Sacar fotos o grabar vídeos, ¿ilegalidad evitable para el público en los conciertos?
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"¿Alguien me está fotografiando o grabando en vídeo?", parecía decir Diana Krall en esta imagen de El Correo Gallego.
Leo en la Voz de Galicia y en El Mundo que la organización del concierto de Diana Krall requirió a numerosas personas que eliminasen fotografías de sus teléfonos móviles después de ver como hacían omiso a la ilegalidad, advertida en la entrada del concierto compostelano. ¿Con sentido?
Según comentan fuentes cercanas al evento, había un cartel en la entrada del recinto, situado en la compostelana Plaza de la Quintana, que advertía la imposibilidad de sacar fotos y vídeos durante la cita musical compartida por Diana Krall y Elvis Costello. ¿Cierto? Habitualmente, las entradas a los conciertos incluyen en su dorso información básica sobre la asistencia y una de las características suele ser la prohibición de tomar fotografías y sacar vídeos.
El personal de seguridad que controla los accesos puede impedir la entrada a las personas que portan cámaras digitales (rara vez lo hacen) o videocámaras (desconozco su actitud habitual al respecto). Hacen la vista gorda en multitud de ocasiones. Además, los móviles modernos, que permiten sacar fotos y vídeos, complican la situación, ya que de este modo habría que restringuir el acceso de la gran mayoría del público a los eventos musicales y se armaría la marimorena.
Si no se pueden grabar vídeos o realizar fotografías en los conciertos, ¿alguien me explica cómo se permite el aluvión de manos que alzan sus manos con los móviles durante una eternidad para guardar un recuerdo, aunque sea de poco calidad, que permita presumir al día siguiente?Esto sucede en casi todos los conciertos importantes a los que he ido. Por no decir todos. Tengan en cuenta, a la hora de analizar este asunto, que los fotógrafos de los medios de comunicación sí están controlados como debe ser y se les suelen permitir, dentro del foso, sacar fotos durante dos o tres canciones del repertorio.
Algunos asistentes al concierto de Diana Krall y Elvis Costello manifestaron su enfado al ver cómo miembros de la organización requerían sus móviles para comprobar que no había fotos de Krall en los mismos e invitarles a eliminar las que tuviesen. Una petición de Diana. ¿Está en su derecho, no? Luego, todo Dios sube los vídeos a Youtube o a cualquier plataforma digital para compartir la experiencia. ¿Nadie controla esto? Igual los propios músicos deberían hacer posible que sus espectadores tuviesen acceso a material gráfico del concierto en cuestión. Al fin y al cabo, lo que uno desea es sacarse la foto de rigor con el careto en primer plano y el artista al fondo o, simplemente, demostrar, sin la necesidad de la entrada física, que estuvo allí.
Publicado el 30 de julio de 2010 a las 12:00.