Lo sé. La protagonista de la noticia es Beyoncé, pero a mí me gustan más los Kings of Leon.
Les pido un favor. Observen esta noticia, mastiquen el titular que encabeza el testo y presten atención a quienes configuran las categorías principales a los premios Grammy 2010. Beyoncé se lleva la palma en cuanto a las candidaturas. ¡Tiene 10! Que si mejor álbum, mejor grabación, mejor canción, varias categorías de rhyth&blues... ¡La leche! Sorprendemente, Taylor Swift, la joven de 19 años que quieren convertir en la nueva estrella del country (mis oídos la confunden con Hannah Montana), tiene opciones en ocho categorías debido al álbum 'Fearless' y la excéntrica Lady Gaga acumula cinco candidaturas.Estas tres mujeres van a disputarse, probablemente, las categorías más importantes.
¿Alguien puede explicarme quién decide estas nominaciones? ¿Esta es la música que se hace en Estados Unidos y que llega al resto del planeta? Menos mal que hay un hueco entre tanta pastelada barroca para gente como Kings of Leon, Black Eye Peas (aunque el disco me parece peor que los anteriores y 'I got a feeling' un 'hit' ridículo) o Maxwell.
Una salida nocturna con los compañeros del equipo de basket tuvo como desenlace final la irrupción colectiva en el Honky Tonk, un insigne club madrileño de rock&roll situado en la calle Covarrubias. Cuando llegué a casa, repetía inconscientemente este nombre, con el peligro de obviar la sílaba 'co' y tener un problema con la señorita que me aguanta cada mañana. Tal y como sucedió aquella primera vez que entré en 'La Vía Láctea' o en el 'Barc & Co', la energía que se respiraba en la caverna del local (la parte de arriba tiene un rollo más dialogante) me cautivó por completo. El 'Bohemian Rapsody' de Queen como epílogo antes de encender las colas no hizo más que constatar mi naciente devoción por el Honky Tonk.
Seguramente, haya muchos garitos donde la mezcla de rock y electrónica, en sus múltiples combinaciones posibles, provoquen el bailoteo indefinido de la muchedumbre sin tener la sensación de que la sesión es el resultado de una suma de canciones que comienzan, se desarrollan y acaban antes de poner otra. Sin lugar a dudas, incluyan al Honky Tonk merece semejante etiqueta. Cada vez que me acercó allí, acabó felizmente extasiado, con un dolor corporal sublime. El pasado sábado fue una de esas ocasiones. Tres elementos de mucho cuidado aparecieron por allí con ganas de buena música y se llevaron para casa una satisfacción somnolienta. Como siempre, busqué nuestro sitio a la izquierda del Dj, pegaditos a la tarima, y me olvidé de todo. A todo esto, volví a confirmar que me encantan las tarimas. Desde allí, todo se ve de otra manera. ¿Dónde estaba esa 'Honky tonk woman'? No apareció por ninguna parte. Estaba en la cama, disfrutando del octavo sueño.
El número de noviembre de la revista 'Mondosonoro' se ha atrevido a realizar una lista con los 50 álbumes que definen 'lo mejor de la década internacional'. He alucinado al saber que coincido con el primer puesto del ránking: Arcade Fire y ese 'Funeral' de 2004.
He escuchado el disco de Alejandro Sanz unas cuántas veces en 24 horas y quiero decirlo bien alto. ¡Bravo, Alejandro! Estoy seguro de que quienes le seguimos desde ‘Viviendo Deprisa’, con más o menos asiduidad, vamos a disfrutar muchísimo con estas canciones. Eso sí, el álbum requiere varias audiciones. ¿Requisito imprescindible? Sólo hay que dejarse llevar y limpiar los pabellones auditivos antes de hacerlo para asumir como propias las palabras de Alejandro.
