en parada cardíaca

Tranquilitamente

El mundo está que se muere y España también, por la arritmia generalizada. No es que las cosas vayan mal, sino que todo parece descontrolado. Cada podemita, cada zapatético o cada popu se cree que tiene razón y que está bien lo que propone. Que espabilen los demás, porque yo sí soy el que sabe lo que hay que hacer. Pero no pasa sólo aquí: la economía china que se ralentiza porque ‘solo’ crece al 6%, mientras Europa lo hace al uno y pico y España no llega al 3, pero es la líder europeo de crecimiento; la caída del petróleo que beneficia a unos y perjudica a otros, mientras los consumidores siguen pagando más o menos lo mismo; el candidato Trump; el CNI fichando antisistemas en el avión de Maduro y poniéndolo en Antena 3.
Y todavía no hemos salido del crack de miles y miles de inmigrantes que se vienen a Europa, pensando que aquí vivirán mejor que en su pueblo, y no se han enterado de que aquí la cosa va tan fatal, que una oleada de gente así le pone arritmia a todo el sistema europeo: Shengen, el euro, el brexit, los catalanes que quieren sumarse con su decadencia de meses y/o de años, a la decadencia de los demás, como uno más, y no sólo como parte de los otros en el despiporre generalizado.
No pasa nada, nos dicen, todo se arreglará cuando el yuan se ajuste con el dólar, suba el petróleo y hayamos metido en la cárcel a todos los corruptos de todo el mundo mundial. Entonces volverá el equilibrio, hacia 2027, más o menos, que será cuando haya muy pocos europeos nativos y tantísimos africanos, asiáticos e hindúes con capacidad de crear puestos de trabajo y de innovar para evitar el desperdicio.

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