital en 1974 por secuestrar, violar, asesinar y mutilar a William Velten, un estudiante de la Universidad de Nuevo Méjico. Un año más tarde, la confesión del verdadero culpable le devolvió la libertad.

Derrick Jamison vivió ni más ni menos que veinte años en el corredor de la muerte de Ohio, donde se le otorgó el máximo castigo en 1985 por otro crimen que tampoco había cometido: el asesinato de un camarero en Cincinnati.

A Shujaa Graham le cargaron en 1973 el asesinato de un guarda de prisiones en el Instituto Deul de Formación Profesional de Stockton (California), y tuvo que pasar por el corredor de San Quintín de 1976 hasta 1981, cuando fue absuelto.

Ahora, cada uno de ellos, en menor o mayor medida, lucha contra los errores del sistema de justicia penal de su país, contra la pena de muerte, contra la brutalidad policial... Lo hacen a través de sus propias vivencias, que ahora protagonizan la nueva campaña de una conocida marca de bebida isotónica.

Los anuncios, rodados el pasado junio entre Ponferrada y Santiago de Compostela y desarrollados por Sra. Rushmore, recogen su particular Camino de Santiago en búsqueda de la confianza y de la paz que nunca debieron haber perdido.

SPOT 'CORREDOR'

SPOT 'RON'

SPOT 'EL CAMINO DE LOS ENCUENTROS'

Publicado el 8 de septiembre de 2010 a las 09:45.

               

Comenzó a delinquir en 1930 y su primera condena fue de 25 años por disparar a un policía de Connecticut en 1947. En 1977 le cayó cadena perpetua por robar y matar a tiros a un hombre en Salt Lake City. Su último crimen ocurrió en 1982. Con 67 años, escapó de un grupo de trabajo carcelario en la prisión de Utah y acabó con la vida de un dependiente en Phoenix, un asesinato por el que sería condenado a muerte en 1983.

Con esta trayectoria, que comenzó en la prisión de Leavenworth (Kansas) en 1930 por un robo a mano armada, Viva Leroy Nash (10 de septiembre de 1915-12 de febrero de 2010) era el condenado a muerte más anciano de todas las prisiones estadounidenses.

Tenía 94 años y falleció el pasado viernes por causas naturales en la Prisión Complejo Florence del Estado de Arizona, según la NBC, después de pasar sus últimos 27 años entre rejas. Sin embargo, el reo había sufrido cinco ataques cardiacos en prisión y seguía una dieta especial. Era sordo, prácticamente ciego, sufría demencia y otras enfermedades mentales. Incluso, según su abogado, ahora casi no se podía mover.

Publicado el 16 de febrero de 2010 a las 12:00.