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"Soy Óscar Hernández Mañas, tengo 40 años, nací en Valencia capital, soy licenciado en Periodismo y he colaborado con algunos medios valencianos. Mi diagnóstico es de esquizofrenia paranoide y padezco esta enfermedad desde el año 2002 aproximadamente".
Así se presenta el autor de Cuaderno de un esquizofrénico, un blog en el que cada día -desde el 13 de diciembre de 2008- este colega de profesión confiesa su estado de ánimo y sus sensaciones, las producidas por una terrible enfermedad mental con la que ha de convivir el resto de sus días.
¿Por qué decides abrir esta bitácora?
Por un lado, dos buenos amigos y algunos miembros de mi familia me animaban a escribir sobre lo que me estaba pasando. Por otro lado, en una de mis sesiones en el hospital clínico de Valencia, la psiquiatra me dio la guía para enfermos de esquizofrenia "Descubre un nuevo camino. Apoyo y consejos para personas con esquizofrenia". En las páginas de ésta guía se aconseja al enfermo a realizar un diario sobre la enfermedad como método para conocerla mejor. Como ya desde antes del diagnóstico participaba en foros y blogs de temática variada, me decidí a llevar el diario en forma de bitácora en la red.
¿Qué tema ocupó tu primer artículo y qué asuntos sueles tratar en tus publicaciones?
Recuerdo la primera entrada como la más difícil, ya que suponía hacer visible la enfermedad, contar en primera persona que te han diagnosticado esquizofrenia, con el estigma que esa enfermedad tiene y del cual yo mismo participaba con mis prejuicios y desconocimiento sobre la enfermedad. Es realmente duro. Me pareció importante destacar en esa primera entrada -que titulé 'La importancia de un buen diagnóstico'- lo necesario, precisamente, de un diagnóstico claro en ese viaje que todos los afectados por un trastorno mental han emprendido.
Las entradas se dividen en dos partes. En la primera destaco del día un aspecto concreto e intento relacionarlo con la evolución diaria de la enfermedad. Se trata de observar como la enfermedad afecta al día a día. La segunda parte está formada por cuatro puntos: 1) La ausencia o presencia ese día de sensaciones autoraferenciales (alucinaciones); 2) La ausencia o presencia de ideas preocupantes; 3) Mi estado de ánimo; y 4) Finalmente anoto la medicación que tomo. Luego procuro mantener una relación amable con todo el que se acerca al blog, por ello no es extraño encontrar entradas dedicadas a uno u otro lector.
Me ha impactado mucho la entrada en la que narras tu primer brote psicótico.
Fue un proceso gradual. Como digo en el blog, las consecuencias fueron varias: monopolización del pensamiento por sensaciones autorreferenciales, falta de concentración, dificultad del pensamiento y confusión. También modificación de la conducta y hábitos. Me volví evitativo y desconfiado. Vivía el día a día con angustia incontrolada, produciéndose un aumento de los temores irracionales. Lo peor fueron los picos de estrés que producían una pérdida generalizada de energía física y mental. Recuerdo como más acusado el agotamiento mental. Con el paso del tiempo el comportamiento y la conducta modificada terminan afectando a la convivencia familiar de la que para entonces ya recelaba y desconfiaba. Finalmente, el estrés, la contundencia de la realidad inventada, la sensación de que no puedes confiar en nadie, ni siquiera en tu familia, me llevó a un acto desesperado que tuvo como consecuencia un breve internado (varias horas).
Publicado el 5 de mayo de 2010 a las 17:30.