Teresa Lewis, la primera mujer ejecutada en EEUU desde 2005
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"Teresa Lewis fue ejecutada el 23 de septiembre de 2010 a las 09:00 horas en el centro correcional de Greensville, en Jarrat (Virginia).
En nombre de Teresa, agradecemos los miles de apoyos que han firmado la petición para cambiar su pena por la cadena perpetua y pedir clemencia al gobernador de Virginia. Hasta ella llegó todo vuestro apoyo.
Teresa escribió un mensaje a sus compañeros de prisión en Fluvanna hace un mes. Este es un extracto:
.... Los hombres quieren que me muera, pero no estoy preocupada, confío en Jesús... Por favor, mis
queridos amigos de Cristo, si no conocéis a nuestro maravilloso Salvador, y padre, por favor, dejadle entrar en vuestro corazón.
Perdonará todos vuestros pecados y os acogerá entre sus tiernos brazos, y os bendicirá y os guiará, ¡y os enseñará tanto! ¡Os quiere más de lo que jamás habéis imaginado. Confiad en él, creed en él!
Este el texto que figura desde su ejecución en la web de la plataforma que intentó salvarle la vida, pero que poco pudo hacer finalmente para evitar que una inyección letal la matase de manera fulminante, y se convirtiese así en la primera mujer ejecutada en Estados Unidos desde 2005, cuando Frances Newton murió también por inyección letal en Texas, según Daily Mail.
También es la primera ejecutada en Virginia desde 1912. En aquel año, la silla eléctrica terminó con la vida de una adolescente de 17 años, Virginia Christian, que asfixió a su jefe.
Y se convierte asimismo en la duodécima mujer en ser ejecutada en territorio Obama desde que se restableció la pena capital en 1976.
Atrás quedan siete años en el corredor de la muerte. La han castigado por organizar hace ocho años los asesinatos de su marido y de su hijastro, cometidos, no obstante, por otros dos hombres, que tan sólo han sido condenados a cadena perpetua (uno de ellos se suicidió). Buscaba cobrar el seguro, de unos 250.000 dólares.
Ella lo confesó, pero quizás nunca nadie le explicó que su Coeficiente Intelectual, de 72, rozaba el límite. Se encontraba tan sólo dos puntos por encima de la cifra que indica la discapacidad mental de una persona, una condición bajo la cual la ley descarta la pena capital. ¿Es el CI una ciencia exacta? Los expertos aseguran que Teresa tenía idéntica capacidad mental que un niño de 12 o 13 años y un trastorno de personalidad, y que tras su confesión está la manipulación de uno de los dos acusados, que incluso lo reconoció en una carta.
Antes de morir, gastó su último cartucho pidiendo clemencia a través de la televisión norteamericana. Nada consiguió. Hoy, Twitter y diferentes páginas y grupos de Facebook recuerdan a Teresa y piden justicia. Descanse en paz.
Publicado el 24 de septiembre de 2010 a las 07:30.