El pop-rock predomina en estas nuevas grabaciones, vestidas con la voz flamenca de Sanz. Éste canta con fuerza e intimidad. Toca el cielo en 'Desde cuando', rescata a 'Lola Soledad' de los infiernos y alcanza su máxima expresión en 'Tú no tienes la culpa', mi temazo del álbum. "Después de la tormenta, siempre llega la calma, pero sé que después de tú no hay nada", decía el artista en su archiconocido tema 'Corazón Partío'. Afortunadamente, después de 'El Tren de los momentos', una obra sonora que me decepcionó bastante, ha llegado un flamante 'Paraíso Express', en el que Alejandro Sanz vuelve a reencontrarse consigo mismo. 'Looking for Paradise' me descolocó un poco, pero afortunadamente no ejemplifica la línea estilística del largo, aunque sí refleja la esencia conceptual del álbum. De todos modos, el dúo con Alicia Keys se hace extremadamente pegadizo.
Con ecos de su primer álbum o de 'Más', este trabajo discográfico se gana el cariño de su oyente con el paso de los días. Eso sí, en caso de que no te guste ni un poquito este señor, no pierdas el tiempo. Simplemente, ha puesto las cosas en su sitio. Es más reconocible que nunca. Si no has tenido la oportunidad de escuchar 'Paraíso Express' y tienes Spotify (http://open.spotify.com/album/54eeQI6wsFBKDXklMgyYAB), aquí puedes saborearlo. Por cierto, me gustaría leer vuestras opiniones sobre el disco. ¿Qué os parece? ¿Cuáles son vuestras canciones favoritas? ¡Bravo, Alejandro!
Aquel 14 de enero de 2002, Chenoa conquistó mi corazón con su interpretación del 'Last Dance' de Donna Sumer. Dejando a un lado ese conjunto fabuloso que llevaba puesto y la sensualidad que siempre me ha transmitido, María Laura Corradini irradiaba frescura entre tanta formalidad.
Tuve el placer de conocerla hace algunos años cuando publicó su tercer disco 'Soy Mujer' y me pareció una mujer encantadora. Agradecida. Luchadora. Eso sí, si me la encontrara por la calle ahora, le daría un tirón de oreja por la senda musical que ha escogido desde que abandonó la academia de OT. Acaba de publicar su sexto álbum 'Desafiando la gravedad' y la escucha de 'Duele' o 'Buenas noticias' ratifica mis pensamientos. Siempre ha tenido una voz muy negra, acorde terrenos estilísticos muy distantes al pop que practica. Le pega más el jazz o el rythm&blues.
Pese a todo, la nueva grabación, al igual que las anteriores, transmite su admirable actitud vital. Un año después de abandonar Operación Triunfo, salió a la luz 'Mis canciones favoritas', un álbum que sacó lo mejor de Chenoa. Entonces, se animó a hacer versiones fantásticas como aquella del 'Killing me Softly'.
Nada más llegar al trabajo esta mañana, tenía claro cuál iba a ser mi banda sonora. La discografía de estos cuatro norteamericanos satisface mi apetito musical. ¿Qué papeles debo firmar para ser el quinto Followill? Sinceramente, me atrevo a decir que es una de las mejores bandas de la década. Su primer disco 'Youth and young manhood', que publicaron hace seis añitos, tiene una fuerza tremenda. Rock 'garajero' a raudales, con reminiscencias provenientes del rockabilly y del country. Ya lo he comentado alguna vez, pero no me canso de repetirlo. La voz de Caleb maneja los hilos de las canciones, como si éstas fuesen marionetas bajo su responsabilidad. El segundo álbum 'Aha shake heartbreak', suena de vicio e incluye uno de los temas que más me emociona de Kings of Leon. !Sube el volumen del ordenador para vibrar con 'The Bucket'!
