Palabras en la arena
Uno escribe de lo que sabe. Reconozco que mis alumnos me enseñaron mucho durante mis años de profesor. Ese mundo escolar –pleno de vida y posibilidades- es el que pinto en cuatro novelas no del todo juveniles, pues sus personajes son padres, profesores y alumnos. Así nace Palabras en la arena, diario que un chico empieza durante los exámenes de fin de curso en su Instituto de Vigo. Después cuenta las vacaciones con sus amigos y amigas, todos en torno a los 17 años, esa edad que, en una playa de Galicia, nos parece especialmente libre y azul, como una melena al viento incesante de los sueños.
Ediciones Palabra | en Casa del libro
fragmento página 78
Cruzar la ría en barco y por la tarde, con bicis y mochilas, con tienda de campaña y bocadillos, con amigos y gafas de buceo, entre bateas y algarabía de gaviotas, es uno de los grandes regalos que puede ofrecerte la vida. “Una hemorragia de felicidad” es lo que dice sentir Maxi en esos momentos, tumbado en la tarima de proa, mientras expulsa el humo del pitillo y escupe con tiro parabólico por la borda. Junto a él, sentados en el banco que recorre la embarcación, de espaldas a Rande y con las Cíes de frente, Pedro afina la guitarra, Felipe y Diego enredan con un viejo fusil submarino, yo disparo las primeras fotos y tomo estas notas, y todos aspiramos a fondo los aires del mar y de la libertad.