La Asamblea de Madrid, integrada por diputados del PSOE (37), PP (48), Ciudadanos (17) y Podemos (27) después de las pasadas elecciones de mayo de 2015, dejó atrás un pasado reciente en el que la mayoría absoluta de la derecha generó una opacidad y abuso de poder que dibujaban una normalidad bastante anormal. Con la llegada de Podemos y Ciudadanos y la pérdida del poder omnímodo del PP parecía que los nuevos tiempos llegaban para quedarse.
El nuevo Gobierno de Cristina Cifuentes tomó medidas que enmendaron parte de lo hecho por sus antecesores como la eliminación de leyes que abrían la puerta a las privatizaciones de la sanidad. Parecía que un nuevo tiempo de cambio se hacía presente, pero sólo era un espejismo. El regreso al pasado llegó con la presencia de antiguos gobernantes en la comisión de investigación sobre la corrupción política en los últimos años para hablar de temas asquerosos.
La próxima semana comparecerán para hablar del caso de los ‘espías’ el expresidente Ignacio González y los exconsejeros Alfredo Prada y Francisco Granados, que está preso por su relación con los corruptos de la ‘Púnica’. Un montaje truculento en el que unos exguardias civiles y expolicías vigilaban a cuenta de otros enfrentados por el poder. El cambio llegó pero queda empañado por el regreso a un pasado más negro que el carbón.
