Archivado en: música, P22 Chorus, Greg Breinberg, Staten Island, New York, Marcos Blanco
Más allá del entretenimiento que propone, la música supone una fuente infinita de conocimiento y de aprendizaje personal que los sistemas educativos, promovidos por los Gobiernos, descuidan por completo. La presencia de este tipo de materias en los colegios e institutos resultan ridículas en cuanto al tiempo de dedicación, medios utilizados y preocupación académica.
Afortunadamente, existen excepciones. Suponemos que habrá muchas, pero una de las más mediáticas y sobrecogedoras tiene lugar el colegio público número 22 de Graniteville en Staten Island, esa isla situada frente a Manhattan en Nueva York. Allí, Gregg Breinberg ('Mr B' para sus alumnos), profesor de música, dirige un coro que sirve de ejemplo para comprobar la aplicación de la música sobre el desarrollo humano, sobre todo en los más pequeños.
Los vídeos de P22 Chorus, que así se llama la agrupación, han tenido más de 31 millones de visitas en Internet. Con todo el entusiasmo del mundo, Breinberg atiende a 'Melómanos' por teléfono. Así transcurrió la charla con el creador de P22 Chorus.
¿Cómo nació la posibilidad de crear un coro en el colegio?
Básicamente, empecé a dar clases de música en el colegio en el año 2000. Quería ser profesor de música, estudié para ello y cuando llegué le dije a la dirección que quería hacer un nuevo programa. Les comenté que una buena manera para hincapié en la música sería crear un coro. Ellos conocían mis posibilidades, lo que podía hacer y el centro me ofreció todo su apoyo en esta iniciativa. Obviamente, el coro alcanzó otro nivel y se hizo más popular cuando, hace cinco años (septiembre de 2006), decidimos crear un blog en Internet y nos pusimos a colgar algunas canciones que hacíamos.
¿Quiénes integran este 'P22 Chorus'? ¿Cuál es el proceso de selección?
Cada año enseño a niños de cuarto y quinto curso. Tienen entre nueve y diez años. Cuando empieza el curso, hacemos una audición en el colegio porque como añadido al curso ofrezco en el programa una actividad llamada 'música general' (general music), para intentar que aprecien la música, que aprendan sobre teoría musical y todo este tipo de cosas. Durante estas clases, ellos cantan y así puedo ver quienes tienen aptitudes, además de ver cómo puedo ayudarles a igualar los tonos y que canten de la forma más apropiada. Así, también compruebo cuánto interés tienen en esto. A veces, ellos saben más de lo que creen, pero no poseen el amor necesario para hacer música.
Habéis hecho decenas de versiones, pertenecientes a diferentes artistas y grupos. ¿De qué manera selecciona las canciones para los chicos?
La verdad es que ellos no conocen la mayoría de las canciones que hacemos. Intento que sean temas que vale la pena escuchar, música válida. Selecciono las piezas en términos de sonido y de aspectos que les sirvan de aprendizaje. La verdad es que prefiero la música alternativa, porque creo que hay más creatividad en este mundo. Cada canción tiene un significado completo y ahí está el punto de hacer una versión. Estás creando algo nuevo, quieres que disfruten y que quienes las escuchen o vean también lo hagan.
¿Cuáles son los aspectos fundamentales que aprenden durante su etapa en el coro?
Ante todo, hay que decir cuál es el propósito principal: buscas que la actividad les haya causado un impacto positivo al final del curso. Lo más importante para mí cuando escucho una canción es lo que siento y cómo lo siento. Siempre se lo digo a los chicos. No sólo estáis cantando una canción. Quizá estéis creando notas y ritmo, pero si no tienes el elemento emocional, falta algo. Trato de implicarlos para que alcancen una conexión emocional con el tema. Algunos niños son tímidos, no tienen mucha confianza en sí mismos, pero son capaces de conseguirlo y, además, después son más abiertos a todo tipo de experiencias: a diferentes sonidos, a otra gente, etc. Por fortuna, consigues que los alumnos sean capaces de abrir sus mentes durante bastante tiempo.