Este fue uno de los temas que más me cautivó en directo cuando les ví en el Summercase. ¡Tremendo! Posteriomente, llegó 'Because of the Times' y el trabajo discográfico más reciente que han hecho, 'Only by the night' también tiene 'hits' memorables. Su sonido se ha hecho más delicado, pero estos oídos que llevo conmigo apuntan que Kings of Leon mantienen un estilo propio muy marcado, convirtiéndose en un singular legado de ese 'grunge' noventero. 'Closer' es uno de las piezas más profundas del disco, con una creciente parafernalia electrónica y perfecta para una ocasión erótica-festiva.
El sabor musical de los vídeos ofrecidos por la candidatura madrileña a los Juegos Olímpicos de 2016 tuvo un precioso detalle flamenco. Uno de ellos, más allá del sonido épico y orquestal que caracteriza a estas obras audiovisuales, tuvo como banda sonora el clásico 'Vente pa Madrid' de Ketama. La verdad es que dieron de lleno con la elección. La SER machachó mi conciencia con el pegadizo 'I gotta feeling' de Black Eye Peas, pero el arte de los hermanos Carmona venía al pelo. ¡Nos vemos en Madrid 2020!
La letra es bonita, positiva. Sin embargo, la melodía destila un pop flamenco facilón, carente de musicalidad. Además, esa mezcla de idiomas no me convence. Hubiese deseado todo lo contrario porque siempre he sido fan del señor Sanz, aunque esta admiración haya descendido notablemente desde que publicó 'El tren de los momentos' hace tres años. Estoy deseando que llegue el 10 de noviembre para escuchar por completo 'Paraíso express', el álbum que se avecina. Alejandro ha dicho que es un disco más rockero en comparación con los anteriores, que incluye matices sonoros provenientes del 'britpop' y lo ha definido como más alegre. Más rítmico. Ya veremos.
La verdad es que siempre he admirado el arte de Alejandro Sanz, porque ha sido capaz de labrarse una carrera musical alucinante pese a esa etiqueta inicial de chico guapo que cantaba canciones románticas para las chicas. Así le presentaban hace 18 años cuando publicó 'Viviendo Deprisa'. Buscó la perfección instrumental y compositiva, modeló su estilo con una gran intuición para selecionar músicos. Para elegir productores. Con 'Más', llegó a su Everest creativo. Un discazo. 'Corazón Partío' 'Y si fuera ella' son temas superlativos, pero mi preferida siempre ha sido esta...
Su sensibilidad se mantuvo álgida en 'El Alma al aire' y decidió acometer un giro estilístico de 180 grados cuando lanzó 'No es lo mismo'. Me encanta este disco tanto por su variedad estilística como temática. Rapeaba, exprimía sus cuerdas flamencas, se atrevía con el son cubano. Además, parodiaba al ser humano, criticaba a la prensa rosa o se desgañitaba con metafóricas rupturas sentimentales. También tenía tiempo para soñar con 'Labana'...
Aquella gira fue tremenda. Sobre el escenario, un ciclón. Sonaba todo a las mil maravillas. A veces, cuando uno ha hecho todo lo que ha querido y ha experimentado con brutal intensidad, pierde la fe o el rumbo. ¿Alguna crisis personal? ¿Dudas artísticas? Lo cierto es que el señor Sanz 'latinizó' a tope su sonido e incluyó piezas extrañas como 'La Peleíta' en aquel tren de los momentos, cuyo traslado al directo mejoraba el disco por razones obvias. Talento sobre el escenario. Una banda excepcional. Eso sí, demasiado orquestal el conjunto. Demasiado estático el protagonista. Tuve la oportunidad de conocerle durante la celebración de Rock in Rio Madrid y destilaba naturalidad. Me pareció un buen tipo. Ahora, necesita aclarar cuál es su rumbo musical. Haga lo que haga, nadie le quitará lo que ha hecho.
