Melómanos

A lo Willy Fogg, afronto unas semanas muy aventureras con diferentes viajes de todo tipo. El primero me llevó a Bruselas, donde descubrí un sitio llamado 'The Music Village', idóneo para conciertos íntimos y donde descubrí a tres músicos denominados 'Cocotrio'. ¿Entramos? Como haría cualquier hijo de vecino, conseguí una revista que incluía la programación cultural de esta cuidad belga y busqué una cita interesante para la noche del lunes 15.

Había diferentes opciones. Como no existía tiempo material para conocer a través de Internet quienes eran los grupos que actuaban en cada espacio, opté por una vía sencilla: el jazz. Entonces, encontré lo que buscaba. The Music Village. Cocotrio. Rues des Pierres número 50. A partir de las nueve de la noche. Allí llegué con mi compañera, como diría mi padre, y, previo pago de los correspondiente 7,5 euros que costaba la entrada, divisé un local maravilloso que estaba hasta arriba de gente. Había mesas libres al fondo y allá nos fuimos.

Con una estética que me recordaba al 'Café Central' de Madrid, había tres músicos sobre el escenario. Jeremy Dumont estaba sentado en el piano. Vincent Cuper se encargaba del bajo. Armando Luongo lo daba todo ante la batería. Los tres se hacen llamar 'Cocotrio'. No sé si debido a su escasa implicación en la red o a mi desconocimiento de la misma, he intentado buscar cosas de ellos pero no he encontrado nada. Durante dos pases que duraron aproximadamente una hora cada uno, ofrecieron un recital sonoro increíble. A veces me levantaba para verles de cara y luego volvía a la mesa para verles por las televisiones o simplemente dejarme llevar por las melodías que creaban. Apunten el nombre de la banda en su libreta mental y acérquense al 'The Music Village' si van a Bruselas. Relaja. Excita. Triunfas. Así suenan los conciertos en este pequeño templo para los melómanos.

Publicado el 18 de marzo de 2010 a las 14:30.