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Quique González es un fuera de serie. Aunque trasmita la sensación pública de que tiene horchata en las venas, esa cadencia lingüística tan suya es adecuada para comprender tantas metáforas, ingeniosas comparaciones y esos cuentos transformados en canciones, como relatos cortos en cuartillas abandonadas. Madrileño de 35 años, el señor González siempre ha tenido un aire a Enrique Urquijo, por eso cuando éste, que en paz descanse, tomó 'Aunque tú no lo sepas', canción compuesta por Quique, cualquiera podría haber pensado que era un verdadero secreto...
Quique ya prometía con 'Personal', pero 'Salitre 48' supuso la confirmación de un artista cuyos genes transmiten una sensibilidad especial. Los primeros acordes de 'Salitre' permiten que cualquier alma solitaria visite un universo de existencialismos, costumbres olvidadas y preguntas cotidianas. "Es tu corazon una montaña rusa y el mío un par de botas sucias". Con un espíritu rockero inconfundible, González desplega notas blues y country a raudales. Es de consumo pausado, obviando cualquier otra tarea vital. Precisa dedicación exclusiva. 'Día de Feria', '39 grados' o 'La Ciudad del Viento' ejemplifican este discazo. Si nunca has escuchado semejante poesía escrita, evapórate conmigo...
Cuando pienso en Quique, imagino a un individuo con el que compartir una copa en la barra de cualquier bar abierto hasta el amanecer o al mismo que recojes en una carretera comarcal y embutido en un traje aparentemente desgastado. Guitarra en mano. Con el pelo revuelto. De esos que tardan dos minutos en encenderse un cigarro y, finalmente, sueltan un seco 'gracias'. Mientras tanto, la radio escupe esculturas sonoras como 'Torres de Manhattan', 'Pájaros Mojados', 'Superman' o 'Pequeño rock&roll'...
El otro día, en plena noche cerrada, me caí en 'Avería y Redención'. Allí estuve durante un par de horas. Escuchando una y otra vez sus canciones. Cada cuatro frases, una se hacía mía. Soltaba eso de "tienes razón" o "nunca lo había pensado así". Ese es el poder de Quique: descifrar complejidades vitales a través de palabras corrientes. Os dejo con 'La casa de música'. No nos abandones, Quique.
Publicado el 31 de marzo de 2009 a las 09:30.