Rock in Rio, un decepcionante reencuentro dos años después
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Tres espectadores a la última jornada del festival. M. VADILLO/GENTE
Finalizado el concierto de Metallica y conforme pasan las horas uno configura su propio juicio de valor sobre este nuevo Rock in Rio Madrid en su edición de 2010. Se trata de un festival distinto, debido a la presencia de actividades ociosas en su recinto y a las múltiples marcas que proponen sus ‘stands', sus acciones publicitarias, dentro de la Ciudad del Rock. Eso ya lo sabemos desde 2008. Sin embargo, el número de artistas de primer nivel y la adecuada selección estilística del cartel en los tres espacios musicales han dejado mucho que desear en comparación con la anterior celebración. Un presupuesto más ajustado en la contratación económica de los grupos o la simple preocupación por uno o dos nombres diarios que vendan entradas se vislumbran como posibles razones en este sentido.
Rock in Rio Madrid es un negocio, como cualquier otro. Nadie trabaja por amor al arte. La posibilidad de decirle a las marcas que tendrán a una media de 50.000 posibles clientes (250.000 este año por 290.000 del 2008) cada día dando vueltas por la Ciudad del Rock, visitando espacios publicitarios o realizando algún tipo de consumo se impone como un incentivo muy potente para el desarrollo económico del festival. Muchas empresas están dispuestas a pagar por ello y existe un tipo de público que disfruta con este tipo de eventos. Y con este tipo de actuaciones, de nombres. Correcto.
No obstante, el evento se ha convertido un terreno vedado para miles de melómanos, que consideran intolerable pagar 69 euros diarios (sin posibilidad de bonos para las cinco jornadas) por una entrada que impide ver, por el mismo precio, a dos o tres figuras notables en el mundo de la música. Sólo compensa la suma admiración por algún artista (Metallica, Rage, Bon Jovi, Shakira, ¿Rihanna?) Hagan sus asociaciones estilísticas utilizando los cinco días de este año y opinen sobre este tema si así lo desean. Me interesan sus valoraciones.
La Ciudad del Rock se ha presentado este mes de julio con un menor número de atractivos visuales, participativos y con esa horrible tendencia a vaciar monederos cuando toca desembolsar 9 euros por un litro de cerveza o 4, 5 por un bocata de queso y lomo en el que el pan se lleva todo el protagonismo. La música podría compensar este despilfarro incoherente, pero no ha sido así y hasta el lema de 'Por un mundo mejor' se cae por su propio peso contratando a un emblema antisistema como Rage Against the Machine. Una pena, señores. ¿Seguirán en esta línea cuando llegue el 2012?
Publicado el 15 de junio de 2010 a las 16:30.