Ene 282015
 

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha citado este martes, en su declaración como imputado ante la juez, un supuesto documento manuscrito de su padre en que le expresa la voluntad sobre el legado que dejó a la familia del político, pero no lo ha aportado ni ha presentado ninguna documentación al respecto.

Según han explicado a Europa Press fuentes judiciales, Pujol ha reiterado –a preguntas de la juez y del fiscal– que los fondos ocultos en el extranjero sin regularizar más de 30 años provinieron del legado del padre, Florenci Pujol, como ya había dicho en su carta de confesión y después ante el Parlament.

En su declaración de algo más de dos horas, ha asegurado que no consta más documentación que ésa porque el padre hizo la fortuna en su momento de forma «ilegal» con el cambio de divisas; y también ha dado el nombre de la persona de su confianza que ha gestionado este patrimonio en Andorra: Delfí Mateu, ya fallecido.

Sin que nadie en la sala le preguntase por ello, Pujol ha asegurado por propia iniciativa que los fondos ocultados en el extranjero no provienen de la corrupción ni del «erario público» y ha insistido en que se corresponde con ese legado que el padre dejó a su esposa, Marta Ferrusola, y a sus hijos, pero no a él por miedo de su actividad política.

Por eso, siempre según su versión, ese supuesto manuscrito se dirige a su mujer y expresa la voluntad de Florenci Pujol sobre cómo distribuir el legado entre los hijos del expresidente de la Generalitat; sin embargo, tampoco Marta Ferrusola ha presentado ningún documento y además se ha negado a declarar ante la juez.

Esa supuesta herencia de su padre, que en 1980 cuando la dejó era de 140 millones de pesetas, se multiplicó hasta los 500 millones en la actualidad, según él, gracias a inversiones financieras que la familia ha hecho en Andorra, donde estuvo gestionado por esta tercera persona: tampoco sobre esto ha presentado documentación ni extractos bancarios sobre esto.

Los hijos del expresidente se enteraron de que su abuelo les había dejado este legado en 1992 y durante unos años se encargó de gestionarlo el primogénito del matrimonio, Jordi Pujol Ferrusola, siempre según la versión que el político ha dado a la juez; ha añadido que su padre no lo hizo constar en el testamento precisamente por su origen ilícito.

Pujol ha insistido en que decidieron no regularizar esos fondos durante más de 30 años por el miedo a la situación política, y a este respecto incluso ha aludido a la época en que el expresidente estuvo en prisión por su oposición a la dictadura franquista.

A preguntas de la titular del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona, Beatriz Balfagón, y del fiscal Alejandro Luzón –se ha negado a contestar a la acusación particular, ejercida por Manos Limpias– ha asegurado que no sabe si su padre tuvo el dinero en otros paraísos fiscales antes de estar en Andorra y ha dicho también que él si que no tiene dinero en otros países.

El presidente ha declarado la mayor parte del tiempo en catalán y con un traductor porque el fiscal es de Madrid, aunque ya al final del interrogatorio se ha pasado al castellano.

También han declarado, imputados por presunto fraude fiscal y blanqueo igual que el matrimonio, sus tres hijos Pere, Marta y Mireia, que durante unas dos horas en conjunto han corroborado la versión de su padre sobre el legado millonario.

VICTORIA ÁLVAREZ

Los hijos del matrimonio han salido pasadas las 15 horas de la tarde, todos por la misma puerta y se han separado mientras trataban de esquivar a los periodistas que se han agolpado en las puertas del juzgado; sus padres también se han negado a atender a la prensa.

En la Ciudad de la Justicia ha aparecido por sorpresa Maria Victoria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola, –que no está imputado en esta causa– y ha estado acompañado a las puertas de la sala del secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad.

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