Quienes han estado allí pueden corroborarlo. De hecho, lo advierten. Te sientes pequeño allí dentro, entre tanto rascacielos. Necesitas alejarte de Manhattan, escalar el Empire o subir en helicóptero para contemplar mínimamente la urbe neoyorquina. Allí, todo funciona a lo grande, en dosis brutales. Incluso, si hablamos de música. En la tremenda radio del apartamento podías sintonizar emisoras de todo tipo, con una selección tremenda. En España no podemos decir lo mismo. Allí pegan mucho los Kings of Leon y su 'Use somebody' no paraba de sonar en mi cabeza. "I've been roaming around, always looking down at all I see..." Me fascina la voz de Caleb, así como la versión que interpreta Pixie Lott.
Al llegar a nuestra casa provisional por la noche y también cuando nos levantábamos, la FM funcionaba a tope en el 207 de Dyckman Street. Durante el día, sólo necesitabas caminar para llevarte divertidas sorpresas. Un buen sitio para probar suerte es Central Park, una bella inmensidad. Un tipo preparaba su guitarra para tocar y ensayaba con 'Lonely People' de America. Más adelante, tres hombres entretenían a un buen grupo con su 'acid country'. Se hacen llamar 'Rooselt Dime'. Tony, Ebem y Andrew son de Brooklyn. ¡Eran tremendos! Me gustó especialmente este tema...
Los americanos tiene dos virtudes que, bajo mi punto de vista, no aceptan ningún tipo de discusión. Son los reyes del marketing y del entretenimiento. Poseen un sentido del espectáculo descomunal. Un grupo de jovencitos 'breakdancers' puede prepararse una buena coreografía, un discurso simpático y salir a la calle listos para ganarse unos dólares. Porque si lo hacen bien, si eres bueno, la gente mete la mano en el bolsillo. Da igual que estés en Times Square o en un vagón del metro. Ponen un fondo musical y dan volteretas hasta que se te caiga la baba. Incluso, me impactaron unos señores mayores a capella en el interior de la línea 1. Precisamente, en las catacumbas del metro tuvo lugar el momento más emotivo del viaje. Por inesperado. Avanzaba la madrugada. Todavía nos quedaba un rato para llegar a nuestro refugio. Último trasbordo. Un pasillo enorme con azulejos blancos. Los ecos de una melodía familiar me ponen en alerta. "Well I just heard the news today, it seems my life is going to change. I closed my eyes, begin to pray, then tears of joy stream down my face..."
El tío se desgañitaba al igual que Scot Stapp en esta canción (una de mis favoritas) de los Creed. 'With arms wide open'. Cuando el cantante de la banda americana supo que iba a ser papá, compuso un hinmo a la esperanza. Seguramente, habrá sido una jugarreta del destino. Quién sino iba a regalarme un detalle tan extraordinario. Cuando pasé a su lado, casí le doy un abrazo. Seguro que cuando se lo cuente a la gente nadie lo entenderá...
P.D: Mañana, siguiente capítulo de 'I love New York'. Un tributo a Harlem.
Qué canción más bonita. Dicen que ha sido una de las voces latinoamericanas más infravolaradas del siglo XX. Falleció en 2008 debido a una embolia cuando tenía 70 años. Adorada en su país, alcanzó notoriedad internacional. ¿Se acuerdan de 'La vida es una tómbola'? La cantaba ella. También 'Recuerdos de Yparacaí' o 'La Montaña', un tema escalofriante.
Vigués. Gallego. Periodista 'todoterreno'. Entusiasta de la vida. Melómano. Loco del deporte. Celtista. Enérgico. Radiofónico. Así es Marcos Blanco, periodista que actualmente colabora en el Grupo de Comunicación Gente con este blog, que nació un 19 de noviembre de 2008 con un 'post' sobre Jamie Cullum.
Esta web ha funcionado durante todo este tiempo como una banda sonora diaria, repleta de canciones que nos hacen amar la vida. Recuerdos, descubrimientos, opiniones, novedades, entrevistas o crónicas de conciertos han formado parte de 'Melómanos' y seguimos en la brecha: