Desmelene sonoro en Rock in Rio Madrid, una atracción sin medida
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Jaleo, mucho jaleo. Cuando uno acude a Rock in Rio Madrid tiene que llevar las pilas corporales y mentales bien cargadas para disfrutar de todo lo que ofrece la Ciudad del Rock. Un poco de cotilleo por los 'stands', alguna atracción y, sobre todo, mucha música. "Vamos a la salida de emergencia", gritaba riéndose un asistente con su grupo de amigos después de observar los paneles informativos del recinto. Hace falta. Un mapa, las ideas claras, mucho dinamismo en las piernas y los cinco sentidos bien encendidos oídos bien encendidos son recursos fundamentales para sacarle el máximo rendimiento a la entrada, que también cuesta lo suyo.
A las siete de la tarde, el servicio de autobuses funcionaba de forma ágil en los aledaños del Santiago Bernabéu, uno de puntos de transporte hasta Arganda del Rey. "¡Jefe, hace mucho calor aquí! Ponga el aire acondicionado", bromeaban desde los asientos. El aspecto desenfadado de quienes se sentaban a mi lado tenía mucho que ver con el cartel. Con cada estilo, su imagen. Como no, el personal hacía tiempo en la entrada de Rock in Rio Madrid tomándose unos refrigerios y lo que hiciera falta. Una vez dentro, los chicos de Dinero daban mucha caña en el Escenario Sunset. ¡Se salieron!
Al mismo tiempo, Draco exprimía el sonido del Escenario Mundo. Hay que medir bien los tiempos en la Ciudad del Rock porque si tienes prisa en ir de un lado a otro lo llevas claro. Luz y color no faltan en este inmenso espacio, donde sobresale una onírica noria. Rock in Rio ofrece algo diferente a lo que tenemos en España si pensamos en el concepto de festival porque la vertiente publicitaria con los 'stands' y sus acciones, ya sean karaokes, regalos o atractivos audiovisuales para el público, ha sido innovadora en nuestro país. Critiquen lo que quieran, pero si vienen miles de personas, que corren de acá para allá, con sus cervezas, pizzas, sentados en amenas conversaciones o haciendo cola para cualquier actividad eso implica la aparición de un 'algo' necesario. La moda y esa zona destinada a los niños le dan más atractivo a este parque de atracciones con banda sonora. ¡Ah! La música. En este blog, hablamos de música y este grupo de espectadores me llamó mucho la atención durante su magistral interpretación de 'Años 80' un tema de Los Piratas, en una divertida propuesta publicitaria. Perdonen la indiscrección, pero el vídeo hay que colgarlo...
O' Funk'illo y The Rumblers, interesante combinación, fueron el segundo plato del Sunset, para deleite de la gente, entregada ante el escenario. De hecho, se estiraron más de la cuenta en el espectáculo. Así da gusto. No como los Cypress Hill, adorados por quien escribe, que apenas estuvieron cuarenta y cinco minutos, si tenemos en cuenta el horario de comienzo, sobre el Escenario Mundo. "Han estado muy divertidos", comentan en las primeras filas, pendientes de pillar un buen sitio para ver a Rage Against the Machine.
La lluvia hizo acto de aparición durante un buen rato, anécdota desagrable cuando estás al aire libre, pero prontó remitió. "¡Vamos, vamos, que no llegamos!", le grita una amiga a otra. A saber a dónde se dirigen. Con la llegada de la noche, el cielo de Arganda presenta un aspecto mágico con la iluminación de Rock in Rio Madrid. La Electrónica se llena de personas con ganas de buenos sonidos y nos trasladamos al siglo XXII con un montaje llamativo. Los Jane´s Adicction lo dan todo en el Escenario Mundo y la sobredosis de rock sienta muy bien. Como decíamos ayer, rock, funk, rap y metal forman una grata combinación para el cuarto día del festival. Y todavía falta el gran momento del día: Rage Against the Machine. La rabia siempre triunfa sobre la máquina. No lo olviden. ¡Mañana contamos la vibrante experiencia de estar ante los RATM! Sean buenos. Y felices.
Publicado el 11 de junio de 2010 a las 23:00.