Leonor Watling, Alejandro Pelayo y Óscar Ibarra han vivido durante un tiempo en la casa del árbol y ahora han tocado suelo para enseñar sus últimas canciones, las que componen el cuarto álbum de la banda: 'Life in the treehouse'. Marlango asegura que los nuevos temas afrontan una edad muy tonta.
¿Cómo está resultando la realidad después de esa estancia en la casa del árbol?
Leonor: ¡Rara! Dan ganas de volver al árbol, pero la verdad es que estamos muy contentos porque, a pesar de que es la parte extraña, somos conscientes de la suerte que tenemos. Que a alguien le importe que hagamos el disco. Es muy difícil hablar de las canciones. Siempre lo es, porque lo que querías contar ya lo has contado en el tema, pero estamos muy contentos, sobre todo porque hemos empezado la gira y en el fondo todo merece la pena porque sabes que vas a tocar.
El disco desprende mucha luz, mucha esperanza. No quiero decir que los discos anteriores carezcan de esto, pero esta es la primera impresión que tengo. Os ha salido muy luminoso, aunque siempre está esa tristeza y melancolía positiva que caracteriza a vuestras canciones.
Leonor: Pues sí, yo estoy de acuerdo. Es muy complicado tener una opinión objetiva sobre tus propias canciones, pero creo que sí hemos abierto las ventanas, nos hemos quitado los abrigos y las bufandas. Me parece que también es la respuesta a la crisis, a la realidad que te rodea. Es bastante tremenda y te das cuenta de que no estás mal, que lo importante lo tienes y que lo importante es mucho más simple. Es una casa en un árbol, es tiempo y un poco de sentido del humor.
Por lo que se nota en las canciones, tocáis un montón de sentimientos y de ideas. En este sentido, el disco queda muy auténtico y visceral.
Alejandro: Sí, nos suelen llevar las canciones. Decía Leonor eso de quitarnos el abrigo y la bufanda. Estas canciones se han quitado el abrigo y la bufanda. Desde muy al principio, han querido ir ligeras de equipaje y de puntillas. Tenemos la sensación de que estos temas no pesan ni la mitad de lo que pesaban los anteriores. Van muy ligeras de arreglos y tienen muchas ganas de pasarlo bien. Si fueran una persona, serían adolescentes que quieren ligar. No tienen un compromiso. Están en una edad muy tonto. Eso es muy divertido desde el escenario, porque al tocarlas te lo pasas muy bien. De repente, es como salir con un adolescente. Dices "madre mía, no me entero de nada, pero que divertido".
Eso sucede en la parte musical. En cambio, las letras de 'Life in the treehouse' transmiten madurez y reflexión...
Leonor: ¡Muchas gracias! (risas). Es que normalmente no preguntan por las letras. Sólo preguntan por qué no son en español.
Si quieres pasamos a otra pregunta....
Leonor: No, no, gracias. La verdad es que sí .Cada vez me gusta más escribir y creo que cada uno se vuelve más exigente con lo que escribe....¡y ya está!.
Siguiente pregunta. Hay gente que ha escuchado el disco y me ha dicho "esto suena a lo de siempre, van por el mismo camino". La posibilidad de tener un sonido propio, reconocible y que la gente reconozca a Marlango al escuchar un tema, ¿qué os parece?
Alejandro: De entrada, eso que acabas de decir es muy halagador. Si partimos de la premisa de que las canciones nos llevan, sería muy raro en tan poco espacio de tiempo que una nos llevase hacia un sitio y la compañera de al lado nos llevara hacia el sitio opuesto. En un principio, el progreso en las canciones y en la música pasa porque el tiempo es como los perros, pero al revés. Tres discos, en realidad, son un año. Llevamos muy poco tiempo y realmente hemos escrito 50 canciones, que son muy pocas para tener una perspectiva o un recorrido que pase por muchos sitios. Creo que el recorrido, hasta ahora, va de la tristeza a la alegría en cuatro discos, pasando por sitios distintos, pero no todavía como para tener una identidad, una trayectoria. Eso hay que dejarlo para gente que tiene 15 o 20 álbumes y pueden hablar de etapas. Nosotros estamos en la primera etapa, que pasa por hacer lo que necesitemos en los momentos que vamos viviendo y por coleccionar las cosas que nos conmueven e interesan, y que queremos guardar para recordar. Si existe un sonido Marlango, tiene que ver con quienes somos tocando juntos y la forma que tenemos de entender las canciones. No sólo nosotros tres, sino también los músicos con los que grabamos y tocamos en directo.
Entonces, ¿no podemos hablar de una evolución musical? ¿Habéis hecho lo que ha salido en cada contexto temporal?
Leonor: Yo creo que sí hay una evolución, lo que pasa es que todo el mundo que escucha el disco tiene razón. Cada persona tiene una opinión y todas son ciertas. Sí hay una evolución, porque vas aprendiendo mucho de cada disco y, sobre todo, de cada gira. Pero, lo que dice Alejandro es que al final somos nosotros. Todavía no hemos llegado a aburrirnos de la manera de hacerlo y no nos hemos ido a invertarnos otro sonido completamente distinto. También he escuchado todo lo contrario, que si este disco no se parece nada a los anteriores... Me parece que todo el mundo tiene razón.
La música de Marlango está hecha para todos los públicos, por las melodías, su falta de estridencia y por cómo sale, pero tiene ese toque de intimidad, de sentirla con uno mismo en casa, con tu pareja. Vamos, de espacios cerrados. ¿Esta posibilidad se traduce al tipo de directos que hacéis y a los sitios que seleccionáis para los conciertos?
Leonor: Lo que más nos divierte es tocar en sitios distintos, porque las canciones se van a sitios diferentes. Cuando grabas un disco estás tomando una decisión de cómo grabar una canción y lo maravilloso de los directos es que cada noche, si estás en un teatro pequeño, las canciones son íntimas y si estás en un festival al aire libre con cinco mil personas los temas se vuelven diferentes, mucho más fuertes... Lo divertido y lo que más nos gusta es cambiar de sitio.
Con el tiempo que lleváis juntos, ¿existe alguna anécdota especial relacionada con vuestros temas que os venga a la mente y os llene de orgullo?
Alejandro: Bueno, hay muchas historias. No sé, hay mucha gente que utiliza una canción nuestra que se llama 'Pequeño Vals' para bailar...
Leonor: Has dicho mucha gente, serán algunos (risas)...
Alejandro: Sí, algunos... para bailar en sus bodas. En concreto, he estado en tres bodas donde esa fue la canción escogida para el baile y esto es muy halagador.
Por último, ¿qué sensaciones tenéis ante esta larga gira que os espera?
Óscar: Bueno, ya hemos hecho el primer concierto y lo hemos pasado muy bien. Parece que las canciones van solas y llevamos tocándolas desde hace mucho tiempo. Las antiguas nos han costado un poco más. Ahora mismo, los directos consisten en salir, disfrutar por el público y jugar con las canciones. A ver por dónde nos llevan, dependiendo de nuestro estado de ánimo y el del público. Es salir, ir a donde nos inviten a tocar y disfrutar.
Publicado el 12 de marzo de 2010 a las 11:45.