Archivado en: John Miles, Music, Frank Sinatra, Fly me to the moon
El sábado pasado fue un día muy especial para mí porque estuve como invitado en la boda de dos buenos amigos: Óscar y Cristina. Fue una jornada inolvidable. Hubo bocinazos en el paseo con el novio hasta la iglesia, tuve la oportunidad de hacer una lectura sobre la caridad que forma parte de la Primera Carta de los Corintios, machacamos a los protagonistas con confetti cuando salían a la calle como matrimonio y, una vez instalados en el restaurante, tuvimos una velada muy genuina que tuvo como punto de partida una entrada triunfal por parte de la feliz pareja. Cuando todos les esperábamos expectantes, sonó la música. Cruzaron la puerta. Dieron dos pasos. Se giraron. Qué elegantes. Sus sonrisas delatan una alegría imposible de cuantificar. Todo el mundo en pie, aplaudiendo con John Miles sonando de fondo...
El menú estaba delicioso, las charlas se sucedían sobre la mesa, así como esos clásicos gritos de boda. Vivan los novios, que se besen, vivan los padrinos, que se besen los padrinos... Yo propuse que nos besásemos todos, los unos a los otros. Como cuando el cura solicita que nos demos la paz en la misa. Entonces, todo el mundo decide ofrecer su mano al prójimo. Pues eso. La iniciativa no tuvo éxito. Un grupo de niños tremendamente espabilados levantaron el ánimo colectivo, machacado por un insípido DJ, al ritmo de 'Paquito el Chocolatero', los novios cortaron la carta emulando a los 'triunfitos' en sus cánticos y antes del baile se inventaron dos actividades especiales. La primera, un juego erótico para poner a prueba la capacidad de los hombres, solteros o casados, poniendo ligas en las piernas femeninas. La segunda, un precioso vídeo con irreconocibles fotos de los protagonistas, con presencia de casi todos los invitados. Sinceramente, no recuerdo qué momento tuvo lugar primero y cuál después. "¡Viva el amor!", pensaba.Echaba de menos a mi chica. No pudo acudir por motivos laborales.
La amistad tiene múltiples manifestaciones. Una de ellas, haber sido elegido para compartir una fecha tan mágica como ésta. Gracias, Óscar. Gracias, Cristina. No son novatos en las lides amorosas. Han recorrido un largo trayecto personal y común para llegar hasta donde están. Tienen las cosas claras. Miran a la vida de frente. Ahora mismo, deben estar paseando por la India. Allá se han ido de luna de miel. Ya saben que me gusta bailar. Lo di todo en el guateque, pero me quedo con una imagen. Los focos les señalaban. Ellos tenían que abrir el baile. El tío Frank, uno de los grandes artífices de la natalidad en este mundo, cantó aquello de 'Fly me to the moon....'. ¡Vivan los novios!
Publicado el 22 de septiembre de 2009 a las 08:45.