'Si vuelvo, ¡me mato!' (II), pura indiferencia a la violación de derechos en centros de menores
Archivado en: centros de menores, derechos humanos, amnistia internacional, su vuelvo me mato, violencia, maltrato
Hace ya unos nueve meses, Amnistía Internacional presentaba el informe 'Si vuelvo, ¡me mato!', que daba cuenta de las graves violaciones a los derechos humanos de niños y niñas cometidas en centros terapéuticos.
Ahora, la ONG publica la segunda parte de este estudio, analizando esta vez la vaga reacción de la Administración a dicho documento. Y lo hace al mismo tiempo que el Ministerio de Sanidad da un paso adelante al suscribir un protocolo básico de actuación en centros o residencias para menores con trastornos de conducta, que permitirá, entre otras cosas, recurrir a medidas de aislamiento y contención física, de forma "excepcional", siempre y cuando se produzca una situación "de crisis" con los jóvenes.
Amnistía denuncia que con esta medida, insuficiente, el Gobierno pretende "regularizar la existencia de estos dispositivos, a medio camino entre centros de detención ilegales y clínicas psiquiátricas para adolescentes víctimas de exclusión social"; y sigue reclamando una ley estatal que regule todos los centros y que proteja a los menores que en ellos residen, y que siguen saliendo a la luz para denunciar episodios de malos tratos, lejos de gozar de garantías.
"Bajo la protección y el cuidado del Estado, menores que no han cometido ningún delito pueden sufrir privación de libertad sin orden judicial, malos tratos, ser encerrados en celdas de aislamiento, atados y amordazados. Pueden verse privados de su derecho a la salud al ser sometidos a tratamientos médicos sin diagnóstico, administrados sin la debida diligencia, sin información y sin su consentimiento, a veces medicados forzosamente con fines sancionadores", explica AI en su página web.
'Si vuelvo, ¡me mato!' (II) denuncia la indiferencia de las autoridades estatales y autonómicas que, a pesar de conocer la primera parte del informe, poco o nada han avanzado, relegando tan grave problemática a un asunto más de alarma social, lejos de dedicarle todos los esfuerzos necesarios.
Así que, de momento, los castigos corporales, los aislamientos forzados, la sobremedicación y contenciones físicas seguirán siendo una realidad, y casos como el del centro hogar de Galapagar (Madrid), al que han denunciado cuatro jóvenes, continuarán sucediéndose a lo largo de toda la geografía española.
P.D.: Tolerancia Cero a la violencia, tolerancia cero a la indiferencia.
Publicado el 17 de septiembre de 2010 a las 08:30.