El autor


Echo de menos las conversaciones con mi padre sobre tetas y espadas en los Siete Reinos de Juego de tronos; quizá algún día. Mi mujer y yo nos acordamos de los Taylor cada vez que abrimos un Rueda y charlamos del amor y sus demonios. A la hora de los baños y la cena mi casa es mucho más excitante que el hogar de los Jennings en días de amenaza nuclear en The Americans: cuatro adorables cabroncetes dan más trabajo que cualquier vecino de la CIA, lo juro por Gorbachov. Soy profesor, aunque me temo que...

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