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Asuntos pendientes

Asha, víctima de ablación: "Todavía oigo el sonido del cuchillo cortando mi carne"

Archivado en: ablación, maltrato, violencia, africa, arabia saudi, asia, mujer, somalia

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Más de 8.000 mujeres y niñas africanas sufren diariamente la ablación, aunque esta práctica también se realiza en Oriente medio y Asia, según el informe más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), titulado 'Eliminando la mutilación genital femenina'.

Asha Hussein es una de esas 'niñas'. Vive en Madrid desde hace siete años. Es somalí, aunque nació en Kenia. Cuando sólo tenía 5 años, un día su madre le dijo: "hoy te vamos a purificar". Entonces, Asha se sintió "la niña más feliz del mundo. Iba a pasar de una categoría a otra. Me bañé, me puse mi mejor vestido. Incluso, yo misma fui a la tienda a comprar las cuchillas y llamé a la matrona".

¿No sabías qué ocurría?

Asha: No me di cuenta de lo que me iba a pasar hasta que me sentaron en la cocina de mi abuela, que era de barro. Hicieron un agujero y allí me colocaron. Mi abuela me agarró las piernas, mi madre los brazos, y me colocaron un trapo en la boca para evitar que gritase. Lloré sin lágrimas. Aquello era muy doloroso, terrible. Todavía oigo y siento el sonido del cuchillo cortando mi carne. Luego me cosieron, porque había que cerrarlo completamente, dejando un agujero muy pequeño para la menstruacción, la orina...

Sulekha es hermana de Asha. Tiene 44 años y también reside en Madrid. "Fue brutal, algo que recuerdo mucho, un castigo que estoy viviendo todavía. Quería vomitar y quería hablar con mi madre. Yo le decía 'tranquila, no pasa nada, estoy bien'. Pero ella estaba muy nerviosa, no quería hacerlo. Mi padre insistió y le decía que si no me practicaban la ablación me echarían fuera de la comunidad. Y también supondría un divorcio seguro para mi madre, claro", explica.

¿Cuál es tu principal recuerdo de ese día?

Sulekha: Después de la ablación cerré los ojos, y mi madre le dijo a mi padre: "Es tu culpa", y mi padre le respondió: "¿Y qué? Es una niña. Si muere, no pasa nada". Entonces, abrí los ojos y le dije a mi madre: "Mami, no voy a morir". Lo peor es que estas cosas siguen ocurriendo y, mientras hablo, muchas niñas están muriendo en Somalia.

Hawaya tiene 22 años, y es la hija de Sulekha quien, por cierto, se vino a España para evitar que a su otra hija, de ahora 13 años, la sometiesen el macabro rito. "Me protegió mi madre. Me hicieron algo de sangre, nada más, para que la gente pensase que ya estaba hecha la ablación. Mi madre habló antes con la matrona, pero había otras dos niñas, muy pequeñas, a las que sí se les practicó. Sangraban y se las llevaron al médico. Estábamos en una habitación, y al lado había otro cuarto. Las niñas teníamos que pasar una a una, por eso no pudieron saber qué me habían hecho exactamente.

¿Qué consecuencias tiene todo esto?

Asha: Aparte de problemas psicológicos, cuando te llega la primera regla es terrible. Más tarde, me casaron con un hombre que nunca había conocido. Ese hombre me abrió y se acostó conmigo la misma noche. Y tuve el dolor más grande que una mujer puede pasar. Era virgen, y ese hombre quería a una mujer virgen. ¿Cómo no iba a ser virgen, si yo no sabía que era el sexo, no tenía sensaciones?

Sulekha: Mi primer embarazo fue muy complicado y no tenía 'feeling' como mujer. Date cuenta que tu marido puede pensar que ya no te gusta o que tienes otra relación.

¿Por qué se practica la ablación en vuestro país?

Asha: Por la necesidad del hombre de dominar a la mujer. Ha existido toda la vida, pero en esta ocasión se ha disfrazado de religión y de cultura. El hombre no quiere que tengas sentimientos, si no que seas un aparato para parir toda la vida.

Sulekha: No es religioso. Los árabes, que son musulmanes, no practican todos la ablación, y si lo hacen es sólo un poco, no como en Somalia, tan cruel.

Hawaya: No es religioso, porque en el Corán no está escrito. Es una tradición que además las mujeres practican a otras mujeres. No sé si es para controlarlas, para que no sean infieles, para que permanezcan vírgenes hasta que se casen, para que no tengan sentimiento alguno...

La ablación está prohibida en España y en buena parte de la UE. Incluso, en muchos países de África, como Gambia o Senegal, pero la realidad es otra. Es una práctica que continúa, y las prohibiciones únicamente han conseguido que se lleve a cabo de forma clandestina, en malas condiciones. En España, si se sospecha que una niña va a viajar a su país de origen para ser sometida a la ablación, las autoridades pueden llegar a quitar la custodia a sus progenitores.

