Los girasoles marchitados por Henry Mancini
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Debido a una gripe incómoda, no pude dar rienda suelta a la hiperactividad que llevo dentro durante varias días y, tratando de superarla bien abrigado desde el sofá del salón, devoré películas sin parar. Afortunadamente, acerté con las elecciones porque disfruté como un niño en cada escena, aunque más que recomendaciones cinematográficas simplemente querría alabar el indispensable de las músicas, de las bandas sonoras en el desarrollo de estas obras de arte.
Un ejemplo de manual sería ‘Casino' (Martin Scorsese, 1995) con la fascinante capacidad del cineasta neoyorquino para colocar la canción perfecta (House of the Rising Sun o Gimme Shelter) en el momento idóneo. Esta cinta, tan entretenida como dura en su concepto, podría durar cuatro horas y no habría ninguna queja. Otro, bien distinto, nos llevaría hasta ‘Los Girasoles' (Vittorio De Sica, 1970), la dolorosa, en este caso por cuestiones amorosas, película en la que Marcello Mastroianni y Sofía Loren hacen dos papeles magníficos. Las composiciones de Henry Mancini, desde los créditos iniciales, te ponen la piel de gallina. Bravo. Bravísimo.
Publicado el 25 de noviembre de 2012 a las 20:00.
