déficit de atención

Tranquilitamente

Más de un gurú está preocupado por el déficit de atención que tiene la gente cada vez más. Eso que le decían las madres a los hijos, cuando hacían alguna trastada:’es que no te fijas’, parece que aumenta, como si la gente quisiera ser adolescente un rato más, y hacer las cosas al tuntún, si fuera posible, durante el resto de su vida.
Una pléyade de sabios se ha puesto a investigar cómo conseguir que la gente se entere mejor de lo que le estás diciendo: políticos, educadores, publicistas, y todos los que le quieren colocar algo suyo a los demás, se enfrentan a que la gente escucha cada vez menos, pasa olímpicamente de lo que le dicen que haga y obligan a multiplicar los mensajes, decir lo mismo mucho más, aunque con distintos tonos y variantes, para que parezca nuevo y atractivo lo de toda la vida: que hagas lo que ellos te dicen que hagas, y, a ser posible, sin rechistar.
Como hay más medios y más instantáneos para que todo el mundo diga constantemente lo que le parezca: facebook, twiter, las redes sociales; y el afán de que se entienda algo de lo tuyo, compite con el afán de los demás porque entiendas algo de lo suyo, no hay ser humano capaz de prestar atención a todo lo que se le viene encima. Y así, unos por otros, se consigue que no te enteres de nada valioso o interesante, porque no puedes encontrarlo entre el mogollón comunicativo. Los pretendidos avances para que lo sepas todo, sirven también para que no te enteres de nada. Parece que fue Reagan quien le dio carrete a este modo de comunicar, pero luego se ha generalizado hasta aburrir a todos y todas.

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