Money, money, money...
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Hay que vivir en un burbuja piscotrópica o tener una cuenta corriente repleta de ceros para mantener la compostura piscológica entre tanta crisis. Bueno, otras opciones son apagar la televisión cuando aparecen las noticias, no leer los periódicos u obviar cualquier pregunta sobre el 'curro' a la hora de conversar con la 'people'. De forma directa o indirecta, a uno tiene que tocarle la fibra sensible tanta dolorosa realidad. ¿Un estado mental? ¡Cómo se atreven! Bancos, empresarios, políticos... Sinvergüenzas. Zoquetes. Lo que quieran. Sin embargo, muchos individuos han hipotecado sus pasos sin perspectiva, con la acumulación de bienes, con esa seguridad materialista como objetivo. Dinero. Maldito dinero. Monedas, billetes, un plato apetitoso para nublar conciencias. La asquerosa caja registradora...
"Money, just get away", dice Roger Waters. Aléjate y deja de machacarme. La mitad de las cosas que tenemos nos sobran. También se acumulan en cajones o buhardillas. Nos han jodido, sí, porque "money makes the world go around, the world go around". ¿Verdad, Liza? Compensa los impulsos, mata las frustraciones, te hace sentirse mejor de lo que eres, llegar a donde quieras, escuchar lo que quieres escuchar...
Unos optan por tomarse el día a día como si fuese el último. Otros prefieren mirar hacia el futuro, invertir en sus ilusiones. Deseos. Hasta el punto de fagocitar el presente simple o el presente continuo. A mí me compensa el equilibrio, hasta el momento compuesto por tres nociones: sólo los más fuertes sobreviven (la evolución de Darwin en estado puro), la crudeza actual destruye castillos de naipes innecesarios y sólo el dolor de los nuestros, así como nuestra muerte, es una barrera infranqueable. Si optan por convertirse en protagonistas de una película de aventuras, tengan cuidado. Mientras tanto, la música siempre nos hará libres...
Publicado el 13 de febrero de 2009 a las 13:30.