¿Existe una relación entre la música que escuchamos y nuestro comportamiento?
Sí, creo que cuando te expones a diferentes tipos de sonidos y emociones, crecemos como seres humanos. Es uno de los pensamientos que tratamos de enfatizar en este programa. La enseñanza básica de todo es mostrarles el poder de la música y cómo puede afectar a la gente. No puedes tener miedo de darlo todo en la música, de lo que pareces durante una canción, de alcanzar a la gente, de tocarles...
¿Crees que la música debería tener una mayor importancia en el sistema educativo?
Bueno, es muy complicado porque estamos viviendo una gran crisis y, especialmente, la situación es si cabe peor en Nueva York si nos referimos a la educación pública. Se ha reducido en un gran número la plantilla de profesores. En la actualidad hay muy pocos programas musicales o artísticos en este nivel o en los superiores, debido a falta de financiación. Entonces, creo que una de las mejores de cosas que supone mostrar este trabajo a la gente es mostrar cómo este programa es un buen rumbo para la vida de estos chicos. Les ayuda. Cuando aprenden música, están aprendiendo un montón de disciplinas. Les ayuda a concentrarse, a poner toda su atención en una tarea concreta. ¡Y hasta aprenden matemáticas porque el ritmo está hecho a base de matemáticas! Lo que sucede es que existe demasiada gente de negocios llevando las riendas del sistema educativo y se olvidan de que las artes son fundamentales para el desarrollo de estos chicos. No sólo desde el punto emocional, sino en el aspecto educativo.
¿Y qué sucede con los niños después del coro?
Los niños están en el coro un año. Es una pena, porque cuando salen de la escuela hay muy pocos colegios en el siguiente nivel que ofrezcan un programa musical. Es algo que me preocupa mucho. Es como un crimen para los niños una vez que se enganchan, que han probado la experiencia, porque lo necesitan. Nos apena esta situación.
¿Cómo reciben los niños el cariño de la gente que les sigue?
Creo que muchos no saben lo que está pasando. Son niños y están jugando. Tampoco nos interesa demasiado que sean conscientes de la repercusión que tiene lo que hacen porque, al fin y al cabo, se trata de un programa educativo. ¿Sabes? Es muy bonito ver cómo los niños de diferentes procedencias y orígenes, porque nuestro colegio en un centro multicural, se reúnen y disfrutan. Nos da esperanza para el futuro, para seguir creando este bonito trabajo artístico.
Claro. Al final, tenga o no repercusión mediática, el 'P22 Chorus' no es un espectáculo profesional, sino una actividad didáctica dentro de un colegio...
¡Exacto! No estamos haciendo nada profesional. No estamos haciendo dinero con esto. Sólo tratamos de que ellos sean felices y que recuerden lo que hicieron en su pasado, que lo puedan ver dentro de, por ejemplo, diez años.
Muchísimos artistas de renombre han colaborado con vosotros y han destacado este trabajo en los medios de comunicación. ¿Cuál ha sido la más especial que habéis tenido?
El momento más especial para mí fue cuando pudimos cantar para Tori Amos porque es mi artista favorita (risas). Fue una suerte poder conocerla de esta manera. Realmente, nuestro encuentro fue el hecho que supuso el primer gran reconocimiento a través de Internet del trabajo que hacen los chicos. Ha sido la artista más grande con la que hemos podido colaborar. Ella vio algunos de nuestros vídeos y su mánager contactó conmigo. Me dijo que le encantaría conocerles, cantar y actuar con ellos. Es un vídeo maravilloso. Después de que los chicos cantasen, ella rompió a llorar. Fue el día más maravilloso de mi vida, porque ella es mi heroína, mi inspiración musical y ver cómo se conmovió al escucharles fue muy emocionante. ¡Hemos conmovido a la persona que más me ha conmovido personalmente!
Publicado el 9 de abril de 2011 a las 14:45.