El diálogo con Juan Aguirre desmonta cualquier teoría sobre la premeditación del éxito -entendido como reconocimiento social- y la anormalidad de quienes son elevados a los altares mediáticos, sea cuál sea su ámbito de acción. Junto a Eva Amaral, el donostiarra forma el dúo más popular de la música española en la última década, pero esta condición no ha modificado las prioridades humanas del guitarrista. "Somos de la única manera que podemos ser: los mismos que vamos por la calle, que hablamos contigo, que nos vamos a tomar algo a un bar o nos subimos al escenario. Lo demás es un poco anecdótico. Pasamos bastante de todo lo que no es el sonido del directo, la electricidad, la sensación de ‘caña', de cuando subes al escenario. Eso es lo que nos ha traído hasta aquí y lo único que nos interesa", confiesa un músico que, junto a su compañera de aventuras, encuentra en los conciertos la mejor manera de agradecerle a la gente "que nos permite hacer lo que más nos gusta: tocar".
Reconocidos por la calidad de sus directos, los que han llevado a cabo desde octubre incluyen en su repertorio canciones de ‘Hacia lo salvaje', un último álbum "igual de libre o mirando hacia lo desconocido que los anteriores porque todos los hemos hecho bajo los mismos principios estéticos de absoluta libertad y de intentar entender la música como una expresión". El citado disco se ha convertido en el sexto de estudio en su trayectoria, cuya base, como la de los anteriores, ha sido "la búsqueda de canciones que sean verdaderas. Es como si quisieras describir una película que fuera verdadera. Todo lo que pones lo haces en torno a esa idea, a la sensación que te produce una canción. Un tema puede ser más 'heavy', suave, folk o electrónico, pero para nosotros no tiene valor si no suena verdadero. Luego, en cada disco nos hemos abierto a sonidos nuevos. Obviamente, hay una manera de cantar de Eva que es muy reconocible y nosotros utilizamos las guitarras de una determinada forma. Desde un punto de vista superficial, se podría decir que somos el encuentro entre una tía que viene del rock (Eva) y yo, que vengo más de la música folk, aunque sea electrónica. Esa sería la base de nuestro sonido. Lo que pasa es que ahí cabe cualquier cosa", reflexiona un Juan Aguirre al que le cuesta psiconalizar el camino realizado en estos 13 años. Básicamente, porque "hemos vivido tan rápido que no nos hemos parado a pensar mucho en nosotros mismos. Estábamos observando lo que pasaba a nuestro alrededor, sintiendo y viajando. Imagino que en algún momento habrá que mirar atrás, pero la vida no nos ha puesto todavía en esa tesitura".
Independientemente de la respuesta que obtengan sus creaciones, "seguimos mirando la música como fans", inmersos en una pasión compartida que comenzó el primer día que ambos (Juan y Eva) se conocieron en Zaragoza. "Somos fans de montones de grupos, desde los clásicos hasta la gente con la que hemos crecido de adolescentes. Te hablo de The Cure, The Stone Roses, toda la música de los 90, música electrónica, The Beatles, el rock inglés de los 60, mucha música folk de hace tiempo y cosas muy distintas. Estamos constantemente enseñándonos discos y diciendo "viene a Madrid no sé quién y tenemos que ir a verlos". Son ese tipo de cosas que siempre hemos hecho y ahora las hacemos más porque, afortunadamente, no tenemos que dedicarnos a otros trabajos", agradece la mitad de Amaral, que no considera la música como una profesión o un oficio. "Para mí es un estilo de vida. Una profesión es otra cosa, es algo que haces de 8 a 3", argumenta. Así habla y así piensa el cincuenta por ciento de Amaral, "dos tíos de Zaragoza que tienen una banda de música, de rock, de pop, o de folk-rock. No nos preocupa mucho más. Lo vemos así de sencillo".
UNIDOS POR UNA NATURALIDAD INCONSCIENTE
La anarquía, el caos y la impulsividad dominan el proceso creativo de los temas de Amaral. La mitad de las ideas plasmadas en sus canciones viene por este camino, en el que Juan y Eva se comportan como seres "intercambiables" y "complementarios". Aunque en el escenario Eva sea la parte más visible del grupo, los roles varían en el estudio. Aguirre puede cantar o tocar el bajo, mientras que la zaragozana se atreve con la guitarra eléctrica o golpea la batería. "Probablemente podríamos hacer canciones por separado, pero disfrutamos mucho componiendo juntos", manifiesta el donostiarra sobre la naturalidad inconsciente que les une.
Publicado el 21 de diciembre de 2011 a las 14:45.