Archivado en: Rolling Stones, Mick Jagger, Angie
Allí estaban. Mirando aquel puente luminoso desde la distancia, junto a 'Rodeira', esa barca que nunca ha cambiado de domicilio. Con los 'narcos' del pulpo saliendo y entrando del agua, jugaban a conocerse. Sus pieles, abrigos para ocultar tantas decepciones. Ilusiones medidas, cuerdas. En un ascenso lento, parsimonioso. "Si estuviésemos juntos, ¿Qué canción sería para tí 'nuestra canción'?". Sorprendida, hizo una pausa, un anuncio silencioso de 20 segundos. "Angie", respondió. Hasta entonces, él desconfiaba. Le bastó una palabra para darse cuenta que estaba ante un tesoro.
Desde entonces, las nubes que poblaban sus conciencias se fueron disipando, llenaron de amor esas almas tan puras para el camino y tampoco les hizo falta demasiado dinero en los bolsillos. Sí, hubo lágrimas. Pero las circunstancias les hicieron fuertes, les hicieron ser uno. Cuando hubo lejanía física entre ellos, las súplicas de Mick Jagger bien pudieron ser sus aullidos, los de el uno en busca del otro. Ahora, festejan cada día como si fuera el último. Y se susurran al oído cuando la tristeza quiere entrar por su puerta...
Publicado el 26 de enero de 2009 a las 12:00.