Falsas amenazas de bomba, bromas y mucho alarmismo en el Mundial de Sudáfrica
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El nerviosismo se dejó ver ya en diciembre en Ciudad del Cabo, en la sede del sorteo del Mundial. Entonces, al fotógrafo alemán Beinad Jurgen Fischer, se le ocurrió la gran idea de bromear con la Policía y decirles que su cámara tenía una bomba.
Ahora, diez días después de que comenzase la competición, digamos que hemos vivido el primer fin de semana de desalojos.
Los compañeros de prensa tuvieron que salir corriendo del estadio Green Point, en Johannesburgo, donde hoy se enfrentan Portugal y Corea del Norte, porque la maleta de un periodista de la televisión pública portuguesa RTP levantó sospechas. A ella se acercó un perro policía y, a partir de ahí, surgió el caos. Finalmente, los especialistas en explosivos llegarían para recuperar la calma.
Pero ahí no queda todo. El habitual ruido de una fábrica de explosivos próxima al Soccer City, la empresa de castuchos 'Maxam', volvió a instaurar la intranquilidad. Al menos entre los reporteros enviados al Mundial, que comenzaron a especular en Twitter y en otras redes sociales con un posible atentado terrorista que tanto tememos durante el campeonato.
Asunto pendiente: calma.
Publicado el 21 de junio de 2010 a las 09:15.