¿Sigue ocurriendo?

Asha: A miles de niñas se les realiza la ablación en países donde está prohibida. Ahora se hace en los lugares más oscuros que te puedas imaginar, más sucios... Y cuando se desangra una niña no van a llevarla al médico por miedo a que metan a alguien en la cárcel. Antes de prohibir hay que enseñar, educar.

¿Cómo luchas contra este maltrato?

Asha: Lo que hago es informar a la gente a través de la ONG ‘Salvar una niña, salvar una generación'. Trabajamos directamente con las mujeres del campo, hablamos con aquellas a las que nos les llegan periódicos, ni la televisión, ni siquiera saben leer... Estamos en el norte de Somalia, en el este de Kenia y esperamos llegar a todas las mujeres.

Un deseo.

Asha: Pediría que algún día la mujer fuese ella misma y tomase las riendas de su vida, que sea su propio conductor.

Sulekha: Un cambio, pero pronto, para terminar con los maltratos de las mujeres de todo el mundo, pero sobre todo las de Somalia, por favor.

P.D.: Escucha esta entrega del programa 'TOLERANCIA CERO', de Radio 5 Todo Noticias, en el que se habla de la ablación y de otros temas como la lapidación de mujeres.

 

 

Publicado el 22 de diciembre de 2009 a las 10:45.

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Carta a Arshavin

Archivado en: Arshavin, Arsenal, conducir, Arabia Saudí

Arsenal Football Club
Highbury House
75 Drayton Park
London N5 1BU

 

 

 

Querido Arshavin:

Me alegro de tu nuevo fichaje por el Arsenal, ojalá tengas mucha suerte. Pero me gustaría contarte una historia. El otro día dijiste: "Si estuviera en mi poder, prohibiría conducir el coche a las mujeres y les retiraría sus licencias, y lo haría sin pensarlo dos veces", y entonces me recordaste que todavía queda un asunto pendiente.

Sé que estas palabras son la consecuencia de un accidente que sufriste cuando eras pequeño, pero se trata sólo de eso, de un accidente, como lo fueron tus inapropiadas declaraciones. Imagino que ahora mismo intentarás adaptarte al clima londinense, pero yo te recomendaría otro destino: Arabia Saudí. ¿Sabes? Allí las mujeres tienen prohibido conducir, sería lo más parecido a tu paraíso.

Es el único país del mundo que sostiene esta prohibición, y eso que muchas interesadas se han reunido para remediarlo creando incluso una ‘Comisión de Demandantes del derecho de las Mujeres a Conducir Coches'. No pueden colocarse al volante ni las autóctonas, ni las extranjeras residentes o de visita. Te gusta la idea, ¿verdad?

Por esos lares piensan que si las mujeres conducen pueden crear "situaciones pecaminosas" al coincidir con policías o mecánicos. La cosa funciona así por culpa de un edicto religioso aprobado en 1990. Fue en esta fecha cuando 47 mujeres fueron a la cárcel por manifestarse al volante en Riad, perdiendo su empleo las que desempeñaban puestos gubernamentales.

Hace no mucho, en 2008, un grupo de mujeres saudíes colgó este vídeo en Youtube para protestar contra la ley que les prohíbe conducir:

Pero sí pueden manejar aviones Arshavin. Una joven de 25 años, Hanadi Zakariya Hindi, se puso al mando de un avión en Arabia Saudí, en 2005. Y cerca, muy cerca, en Irán, hasta podemos conducir autobuses. Masoumeh Soltanbalaqi fue la pionera en 2002.

Afortunadamente, en otros países no han existido ni existen prohibiciones. En Francia, la primera mujer que se sacó el carnet de conducir fue Anne de Montemart-Rochechouart, la duquesa de Uzès (1897).

Al otro lado del charco, en Cuba, ‘Macorina' se encargó de levantar el escándalo al hacer rugir motores. Hasta le dedicaron canciones. Ella, Arshavin, fue la primera mujer que condujo en Cuba y que obtuvo la primera licencia para ello. Ocurrió en La Habana de los años 20, y Chavela Vargas nos la rescató luego en esta canción:

En España también podemos conducir -te sugiero no te pases por aquí por si te vemos y fingimos un atropello-, y de todo, aunque hasta 1975 teníamos que pedirle permiso al "marido". Zenobia Camprubí (Barcelona 1887-Puerto Rico 1956), aunque entregada siempre a su Juan Ramón Jiménez del alma, fue una de las primeras mujeres en conducir un automóvil.

En 1929, Pilar Careaga y Basabe se convirtió en la primera mujer en conducir un tren, una locomotora de vapor, de Madrid a Bilbao.

