Lengua española

Por qué el «fin de la cita» de Rajoy es correcto

Que Mariano Rajoy haya pronunciado en reiteradas ocasiones «fin de la cita» en su intervención del pasado 1 de agosto no tiene nada de erróneo, al contrario de lo que la mayoría sostiene. Una vez más, como decía Goebbels, una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, y es lo que ha ocurrido en este caso, con el agravante de que los ignorantes se han querido mofar con el «hashtag» #findelacita de quien ha hecho un uso correcto de la oratoria, con independencia de la opinión política que nos merezca su discurso.

El presidente del Gobierno estaba citando a Rubalcaba, por lo que es perfectamente correcto que haya utilizado la expresión «fin de la cita». Como ha señalado en Twitter mi colega y paisana Montse Doval, experta en comunicación, una cita «por escrito se señala con comillas; cuando se habla, se señala diciendo dónde empieza y termina una cita». Es decir, quien lee el texto sabe que está leyendo una cita ajena porque lee las comillas (o la letra en cursiva). Sabe dónde empieza y dónde termina el texto citado porque ve dónde se abren y se cierran las comillas. Sin embargo, el oyente no sabe dónde termina la cita, por lo que el orador tiene que aclararlo. Que ese «fin de la cita» estuviese entre paréntesis, como aseguró la SER (sin aportar pruebas), es totalmente anecdótico.

Otra forma de expresar lo que quiso decir Rajoy sería utilizar la fórmula «abro comillas» y «cierro comillas», como ha destacado el autor del (muy recomendable) blog Elentir, pero dicha fórmula es mucho menos culta y más vulgar, como sugiere Elentir. En inglés oral está muy extendida la expresión «quote» (cita) y «end quote» (fin de la cita). Lo mismo ocurre con el español, aunque la expresión «fin de la cita», insisto, sea menos coloquial que «abro comillas» y «cierro comillas».

Es muy triste tener que explicar esto, pero así está el nivel cultural de una España víctima de la Logse.

Por último, considero que el recurso de Rajoy al «fin de la cita» es, en sí mismo, una reiteración, un elemento retórico que recuerda al «váyase señor González» que pronunció Aznar en el Congreso en 1994, a raíz del escándalo Filesa. Dentro de unos años se conocerá esta intervención del presidente como la del «fin de la cita», igual que todos recordamos el «váyase señor González» casi veinte años después. Una vez más, como pasó con la ya célebre «niña de Rajoy», el presidente del Gobierno ha tratado de añadir una peculiaridad a su discurso, aunque los resultados hayan sido más bien pobres en ambas ocasiones.

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Rafael Rodríguez López (Rafa López)
Periodista + información

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