Stevie Wonder o cuando uno cumple el sueño de observar en directo a un artista inigualable
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El sábado 26 de junio fue un día muy especial, quizá uno de los más importante en la vida de este melómano por un motivo bien sencillo: iba a ver a Stevie Wonder en directo. Así transcurrió aquella jornada en el Hard Rock Calling, un escenario perfecto para la ocasión. ¿Te vienes de paseo?
A eso de las tres de la tarde entramos en el recinto. Sí, entramos porque no estaba solo. Mi prima Lucía se había apuntado al evento y algunos amigos suyos vendrían más tarde. Apenas había colas para entrar. A toda leche, nos fuimos al concierto de Diane Birch, una cantante norteamericana de 26 años, que me tiene loco desde hace tiempo con su disco 'Bible Belt'. A la sombra, en el segundo escenario principal, decenas de personas se quedaron anonadas escuchando composiciones como ésta.
A Lucía, que no la conocí de nada, le encantó. Una vez finalizada esta historia, nuevo paseo para conocer el recinto y parada en el 'Bandstand', el tercer escenario del Hard Rock Calling. Un espacio muy pequeño, pero muy cercano al público e idóneo para comer algo con calma. Allí estaban los 'My Sad Captains', una formación londiense que presentó los temas del álbum 'Here & Elsewhere'.
Dos directos, dos éxitos para los oídos. Nos fuimos, de nuevo, hasta la entrada del festival al encuentro de unos amigos de Lucía. Escuché la voz de Corinne y grité. Sin más dilación, me acerqué al gran escenario para ver y escuchar a uno de mis grandes descubrimientos musicales de este siglo: Corinney Bailey Rae. Con un sonido hiptónico, esta mujer británica de 31 años y dos discos en su haber entonó temas como 'Like a star', introducido con una preciosa historia. La única vez que ha accedido a cantar por teléfono fue para un espectáculo que hacía o en el que estaba Stevie Wonder. La canción elegida no podía haber sido otra...
Sentado, de pie, cerca del escenario o un poco más lejos disfruté con Corinne, aunque su concierto supuso una elección durísima porque Rox estaba actuando en otro escenario. ¡A quién se le ocurre colocarlas a la misma hora! Posteriormente, quise indagar un poco en la música de Florence Rawlings, a sabiendas de que iba a ser complicado moverse con facilidad más tarde por la zona principal de Hyde Park sin perder de vista a Lucía y sus divertidos amigos. ¿Cómo fue la experiencia? Más o menos así.
Rawlings apenas posee 22 años, también es británica y fue un talento descubierto por Mike Batt con 13 años. Ha publicado su primer disco 'A fool in love' y tiene mucha fuerza vocal, aunque el vestido no era el más apropiado para el escenario ni para este festival. '¡Too short Florence!'. Tras un ratito observándola, volví al escenario principal, donde se encontraba James Morrison. No, prima, no es el mítico cantante de The Doors. Imagínense. Esta fue una de las grandes bromas de la jornada. El chico no es hombre de un solo 'hit', pese a que 'You give something' lo pareciese. 'Songs for you, Truths for me' ha sido su segundo álbum y Morrison propone un directo enérgico con ritmos entretenidos, amorosos, unas cuerdas vocales especiales y fíjense la reacción que provocaba entre el gentío.
¡Todo un 'showman' este hombre! Así estuvo todo el rato durante el concierto, preludio de una irrupción musical soberbia: Jamiroquai. J-Key está a punto de publicar su próximo disco, sacó una foto del público para la portada y preparó al respetable para Stevie Wonder con mucho funk y todo tipo de sonidos bailables. 'Virtual Insanity', 'Deeper Underground', 'Space Cowboy' o 'Little L' fueron canciones incluidas en un repertorio vibrante. Así sonaba el directo de Jamiroquai.
Instalado a una distancia prudencial del escenario, con sitio para moverme a mis anchas, desistí en el intento de ver más historias en los otros dos escenarios. Por lo tanto, aproveché la situación para hacer un poco de vida social, así como para practicar inglés con casuales y maravillosos acompañantes. Por cierto, ha que darle un sobresaliente a la organización, que hizo muy agradable la estancia de 50.000 melómanos en el Hard Rock Calling. Espacio para todos y pocas colas a la hora de comer, beber o ir al servicio. Además, el civismo imperó en una celebración musical para todos los públicos. La hora se acercaba y todavía no daba crédito al suceso que iba a celebrar: la llegada de Stevie Wonder.
A las 8:15 de la tarde apareció sobre el escenario la figura de Stevie Wonder, caminando hacia el público con un blanquecino teclado entre sus manos. Con el aspecto que todos conocemos de él, este norteamericano de 60 años y probablemente el ciego más popular del planeta saludó a la gente, ansioso por escucharle, y dio comienzo a una fiesta, una celebración radiante, llena de amor y buen rollo. Como podéis ver en el vídeo, 'Jamming' fue uno de los primeros temas interpretados por Stevie Wonder, que dedicó constantes mensajes de recuerdo a Michael Jackson. Muy bromista, como si de un niño grande se tratase, el señor Wonder jugaba con las palabras, con los sonidos e hizo partícipe al público de sus innumerables éxitos. A su lado, una banda excepcional y una escenografía bestial.
'Living for the city' fue de los temas que sonó durante aquel concierto, un verdadero éxtasis emocional por los gritos, las caras y la atmósfera que creaban los asistentes. Sonrisas entre desconocidos, abrazos entre amigos y desinhibición total ante uno de los mejores músicos que viven y vivirán en la Tierra. Lo he dicho varias veces y seguiré repitiéndolo. Si alguien cree que existen barreras insuperables, que se fije en Stevie Wonder. Sí, tiene un don, pero ha sabido superar las adversidades con optimismo y propuso, para terminar el espectáculo, un mensaje necesario: que nos amemos, que celebremos nuestar presencia en este mundo como si de un 'Happy birthday' eterno se tratase. He visto a Stevie Wonder 'for once in my life' durante dos horas. Ya me puedo morir tranquilo.
Publicado el 2 de julio de 2010 a las 20:15.