Sep 142015
 

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha afirmado este lunes que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, «vuelve a ser un fraude» por reformar el Tribunal Constitucional para que pueda sancionar a quienes incumplan sus resoluciones después de haberse pasado cuatro años diciendo que sus sentencias «se cumplen».

   El Gobierno, ha dicho, lleva cuatro años sosteniendo que «la Constitución basta y sobra para defender la integridad territorial y que las sentencias del Tribunal Constitucional se cumplen» pero ahora «tarde y mal el PP rompe uno de los principales consensos como es el funcionamiento y las características del Tribunal Constitucional». «Es evidente que el PP usa de nuevo las instituciones para fines partidistas», ha afirmado en una entrevista en Radiocable recogida por Europa Press.

Sánchez ha acusado tanto al presidente catalán, Artur Mas, como al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de esconderse y no dar la cara: Mas yendo de número cuatro de su candidatura en lugar de encabezarla y Rajoy cambiando la ley del Tribunal Constitucional para que sea éste quien resuelva un problema que «no sólo es de legalidad, sino también político». «A las crisis políticas hay que darles respuestas políticas y Rajoy no lo está haciendo», ha añadido.

El líder socialista ha evitado este lunes precisar si apoyaría al Gobierno en caso de que decidiese aplicar a Cataluña el artículo 155 de la Constitución si el futuro Parlamento autonómico declara la independencia, pero ha dejado ver que preferiría otras vías: «La Constitución da elementos suficientes para resolver un problema político desde la política».

El artículo 155 de la Constitución permitiría al Gobierno obligar a una autonomía al «cumplimiento forzoso» de su deber, dando instrucciones a todas las autoridades de la comunidad autónoma. Sánchez ha replicado además que «primero hay un partido que jugar», que son las elecciones catalanas.

A su juicio, el PSC se está recuperando y «aglutinando el voto de la izquierda en buena medida», así que espera que el 27 de septiembre los catalanes digan «adiós al 3 por ciento» –en alusión a las acusaciones de corrupción y cobro de comisiones por parte de CDC, el partido del presidente catalán, Artur Mas–, «a Mas y a Pujol», y den la bienvenida a gente como el candidato del PSC, Miquel Iceta, que quiere «una Cataluña mejor en una España diferente».

Además, ha criticado que los independentistas pretendan ser «los dueños del reloj del tiempo» –por decir que ya no hay tiempo para una solución que no sea la independencia–, cuando las encuestas dicen que «una mayoría no quiere ni la secesión ni el statu quo», lo que en su opinión coincide con la propuesta de reforma constitucional y de «catalanismo progresista» de los socialistas.

Eso sí, ha dejado claro que en su opinión «ningún gobernante tiene derecho a quebrantar la ley ni a hacer elegir a los ciudadanos entre ser catalanes y españoles cuando ambas identidades siempre han sumado».

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