Aldo Comas (vocalistas y guitarra), Mikel Mestres (guitarra principal), Arnau Obiols (batería), Jordi Moraleda (bajo) y Andrés Pérez (teclados) constituyen San Leon, el nuevo proyecto de Aldo después de El Guisante Mágico e inspirado en un lugar muy especial para el cantante. "San Leon es un pueblo que está en Texas, en la frontera de México. Es el típico pueblo que ha pasado por dos mil huracanes y una metáfora de nosotros. Allí suenan las guitarras mexicanas y al mismo tiempo está el pueblo completamente destruido, toda la gente deprimidísima. Partimos de esto porque San Leon llega después de un periodo convulso con El Guisante Mágico, mi grupo anterior. Intenté reconducir la idea musical de El Guisante hacia un concepto más de banda. Ahora intentamos ser más banda, escribo las canciones y todo eso pero hay más simbiosis colectiva. Salieron Arnau, Jordi, Mikel y Andrés. Entonces, cerramos la formación". Por teléfono, Aldo se expresa con velocidad, pero tratando de dar todo tipo de detalles. Lleva la música en la grande. Corre vida por sus venas. Sin duda. Comas da clases de paracaidismo, es profesor de cine y trabaja en una productora. Si le conoces, te cala hondo.
Por lo que cuentas, un lugar ha sido la gran inspiración a la hora de crear esta historia musical tan interesante...
Sí, con El Guisante Mágico, con Borja, estuvimos haciendo acústicos que nos llevaron a Tijuana, Las Vegas, Los Ángeles, San Diego y ahí tuvimos el primer contacto con la frontera mexicana, que me impactó mucho y de ahí surgió la idea del rollo fronterizo en lo musical. Tenía que ser algo que surgiese de allí. No obstante, fue más adelante, buscando sitios emblemáticos que nos definieran cuando salió la idea de San Leon. Fue una 'consecuencia de'. El viaje a México, aquel conciertazo en Tijuana, la gira que hicimos allí, nuestras investigaciones sobre la zona... ¡Y salió San Leon!
Vuestro sonido transmite buenas vibraciones a través de un cóctel donde uno puede encontrar soul, folk o salsa. Un estilo muy fronterizo, ¿no?
A ver, estamos en la post-modernidad, ¿no? Nos apropiamos de las cosas y hacemos un pastiche. Lo puedes hacer con buen gusto o mal gusto. No soy quién para decir cómo lo hemos hecho nosotros. Lo que sé es que escuchamos la suficiente música como para tener cierta dignidad en cada aproximación a otros géneros. No obstante, esto la gente se encargará de juzgarlo. Hay referentes de todas partes. En cuanto al tema fronterizo, he vivido toda mi vida en la frontera entre España y Francia. Mi padre tiene tiendas allá y como no podíamos llamar La Junquera al grupo, decidimos llamarle San Leon porque así posee un toque más 'guay'. Los Junqueras no mola (risas).
Si nos fijamos en las letras, existe un recopilatorio vital de Aldo Comas en este disco. Habría que incluir una traducción con el álbum ‘Bits&Pieces'...
Sí, es un disco muy personal. El año pasado me cambió la vida. Murió mi madre, después estuve viajando por todo el mundo e intenté olvidar, escribiendo el nuevo disco. Fue un proceso de madurez, de tener que avanzar por tí mismo. Las canciones estarán traducidas, sobre todo porque se lo debo a mi abuela. Mi abuela ha sido siempre la mecenas del grupo y tengo esta obligación. Cuesta mucho porque es difícil que rimen y tengan la misma lírica que en inglés, la fonética, etc... Las colgaremos.
Qué entrañable y sorprendente lo cuenta de tu abuela...
Sí, ella viene a los conciertos, con mi abuelo. Se vinieron con mi tía cuando estuvimos actuando en Nueva York el pasado año durante la Semana Santa. Allí les teníamos, en la primera fila de un sitio 'underground'. Bailando.
Aldo, ¿cómo fue el proceso de grabación de 'Bits&Pieces'? Creo que Paco Loco ha sido fundamental en este álbum...
Sí, la grabación la hicimos en el estudios de Paco Loco, uno de los tíos más currantes que he conocido en mi vida. En doce días, grabamos y mezclamos 18 canciones. Eso es una locura. Es el único productor del mundo que llega antes del grupo al estudio y se va después de la banda. Además, te trata con mucho amor y se implica en las canciones.
El disco se publicó el pasado 12 de abril. Dime la verdad, ¿cuáles son las expectativas que tienes sobre su difusión?
Buenos, ilusiones las máximas. Siempre hacia lo más alto. Lo que pasa es que he llegado a un punto en el que cual intento no plantearme muchas expectativas, porque lo único que haces es ponerte una meta inexistente. Lo mejor es no pensar en lo que va a pasar y ver como todo va llegando. No obstante, siempre esperas y deseas que sea lo mejor, que toques lo máximo, que te conozca mucha gente, que les gustes, que le caigas bien al todo el mundo, algo muy difícil... Hemos puesto el listón alto, pero más que nada por la pasión, el corazón. Luego está la realidad, porque los discos a veces no son como tienen que ser, ni salen como te crees. Eso sí, yo creo en ‘Bits&Pieces'. Los del grupo creen en él y nuestra gente también.
Vuestro directo demuestra la calidad artística de San Leon. Es muy divertido y transmite mucha alegría. Esto es un buen punto de partida para dar a conocer ‘Bits&Pieces'...
Eso es muy gratificante. La idea desde hace tiempo es esa. Primero, nos gustan mucho los grupos que suenan un poco diferente en directo. Con ensayos, tiempo y pasión creo que hemos llegado a sonar sólidos. La gente baila aunque toquemos a las siete de la tarde y eso es muy gratificante. Luchamos por ello para estar todos a una, para que camine la banda.
Te lo pasas en grande sobre el escenario. Comienzas con calma, pero progresivamente adquieres un punto de locura muy contagioso...
A ver, soy paracaidista y para mí entre saltar de un avión o salir a un escenario no hay mucha diferencia en cuanto a la emoción que me transmite. Me lo pase de puta madre y no finjo nada. Soy como soy, al igual que en la calle o con mis amigos de fiesta. En algunos de esos movimientos me puedo pegar una ostia. Me ha pasado alguna vez. Suelo ver los vídeos e intento mejorar, pero con pantalones de pitillo es un poco complicado (risas).
Publicado el 30 de abril de 2010 a las 11:45.