Una monja y un poeta
Ana Catalina Emmerich y Clemens Brentano hicieron posible La Amarga Pasión de Cristo, uno de los libros más hermosos sobre unos hechos que aclaran los enigmas esenciales de la condición humana. Él, célebre escritor del Romanticismo alemán. Ella, humilde granjera, después costurera y sirvienta, monja a los 28 años en un convento agustino cercano a Múnich, beatificada por Juan Pablo II en 2004. Las visiones de Ana Catalina, anotadas minuciosamente por Brentano durante años, son revelaciones privadas que nadie está obligado a creer, pero esclarecen poderosamente nuestra comprensión de los hechos y conquistan el corazón del lector.
Más no se puede decir de un libro. En su día lo publicó Planeta Booket, y desde 2010 VOZDEPAPEL, en una magnífica edición.
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