Roge Morante (Torrelavega) se llamaba la primera profesora de autoescuela de nuestro país, también pionera como empresaria del sector, en los años 70.

Matilde Cantos (Granada 1898-1987) -cuentan- está registrada como la primera mujer conductora en Granada. Paloma Antón es su homóloga en Ferrol, y lo consiguió en la segunda mitad del siglo XIX, cuando sólo circulaban tres coches en la villa.

En cuanto a los aviones, Arshavin, Mari Pepa Colomer Luque, fue la primera mujer piloto de la aviación española.

María Aburto ostenta el título de ser la primera mujer comandante de Iberia, y una almeriense de 26 años, Rosa Mª García-Malea, se plantó como la primera española piloto de aviones de Caza y Ataque en 2007, una década después de que la Academia del Aire nos abriese sus puertas.

Y también nos hemos introducido en alta mar Arshavin, no vayas a pensar que tenemos temor al agua. La línea de cruceros Royal Caribbean nombró a Karin Stahre-Janson capitana de la embarcación 'Monarch of the Seas' en 2007. Ella fue la primera mujer en el sector en llevar un gran barco de cruceros, así como la primera capitana en una nave de la compañía.

¿Sigo? Camiones, también conducimos camiones. En 1929 y por vez primera, Lillie Elizabeth Drennan, en EE.UU., obtuvo el permiso para operar este tipo de vehículos. Celia Rivas, nacida en 1913 en una localidad costera se convirtió en la primera mujer camionera de Galicia. Transportaba pescado, aunque durante la Guerra Civil su camión fue requisado por los militares. Recientemente, Fina Román, copiloto del camión del equipo KH7-Repsol-Epsilon, fue la primera española en terminar un Dakar en esta disciplina.

Y ahora confíamos en que Carmen Jordá llegue pronto a pilotar un Fórmula 1. La joven valenciana de 19 años ya se convirtió en la primera mujer en subir a un podium en la Copa de España de Fórmula 3.

Otras mujeres también han hecho lo suyo en este campo. La primera en correr en un F1 fue la italiana Mª Theresa de Fillipis, a finales de los 50.

Pero otra italiana, Lella Lombardi cosechó más éxitos, en los 70. Otros nombres que no podemos dejar de nombrar: Davina Galica, Desire Wilson, Giovanna Amati o Elizabeth Junek, que compitió en el G.P. de Alemania en los años 20.

Recientemente, la estadounidense Danica Patrick entró en la historia del automovilismo al convertirse en la primera mujer en conquistar una prueba official de Indycar. A otras les dio por los rallys, como a Simonetta Gahri o Nuria Llopis. La francesa Michèle Mouton es la única mujer ganadora de una ronda en el Mundial de esta modalidad deportiva.

Perdóname Arshavin, pero tengo que dejarte ya. He dejado el coche en doble fila y a un kilómetro de la acera.

Un fuerte abrazo
Patricia

P.D.: Si notas que después de leer estas líneas tienes alguno de estos síntomas: dolor de cabeza, molestias estomacales, sarpullidos o irritaciones en la piel, consulta a tu farmacéutico.

Publicado el 13 de febrero de 2009 a las 12:30.

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Patricia Costa

Patricia Costa

Asuntos Pendientes. ¿Cuántos tienes tú? En este blog recogeré mi punto de vista y breves reportajes sobre temas sociales y todo tipo de desigualdades, centrándome especialmente en la mujer.

Nací en Redondela (Pontevedra), en 1981. Soy doctora por la Universidad de Vigo (con la tesis 'El tratamiento de la violencia machista y la lucha por la igualdad en la radio pública. Análisis del programa 'Tolerancia Cero' de Radio 5. Propuesta de modelo'), Master en Radio por la Universidad Complutense de Madrid y licenciada en Publicidad y RR.PP (UVIGO). 

Comencé en Radio Galega, en Deportes, y desde 2007 soy colaboradora de Radio Nacional de España. Actualmente trabajo en los espacios 'Abierto hasta las 2' (Radio 1), 'Tolerancia Cero' y 'Tendencias', ambos en Radio 5. Además, soy redactora del semanario Gente en Madrid desde 2006, en este momento cubriendo la información relativa a la capital.

En 2009 gané el premio Carmen Goes de Periodismo en la modalidad de Radio por un reportaje sobre la ablación que podéis escuchar en este programa de Tolerancia Cero.

Y en junio de 2013 el XV Premio Tiflos de Periodismo de la ONCE en la modalidad de radio por un reportaje sobre los recortes en la universidad.

Por otro lado, la Academia de la Radio otorgó a 'Tolerancia Cero' el premio Teresa de Escoriaza en febrero de 2014.

 

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